Día 4: Malas Noticias

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Era la tarde día 4 desde que los Reyes se habían ido  y Liliandil esperaba el regreso de los Reyes en 3 días más. Legolas había calculado que las tareas que les habían dejado se podían hacer en ese tiempo así que se habían dedicado a hacer otras cosas que no tenían que ver con la lista de pendientes. Estaban comiendo cuando el mensajero llegó con una carta de parte de Thranduil, cuando la leyeron se quedaron en shock. Los Reyes regresarían antes de lo previsto, de hecho ya estaban en camino y su llegada sería en 1 día y medio. Eso significaba que las cosas que normalmente tardaban 2 días la tendrían que hacer en 1. Legolas y Liliandil pararon de comer y salieron corriendo cada quien por su cuenta a hacer las tareas que les habían asignado. 

Lo primero que tenía que hacer Liliandil era contar las cosas que se iban a llevar en los primeros 3 barcos destinados a objetos, definitivamente tendrían que mandar las cosas de la recámara de los Reyes primero para que cuando llegaran a Valinor todo estuviera listo. Liliandil fue con la gente que ayudaría a preparar los barcos y les preguntó las medidas de los barcos y cuanto podían meter en ellos. Lamentablemente para ella tenía que hacer muchas cuentas y los números no se le daban. Miró a los papeles y luego los procedimientos, trató de recordar lo que la reina le había explicado pero lo lograba. Buscó a Legolas con la mirada para ver si estaba cerca pero no lo encontró así que decidió pasar al siguiente punto de su lista, ya haría eso después. 

El siguiente punto era más fácil pero más largo de realizar, tenía que decidir cuales vestidos llevaría en los baúles de su camarote en el barco y cuales podían irse en la bodega. Le dieron una lista de posibles eventos en el barco, desde cenas formales hasta días helados por si pasaban cerca de Helcaraxë. Liliandil pasó horas decidiendo entre todos los vestidos que tenía y ordenar algunos para el clima frío. Después de todo este tiempo aún detestaba escoger vestidos y sentía que nunca se iba a poder acostumbrar o aprenderse todas las reglas de etiqueta. Cuando vio los vestidos que escogió se sintió satisfecha con su elección. Luego de eso trató de resolver su problema con los barcos y las cosas pero no lo logró. 

Lilandil pasó el día corriendo de un lado para el otro tratando de terminar todo lo más rápido posible. Hacía cuentas sencillas y al mismo tiempo agendana reuniones según el horario que le habían dejado. Ayudaba a seleccionar cosas para los barcos y trataba de encontrar una posada decente en Lindon para que se quedaran la noche anterior a su partida. No había tenido tiempo ni de dormir o comer otra cosa que no fueran chocolates y otros snacks y solo había visto a Legolas pocos minutos se habían dado un beso rápido para seguir tratando de hacer todo. Era la media noche cuando Liliandil recordó el problema de los barcos. Se sentó a tratar de resolverlo pero se quedó dormida en el escritorio y Legolas en el sillón leyendo. 

Eran la 1 de la tarde del día siguiente cuando Liliandil se despertó por el sol en los ojos. Miró a todos lados y se dio cuenta lo tarde que era. Sacudió a Legolas de los hombros para despertarlo y él se metió a bañar arrastrando los pies. Él si había acabado con todo pero a ella aun le faltaban los tontos cálculos. Se metió a bañar después de Legolas y mientas se arreglaba repasaba todo lo que se supone tenía que hacer. En eso estaba cuando anunciaron la llegada de los Reyes en una hora. Liliandil se puso los zapatos corriendo mientras trataba de descifrar los números. Ya estaban en el lugar donde se supone llegarían cuando Liliandil logró que las cosas hicieran sentido  y se puso a escribir lo más rápido que pudo usando lo que se encontrara como mesa. Logró poner la última cifra justo cuando las trompetas sonaban anunciando la llegada de los Reyes 

El  amor de LegolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora