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—Jung Kook, espera—dijo agitado.


Había corrido para encontrarlo antes de que el pelinegro se marchara hasta su casa. Se le hacía eterna la hora de la salida porque siempre esperaba el momento perfecto para poder escabullirse sin que lo vieran aquellos tres matones.

El menor lo miró confuso y después le regaló una pequeñísima sonrisa.


—Ji Min...¿Qué pasa?


—Nada—rio algo nervioso— Bueno... ¿Podemos ir juntos a casa? —miró disimuladamente de reojo hacia un costado.


—Sí, supongo... Aunque iré con Ho Seok y Tae Hyung.


Eso era perfecto, justo lo que Ji Min esperaba. Entonces podría estar seguro de que nada le pasaría si iba junto con esos chicos, y aunque no los conociera no le importaba. No iba aguantar otro día más de golpizas, sus moretones aún le dolían.


—Sí, está bien, no hay problema—dijo sonriendo aliviado.


Los dos caminaron hasta la salida del lugar y en la puerta dos muchachos los esperaban. Ho Seok saludó al menor agitando su mano, sonriendo de oreja a oreja, mientras que Tae Hyung estaba distraído mirando hacia otro lado.


—Chicos, gracias por esperarme hoy—les agradeció Kook, haciendo una reverencia—Él es Ji Min.


—Hola, un gusto conocerlos—dijo Ji Min, saludando formalmente a los muchachos.


—Yo te conozco. Eres Park...—la cara del joven se veía seria—Soy Ho Seok, un gusto.


El chico de rostro alargado estiró su mano para estrecharla junto a la del más bajito. Ji Min después de dudarlo un poco cedió. En tanto se saludaban, Tae Hyung se giró repentinamente a mirar al nuevo acompañante.


—Hola, yo soy Kim Tae Hyung—le sonrió de forma amistosa—¿Tú eres el famoso Park Ji Min?


—¿Perdón?


No acababa de entender a qué se refería con eso. ¿Por qué era famoso? Negó con la cabeza a modo de confusión y miró a Ho Seok.


—Sí, tú eres ese al que siempre golpe...Auch.


Ho Seok acabó dándole un fuerte codazo a su compañero, notando la incomodidad del más bajito. Era lo último que Ji Min necesitaba, ahora era famoso por todo el bullying que recibía. Tae se quedó entonces por un momento en silencio mirando al pelinegro que tenía frente a sus ojos, quien lo miraba con algo de disgusto por su comentario, aunque suponía que no lo había hecho con ninguna mala intención y simplemente se le escapó.


—Lo siento, no quise decir eso—se disculpó Tae Hyung avergonzado.


—No importa, supongo que de ahora en adelante debo acostumbrarme a mi fama—dijo en un tono de voz bromista, aunque no tenía nada de gracioso.


Haciendo un pacto con el Diablo +18 [Parte 1] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora