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Los ojos de Yoon Gi volvían a ser completamente negros. Nam Joon estaba seguro de que aquel ser demoníaco tenía mucho para decirle, sobre todo porque se lo volvía a encontrar después de tantos años.


—Veo que no te sorprendió mucho mi inesperada visita, ¿verdad?— el demonio acercó una mano hasta la tela que había puesto alrededor de su boca para no dejarlo hablar, tiró del nudo con brusquedad y dejó caer el pedazo de tela al suelo.


—Amon... ¿No tuviste suficiente de aquel hospital?


—Nunca es suficiente para mí —rio sonoramente, cruzándose de brazos mientras disfrutaba de la posición indefensa del demonólogo —. Encontré el cuerpo adecuado, aunque me ha dado varias jaquecas. Así que lo desecharé en menos de lo que piensas.


Nam Joon lo miró con seriedad, sin mostrar una expresión clara de cómo se sentía. Escuchó atento, pero no se sintió alarmado por nada de lo que ese demonio decía. Nunca olvidó aquella vez que se cruzaron en la sala más temida del hospital, y mucho menos de lo que ocurrió entre ellos.


—¿Y qué quieres aquí entonces?


—Lo que quiero saber es lo que Ji Min quiere de ti. Ya sé que ha estado intentando jugármela con aquel chico, lástima que soy más inteligente que todos juntos.


—No voy a negar que eres un demonio astuto— admitió el peliblanco con media sonrisa—.Pero si vienes con intención de apartarme de tu camino, estás muy equivocado.


—¿Por qué piensas que querría asesinarte?


La media sonrisa se desdibujó del rostro de Nam Joon. Era consciente de que aquel ser no tenía idea de que ahora era inmortal, por lo tanto estaba preparado para lo que fuera a hacerle. A lo largo de los años supo cómo afrontar el dolor; pero aun así no podía decir con total seguridad que no sentía nada o que era inmune.

Amon era un demonio muy poderoso, cargaba consigo la ira y era atraído por ella. Nam Joon supuso que de ese modo también llegó a Ji Min. El menor estuvo siempre rodeado de un círculo violento del que no pudo zafarse o escapar. Era como si su vida estuviese destinada a recibir golpes, agresiones e intimidaciones por parte de alguien que se creía superior. Así como sufría en el presente, también lo hizo en el pasado, y eso era lo más triste de todo.


—Porque me consideras un estorbo.


—Sí, lo eres, uno inesperado...—chasqueó su lengua y se paseó alrededor de la silla—. Si te soy sincero no estaba enterado de tu presencia por estos lados hasta que supe lo que hizo tu querido ángel con los padres del chico... Me extraña que no esté contigo, ¿dónde está?


—No tengo idea—respondió cortante.


—¡No mientas!— el golpe del puñetazo repentino en su mejilla hizo que se marease. Nam Joon se quejó y agachó su cabeza—.  Puedo estar todo el maldito día haciéndote escupir sangre. Dime dónde está.


—Golpéame todo lo que quieras—Nam Joon levantó un poco la cabeza a pesar del aturdimiento y escupió sobre la ropa del otro—.Bastardo...

Haciendo un pacto con el Diablo +18 [Parte 1] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora