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Lu Han llevó a Ji Min hasta su cuarto, por orden del ángel. Lo sentó en la cama y el pelinegro, sin dejar de sentirse asustado por la situación, fue quitando sus manos de a poco de su rostro para mirar al chico. Su mirada perdida denotaba arrepentimiento por algo de lo que ni siquiera su cuerpo fue consciente. Sólo vio sangre y aquel arma a su lado; no era necesario darse cuenta de que algo malo hizo.

Seok Jin podía sentir algo extraño en el muchacho. Estaba claro para él que había sido manipulado; había visto casos como ese pero nunca participó de ellos. Además, Nam Joon le hablaba mucho acerca de esa cosas.


—¿Quién es él?—preguntó Seok Jin a Lu Han, sin despegar la vista del pelinegro.


—Park Ji Min—lo miró al otro—.Él y yo tenemos algo pendiente.


Los labios del nombrado se fruncieron. No entendía con quién hablaba Lu Han. Siguió su mirada y sin saberlo, chocó con la mirada del ángel, aunque por supuesto no sabía que estaba frente a él. Pero sintió algo en su cuerpo, algo que lo calmó. Seok Jin sonrió y de repente Ji Min dejó de temblar, sus pulsaciones bajaron y volvieron a la normalidad.


—Este chico está realmente mal, Lu Han—Seok Jin dio unos pasos para estar más cerca, su nariz casi rozó la de Ji Min y éste se sobresaltó un poco—¿Qué asunto tienes pendiente? ¿vengarte?


—No—negó con su cabeza. Lu Han estaba inquieto acerca de lo que iba a decir, pero no podía sentirse de otro modo que no fuera el de estar en peligro—.Esto se nos fue de la manos, ya no sé si seguir.


—¿Seguir con qué? —Seok Jin, curioso por la relación entre esos dos y aquel asunto, quiso saber más —¿Es tu amigo?


—No, no somos amigos y nunca lo seremos.


—Oh.


Seok Jin curvó sus labios hacia abajo, haciendo un pequeño puchero. Tenía una sensación muy extraña al escuchar la voz de Lu Han hablando de Ji Min, aunque era comprensible verlo molesto y con odio debido al incidente.

Mientras que el ángel pensaba acerca de lo dicho, Ji Min observaba a Lu Han esperando que le dijese algo o que lo dejase marchar. Aunque su cuerpo se hubiese relajado, la tensión era insoportable. Lu Han no podía dejar de lado el saber que Ji Min fue manipulado, pero su madre estuvo al borde de la muerte y en esa situación ya no sabía qué hacer. Estuvo dispuesto a ayudarlo sabiendo el riesgo y el primer paso de las consecuencias era su familia. Un demonio como al que se iban a enfrentar no era algo para tomar a la ligera. Y ahora con lo sucedido debía tener más cuidado que nunca.


—¿Él te mandó a matarme? —preguntó Lu Han al pelinegro.


—Lo siento, no recuerdo Lu Han; no soy consciente de lo que hago, no quiero dañar a nadie —la voz de Ji Min se quebró—, yo no soy como él.


—Sé que él te volvió a manipular —Lu Han lo admitió y apretó los dientes, viendo la imagen de su madre pasar por su cabeza—, pero ya no sé lo qué hacer—dicho eso, miró al castaño de alas blancas y abrió los ojos—.Ayúdamos, por favor.


—Lu Han, ¿con quién hablas?


Hubo un corto silencio. Jin alzó una ceja, mirando al otro castaño. No sabía a qué se refería pero sí que era algo grave debido a la seriedad con la que Lu Han lo dijo, y también con el tono notablemente desesperado de su voz. Y sin comprender del todo, le preguntó.

Haciendo un pacto con el Diablo +18 [Parte 1] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora