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Pasaron unos treinta minutos, quizás; la verdad es que Ji Min ni siquiera los contó con exactitud porque estaba muy enojado por la situación.

Jung Kook había salido junto a ellos hasta el patio, a esperar. Fue todo muy incómodo y silencioso. Ninguno habló; el más joven estuvo mirando a Yoon Gi de reojo porque tenía la sensación de que lo nombraba. Se estaba volviendo un poco paranoico.

Y llegada la hora del inicio, pudieron ver llegar a una multitud que iba ingresando de a grupos. Ji Min pudo distinguir a su profesora entre muchos; ni siquiera iba a molestarse en pedirle explicaciones de por qué nadie le avisó nada.

Sólo se quedó junto a Yoon Gi. Por el contrario, Kook se marchó corriendo de inmediato cuando encontró a Ho Seok y Tae Hyung ingresando también a la sala.


—Por fin, ya me estaba aburriendo —bufó Yoon Gi, rodando los ojos.


Ji Min se levantó del banco en el que estaba sentado y caminó para ir hacia la sala. Adentro era un alboroto. Todos hablaban en voz alta, charlaban y demás. Al poco rato se fueron acomodando en las gradas para esperar a ver qué chorradas soltaba el director.

Ji Min no se acercó a sentarse ni nada. Prefería observar todo desde la puerta lateral, donde nadie lo podía ver.


—Bien, hola, hola—el anciano golpeó el micrófono y miró a todos los alumnos —Buenas noches, jóvenes. Hoy como sabrán la escuela cumple años y desde el consejo estudiantil decidimos celebrarlo de un modo diferente.


Cuando empezó a hablar de toda la historia que tenía el lugar, que lo construyó un pariente, que era de las mejores escuelas y demás cosas que a nadie le interesaban, por supuesto que dejaron de escucharlo el 98% de los alumnos presentes.

Mientras el hombre hablaba, Yoon Gi movía su mano como si fuera una boca y lo imitaba.


—Blah, blah, blah...


Ji Min no puedo evitar reír porque parecía un idiota haciendo eso. Cuando Yoon Gi lo miró, también rio pero Ji Min se puso serio y volvió la vista al frente.

No quería simpatizar con él.


—Y ahora dicho todo esto—palmeó sus manos y todos se sobresaltaron —Son libres de ingresar a la sala donde...¡Oigan, con cuidado!


Salieron todos disparados sin hacer caso al hombre. Se atropellaron como estampida de búfalos y corrieron para ir hacia lo que les interesaba realmente.

No quedó nadie más en la sala que el director y unos pocos profesores. Ji Min y Yoon Gi no se movieron tampoco, seguían ahí junto a la puerta.


—Vamos, Ji Min, ¿no me digas que ahora te irás a tu casa?


—Nadie me lo impide—le dijo sin mirarlo.


—Y a mí nadie me impide divertirme —metió las manos en los bolsillos de su pantalón y dio media vuelta—Nos vemos luego.


Yoon Gi se alejó caminando lentamente. El pelinegro sabía que no tenía que dejarlo solo; era un peligro. Corrió para detenerlo y lo agarró del brazo.

Haciendo un pacto con el Diablo +18 [Parte 1] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora