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Otro día más en la escuela atormentaba a Ji Min. Después de lo que había pasado el día anterior en el gimnasio, cuando llegó a su casa, sus padres le preguntaron qué le había pasado en la nariz. Él sólo les dijo que tuvo un accidente jugando fútbol, lo cual sonaba bastante irónico.

Se había puesto una tirita sobre el puente de su nariz. Tuvo suerte de que no acabó siendo nada tan grave, sólo se había hecho una herida en la piel debido al agresivo roce de la pelota, pero no se rompió nada.

Cuando tuvo la oportunidad de salir de su aula, se dirigió a buscar al menor. Salió al patio y lo buscó desesperadamente con la mirada. Pudo verlo a lo lejos, sentado junto a Ho Seok. No le importó mucho saber que estaba con el otro chico porque corrió hasta él y lo tomó del brazo apartándolo del pelinegro para así poder hablarle.

—Ji Min...¿Qué le pasó a tu nariz? —preguntó preocupado.

—Me dieron un pelotazo en la cara...—dijo con sequedad— Escucha, debo preguntarte algo.

Jung Kook asintió con movimientos rápidos de cabeza para que le hablara. Ho Seok mientras tanto, los observaba estando sentado sobre el pasto, leyendo un libro.

—¿Sabes si ingresó un nuevo alumno recientemente?

—¿Un nuevo alumno? —el menor se quedó pensando durante un buen rato y luego negó con su cabeza—No que yo sepa, ¿por qué me preguntas eso?

—¿Estás seguro? —volvió a preguntar, esperando una respuesta de inmediato.

—N-no estoy seguro, pero no recuerdo haber visto a nadie nuevo ¿Quieres que le pregunte a Ho Seok?

Ji Min ladeó su cabeza dubitativo y miró de reojo al pelinegro. Se sentía la incomodidad entre ambos. Había una especie de tensión en el aire, Ho Seok parecía no haberle pedido disculpas después de ese día que se negó a que Ji Min fuera con ellos. A éste ya le daba lo mismo, pero se sentía apenado por Jung Kook, no quería que se sintiera culpable por lo que pasó.

—No importa, olvídalo—le dijo finalmente.

Los dejó a ambos solos sin decir nada más e ingresó nuevamente al edificio. Estaba empezando a sospechar que esa persona que había visto quizás eran sólo ilusiones suyas. Pero aunque así fuera, le pareció bastante real.

Preguntó en la Rectoría y en el Consejo de Estudiantes sobre el tema, pero todos le habían negado que alguien nuevo hubiera entrado a la escuela.

Con esa información pasó el resto del día pensando en que a lo mejor estaba enloqueciendo o que quizás se había traumado con la pesadilla. Y si acaso estaba traumado, eso iba a ser un gran problema, sobre todo por sus padres. Querrían mandarlo al psicólogo y no estaba precisamente para soportar más sesiones de puro aburrimiento, sentado en un sillón en frente de una mujer que le hacía una y otra vez las mismas preguntas.

En las clases estuvo distraído, tuvo fuertes dolores de cabeza que supo disimular perfectamente. Sus profesores le habían preguntado por su herida en la nariz y, como hizo con sus padres, dijo lo mismo.

Sus compañeros ni siquiera le preguntaron qué le había pasado, a nadie le importaba realmente.

A la hora de salir, se tomó su tiempo en guardar sus cosas. Estando a punto de marcharse del aula, Se Hun había entrado y luego cerrado la puerta tras de sí. Estaba solo, así que Ji Min sentía algo de alivio por eso, pero al ver la cara que tenía y la forma en la que lo miraba, le dio una mala sensación.

—¡Park! —Se Hun se acercó hasta el otro, lo tomó con el puño del cuello de su camisa y lo estampó contra la pared—¡¿Le dijiste a alguien lo que hicimos contigo ayer?!

Haciendo un pacto con el Diablo +18 [Parte 1] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora