2.- Los hilos son un problema cuando son de sangre.

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-Necesito...necesito. Ir a...a buscar mi zapato. -Y corrí, ni siquiera sabía dónde estaba yo o mi zapato. Era la primera vez que me sentía insignificante ante una persona, yo no era así. Pero me sentía culpable, tal vez era el hecho que el tal Redmond me hacía sentir culpable o tal vez eran sus ojos que me habían hecho sentir como un gusano. -

Seguí el letrero verde de "Sanitarios", olvidándome por completo de que estaba descalza, pero mi decepción fue grande cuando uno de los dos lavabos estaba muy sucio, seguramente ni siquiera salía agua de el, los espejos estaban rotos y las puertas de los baños estaban rayadas, no sabía quién era "Rachell" pero al parecer era una zorra o eso me decía una de las puertas con letras grandes. Descubrí que el segundo lavabo si tiraba agua, comencé a ponerme agua en el cuello y la cara. Ahora me sentía acalorada. Esto era horrible no tenía ni un día de haberme mudado y ya quería largarme. Este lugar era horrible, la situación era horrible mi reflejo era horrible. Yo era horrible.

-Respira. Respira Paige. Tranquila todo estará bien, todo saldrá bien solo tienes que respirar. -Hablaba con mi reflejo en pedacitos, hasta cerrar los ojos y recargarme en el lavabo respirando más tranquila. -

Al salir del baño encontré a Silene esperándome. No dijo nada, los acordes de una guitarra que ahora conocía sonaron de nuevo. Y los gritos estallaron, la música sonó por todo el lugar. La verdad es que tocaban increíble y podía ver ahora el escenario a pesar de mi estatura, de lejos podía verlos bien y era maravilloso.

Al terminar la presentación Silene me llevo a la misma habitación de donde había salido minutos antes, los chicos estaban de nuevo ahí y yo era un hongo en una esquina, uno de los chicos se me acerco. Era rubio, un chico tan rubio de unos ojos azules grandes e intensos.

-Dime prima de Silene ¿porque no estas tomando nada? -Creía recordar que el chico era Francis.-

-Me llamo Paige. -Comente un poco enojada, a que persona le gusta que le digan hermana de, prima de, hija de, las personas tienen nombre y quieren ser recordadas por lo que son no por lo que su familia es.- Y solo quiero agua pero creo nada más tienen alcohol

-Bueno Paige tienes suerte. -El chico que creía recordar como Francis me tendió una botella de agua y creo que se la arrebate antes de que me la ofreciera oficialmente. – Parece que tenías sed.

Se sentó a mi lado en la esquina de la habitación, dos de los chicos además de Dante estaban con unas chicas, Remon, Reylon, Redmun. El chico que me había hecho sentir mal del cual ya había olvidado su complicado nombre estaba en un banco tocando su guitarra. Dante y Silene estaban abrazados mientras se susurraban cosas divertidas porque solo se reían, era el hecho que lo que hablaban era divertido o los besos en el cuello que se estaban dando provocaban las risas. 

-Eres Francis ¿verdad? -Pregunté después del gran trago de agua que di.-

-Recordaste mi nombre. Me haces feliz, por cierto, yo soy el que toca la batería. ¿Qué tal te pareció la presentación? ¿Tienes alguna sugerencia?

-Son buenos -Fue lo único que dije.- Tus amigos ¿se enojaron mucho conmigo por detener la presentación?

-No es algo que pase normalmente, Redmond es el más estricto con respecto a las presentaciones toma muy en serio la música.

-Creo que ahora me odia.

-No, el no odia a nadie. Solo es muy serio. Y siempre tiene una cara de enojo,pero así es el.

-¿De qué parte del país es? Tiene un acento que no había escuchado.

-Redmond y Andreas vienen de Alemania, ellos iniciaron la banda. Sé que se conocen desde niños. Por cierto, sé que perdiste un zapato.

Miré mis pies el derecho el cual no llevaba zapato estaba sucio, pero no fue hasta que lo vi bien que me di cuenta que salía un pequeño hilo de sangre.

-Ahh!! Es..ufgh..mihg...Noo! -Comencé a gritar mientras veía mi pie, el ver sangre era algo que no soportaba, más si esa sangre era mía.-

-Tranquila Paige solo son unas gotitas. -No escuchaba quien era la persona que me hablaba. Solo oí voces y palabras sin sentido. -

Me estaba sintiendo mal. Seguramente me desmayaría. Pero me agarraron fuertemente del pie mientras ponían alcohol para limpiar la herida. Estaba apretando muy fuerte mis puños, pero miré esos ojos almendrados y me di cuenta quien era la persona que me estaba curando.

Redmond. El gusano. 

-Solo te he conocido por unas horas, pero parece ser que te gusta llamar la atención.

No, yo era el gusano. 

La noche termino con eso yo siendo el centro de atención cuando solo quería volverme invisible.


Recuerden que si les gusto me alegraría mucho que me lo hicieran saber ;)     

Mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora