Salimos del cuarto de Andreas iríamos por algo para que pudiera desayunar. Fuimos al restaurante de al lado y pedimos varias cosas para que todos comieran, cuando regresábamos y subíamos las escaleras Red me tomo de la mano deteniéndome.
-Entiendo lo que paso en la mañana, pero lo que paso hace un momento ¿que fue?
-Un beso, solo uno.
-Paige entiendo lo que paso contigo, pero tienes que ser más clara ahora, aceptare lo que me digas y lo entenderé pero no mientas con respecto a tus sentimientos.
-Se que soy egoísta, no sé lo que quiero, tal vez no estoy preparada para nada pero cuando te bese, bueno –Comencé a balbucear bajando la mirada, estaba nerviosa.- no besas tan mal. –Recordé nuestro segundo beso de hoy.- aunque cuando beses a alguien no vayas tan deprisa –Le guiñe un ojo y seguí subiendo las escaleras, pero Red me tomo del brazo y me jalo hacia el, me beso de nuevo. Esta vez era lento, muy lento. Tanto que era muy bueno, mis manos fueron a su cuello pero él se alejo, me dejo ahí parada! Deseando mas y subió las escaleras sin mi.-
Bueno al parecer el juego de coqueteo y deseo lo sabia jugar. Quería que me besara de nuevo.
Al llegar a la casa todos estaban en la sala, incluso Francis y Andreas. Parecía que estos chicos no tenían casa, una risa llamo mi atención y mi mirada se dirigió a ellos, los chicos que lo habían empezado todo.
Dante y Darío estaban riendo juntos, uno al lado del otro, pero estos chicos eran peor que un gato y un perro ¡yo los mataba! Comencé a caminar hacia ellos dejando las bolsas en la mesa.
-Si ustedes no van al psicólogo entonces tendrán que llevarme a mí a la cárcel porque los voy a ¡asesinar!
Las risas terminaron y todos me estaban viendo espantados.
-Como pueden estar aquí riendo después de todo lo que nos hicieron pasar anoche –Gritaba mirando a ambos chicos.-
-Tranquila Paige, nosotros...-Comenzó a hablar Darío pero no lo deje terminar.-
Tire uno de los cojines a la cabeza de mi amigo y empecé a pegarle donde fuera que no ponía sus manos para cubrirse.
-Se comportan como niños, los odio. –Camine lejos de ellos, yendo a la cocina, preparia café.-
-Yo te amo. –Grito Darío.-
Todos rieron, pero al fin las cosas estaban saliendo bien. Silene y Dante eran responsables de su felicidad y si ellos querían estar juntos después de todo era su problema y si ella era feliz yo también lo era.
Todos desayunamos juntos, era raro estar rodeada de tantas personas, pero sentía que estaba con mi familia. Estos chicos eran mi familia.
-Paige ¿puedo hablar contigo? –Estaba lavando los trastes cuando Darío se me acerco.-
-¿Quieres ir a mi habitación?
-Si, vamos. –Caminamos alejándonos de los chicos al llegar, me senté en mi cama, las cobijas estaban tiradas y enredadas en el suelo.- me voy hoy.
-Regresas a...
-No, iré a casa. Tengo que ver a mi mama, sabes que está preocupada.
-Si, lo sé. ¿Pasaras a verla a ella?
-Se que se pondrá feliz si lo hago.
-Dile que la quiero y la extraño. –Lo abrace y le di un beso en la mejilla.-
-Sabes que sí. Bueno es hora de irme.
-¿Quieres que te acompañe? Te puedo llevar.
-Paige no tienes carro, además se que te pondrás a llorar cuando me vaya mejor quédate aquí con todos. Me alegra que vinieras. –Al parecer mi cara lo dijo todo porque no entendía a que se refería.- te ves muy feliz.
-A mí me gusta verte sano y salvo. ¿Lo estas verdad?
-Si, lo estoy. Te quiero.
-Yo más. –Lo volví a abrazar.- llévale flores.
Es corto pero si les gusto voten, serán $5 no es cierto es gratis.
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Mi reflejo
Teen FictionEstoy ahí frente a él, se parece a mí lo sé, somos iguales lo sé. Pero tengo miedo. tengo miedo de mi reflejo. Cuando me mude al mismo departamento que mi prima Silene no imagine que descubriría un mundo diferente, pasaba mis días en mis clases d...