3.-Las arañas son hurañas

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-Paige. Como quieres ser enfermera si no puedes soportar ver unas gotitas de sangre. -Silene hablaba conmigo al entrar a su departamento. -

-Pues entonces tendré que acostumbrarme, seré una enfermera.

-El querer y el ser son cosas muy distintas Paige.

Eran las dos de la mañana y tuve que dormir en el cuarto de Silene porque mi habitación seguía con las cajas y ropa tirada. Estaba exhausta y al primer contacto con la almohada quede dormida.

-¿Que se supone que hare allá?

-Conocer gente, lugares, estudiar ya sabes tener aventuras que contar a tus nietos

-Creo que los nietos de las personas de mi generación solo escucharan historias de cómo sus abuelos se emborrachaban y el socializar era por medio de las redes sociales mientras se ignoraban en persona por la cual descendió la población.

-Paige...sé que quieres que estemos juntos, pero es tiempo que salgas y descubras el mundo por ti misma, que experimentes el amor. Que te atrevas a hacer cosas que te dan miedo.

-Ya experimente el amor, no creo volver hacerlo. Tal vez sea lo mejor. Las cosas están bien así. Yo me quedare contigo e iré a la universidad de aquí. Estaré bien. Todo estará bien.

Pero nada lo estuvo. Al menos no en ese momento.

Eran las siete de la mañana cuando desperté, me bañé con agua fría. Siempre fue mi rutina, para poder despertarme. El clima era caluroso, así que me puse un vestido blanco con flores rojas. Lo difícil fue usar unos zapatos, en la planta del pie tenía un curita que me había puesto Redmond, era una pequeña cortada así que me cambié la bandita y me puse unas sandalias blancas.

Tenía un mes para encontrar un empleo, arreglar mis cosas para la universidad y arreglar el departamento que ya estaba compartiendo con Silene.

No conocía bien las calles de la ciudad así que solo camine alrededor del departamento, era un vecindario con muchas tiendas e incluso había un parque, en él podría correr por las mañanas, compre un periódico para buscar un empleo y encontré una tienda de segunda mano donde compre unas cosas con mis ahorros para mi habitación. También había una tienda de cosas a un dólar, había muchas cosas tontas, pero había podido rescatar una que otra que me servirían en el futuro.

Llegue al edificio viejo donde compartía piso con Silene, después de haber pasado por una cafetería donde compre nuestro almuerzo.

-Pensé que seguirías dormida. Traje el almuerzo. -Silene estaba sentada en la sala viendo su celular.-

-Desperté hace cinco minutos, me duele mucho la cabeza. ¿Qué trajiste de desayunar?

-Bueno para ti traje un rico y delicioso cuernito de jamón con queso y huevo con tocino, te toca hacer el café.

-¿Que pediste para ti?

- Hot cakes con yogurt y frutas

-Prefiero mi comida. -Grito desde la cocina.-

El departamento de Silene no era muy grande la sala, comedor y cocina estaban juntos había también un balcón con unas sillas afuera, en la cocina había una barra con unos bancos altos, la sala era pequeña pero a pesar de todo había espacio suficiente, había un baño en el pasillo y dos habitaciones una de Silene y la otra será mía. No había fotos o cuadros todo era muy simple. Silene no era de las chicas que decoraban.

-¿Hablabas con Dante?

-Sí, hoy tiene otra presentación quiere que vaya. ¿Vendrás conmigo verdad?

-¿Olvidas lo que me paso ayer? ¿Cómo quieres que vuelva a ese horrible lugar? Además, creo no les caigo bien a los chicos.

-Paige no seas una araña -hablaba mientras comía.-

-¿Araña?

-Perdón, esto está buenísimo. Quise decir huraña.

-No soy huraña, pásame la miel.

-Entonces ven conmigo y sal. Podrías encontrar trabajo, puedes preguntarles a los chicos.

-Solo tienes que ayudarme a arreglar mi recamara. -Me había dado por vencida muy rápido, pero prefería ir si recibía ayuda de su parte.-

-Después de este desayuno tan bueno te ayudo a esconder un cadáver. -Silene tomo una rebanada de pan tostado que acababa de hacer con mermelada y se lo metió a la boca para después empezar ahogarse con él. La tos que este le provocaba no duro mucho y de nuevo estaba hablando.- Po...por favor dime que no huiste de tu casa porque mataste a alguien!

-¿Que? Noo! Como se te ocurre. Además, ya te dije que no hui de casa.

-Claro como digas. -Se levantó de la silla y comenzó a caminar.- Vamos! Quiero que tu cama quede lista hoy no quiero que duermas otra vez conmigo.

Todo el día estuvimos en mi recamara acomodando las cajas, la habitación no era grande, pero tenía closet y un librero que estaba pegado a la pared. La base de la cama era antigua de hierro con figuras en la cabecera y en la parte de los pies. El colchón era nuevo, Silene me había dicho que antes tenía una compañera, pero peleaban mucho hasta que decidió irse, pero le dejo la cama y el colchón porque no había pagado la renta en dos meses. Silene se subió en ella y le dijo que no se la llevaría que le debía dinero y que la vendería para recuperar parte de este. Me dijo que su ex compañera le mordió un tobillo pero ella fue más fuerte porque al final la cama se quedó.

Las paredes eran blancas, el cuarto tenía una cortina azul la cual combinaba con mi edredón blanco con flores azules y moradas. No tenía muchos libros así que puse varios retratos y dos osos de peluche

Quedaron cuatro cajas en una esquina y las bolsas con cosas que había comprado hoy pero el cuarto ya era habitable.  Cada vez sentía que ahora esta era mi casa, que este era mi presente y lo que quería.


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