13.- Los ponys usan correa.

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Los dos estábamos en silencio, solo mirándonos uno en cada esquina de la recamara, el sonido de la música proveniente de la sala se colaba por la puerta y ahora las voces de las personas eran muy claras. 

-Lo siento -Sus ojos color avellana estaban en mi pero no me miraban. -

Vi como su mirada se trasladaba a la puerta, quería salir de mi recamara no tuve tiempo de impedírselo, lo alcance en el pasillo. Donde las personas estaban paradas tomando cerveza o besándose en una esquina oscura.

-Espera -Grite por encima de la música, ignorando las miradas curiosas de las personas. Estaba parado en medio del pasillo y al no obtener respuesta, lo jale de regreso a mi cuarto, pero el ambiente no era igual. -

Se escuchaba como sus botas se arrastraban, su respiración cortante y la mía un poco agitada por la preocupación.

-Dime que no me odias...por favor dime que solo fue por el momento que quisiste hacer eso. -Mis pulmones no podían contener el aire, este solo escapaba de mi al tratar de retenerlo. -

-Paige... lo siento, solo, solo fue el momento. -Quería creer en sus palabras, aunque en realidad no sabía si me había querido besar, solo quería que las cosas fueran normales. Él y yo siendo amigos. -

-No te gusto ¿verdad? -Mi labio inferior temblaba y lo detuve con mis dientes, mientras miraba al piso. -

-¿Quieres que te mienta, verdad?

Mi labio tembló mas y un sollozo salió de mi boca.

-Paige me gustas, a los chicos también les gustas. Eres una chica muy linda. Pero no me gustas de esa manera.

Alguna otra chica estaría llorando por que le habían roto el corazón, pero no yo. Yo no era cualquier chica y yo no quería el amor de Red yo quería su amistad. Tal vez era una tonta por no haberlo besado, pero no podía corresponder a sus sentimientos. No quería que me besara, ni él ni nadie.

- ¿Todo sigue igual? -Una pequeña sonrisa quería formarse en mi rostro, pero simplemente pude formar la sombra de ella. -

-Si Paige...todo sigue igual. -Sabía que no era bueno hacerlo, pero el impulso pudo conmigo y lo abrace, su altura hacia que mi cabeza quedara en su pecho oyendo los latidos de su corazón. - eres mi amiga y no cambiaría eso.

-Yo tampoco lo haría. -Dije soltándolo. -

-Nos veremos mañana en el trabajo ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

-Disfruta tu fiesta. -Antes de salir me regalo una sonrisa. -

Quise encerrarme en mi cuarto, no salir, olvidar el ruido y todo lo que pasaba en la casa, pero después de todo esta era mi fiesta. Por lo que fuera que Silene la había hecho era mía. No estaría encerrada llorando en la oscuridad de mi cuarto.

Salí del cuarto con una nueva actitud busqué a Francis para tener una charla y poder olvidar lo que había pasado unos instantes atrás. La casa seguía llena de gente, algunas bailaban otras bebían algo, charlaban o se besaban. En la mesa había bocadillos y todos los tipos de bebidas alcohólicas que podrían existir entre otras cosas. Tal vez era lo único bueno, que las personas coladas a la fiesta habían traído comida.

Tome uno de los panquesitos de chocolate, pero después del primero solo se abrió más mi apetito, cuando estaba devorando el tercero fue cuando al fin encontré a Francis.

-Te he estado buscando -mis labios formaron una sonrisa como si estos fueran estirados por hilos invisibles.-

-Creí que te habías ido. ¿No estabas con Red?

-Ja ja ja -quise reírme, pero mi risa sonaba rara. - red...red...eso es rojo. ¿Porque estaría con un color? Los colores no hablan.

Paige te siente bien? estas actuando un poco rara.

-¿Yo? Yo rara, ¿yo soy la que se está moviendo raro? tienes una correa con un pony de colores a tu lado. No amigo. Tu eres raro. -señale al pony con su correa. -En mi mente las palabras habían tenido sentido pero cuando las escuche sonaban diferente.- 

-Estas drogada!

¡Que!! Yo no uso drogas, las drogas son malas. ¿Por...or que me drogaría? -Dije entre risas. ¿Qué era lo divertido en esa frase? O si las drogas. -

Ssnniiff....tengo tengo sed. -Porque no había agua? Quería agua. -

Comencé a caminar lejos de Francis y su pony que solo se reía de mí. Había mucha gente rara, algunas personas eran moradas. Porque eran de colores? Donde estaba el color rojo no había color rojo. No había personas rojas, eso era triste. Tome una de las botellas que había en una mesa.

Eran las once y media cuando desperté. Tenía varias llamadas perdidas de Redmond en mi teléfono, las cobijas en mi cuerpo y una respiración en mi nuca. Fue entonces cuando me di cuenta que no dormía sola, que estaba en ropa interior y Francis no tenía camisa mientras dormía a mi lado.

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Mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora