37.- Easy

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Cuando me propuso salir pensé que era en una cita, incluso pensé en negarme, pero fue entonces que me dio esa mirada de no preguntes, no es lo que piensas solo sígueme. Era tarde, ¿que podría estar abierto a estas horas que quería enseñarme? Tenía algo de frio así que me puse un pantalón de mezclilla, tenis y una sudadera roja.

Al parecer había sido buena elección por que la moto estaba estacionada a fuera del edificio, Red subió primero como era costumbre, como ya era tarde no nos encontramos con mucho tráfico, no entendí cuando se paró en una gran casa rodeada por una reja como si dentro viviera un artista, lo cual no sería raro por la ubicación de la casa en uno de los lugares más caros. Hasta yo sabía que alguien importante vivía ahí.

-Es la casa de mi padre.

Entonces casi me desmayo, cuando Red dijo que tenía dinero, que su padre tenía dinero no creí que fuera de la clase de persona que puede comprar un elefante ¡porque sus dinosaurios se sienten solos!

-Bueno tiene un lindo jardín, seguro que el velociraptor lo aprecia, pero ¿Por qué estamos aquí? –Dije viendo el verde del césped. Seguramente era falso porque nunca había visto un césped de ese tono.-

-Al parecer el de la disquera no quería grabar nada, era un encargo para mi padre y yo me había preocupado tanto porque viera que éramos buenos.

Bueno eso si que era un golpe bajo.

-Lowell me lo dijo, al parecer vio los papeles del contrato que podríamos haber tenido en el escritorio de mi padre.

-Ok, fue todo obra de tu padre, pero sigo sin entender que hacemos en su casa.

Red no me contesto, toco el timbre y dijo quién era, la gran puerta se abrió y subí rápido a la motocicleta antes de que se fuera sin mí, el jardín definitivamente era muy grande. Cuando llegamos a la puerta de la casa una muchacha nos esperaba, le indico a Redmond que su padre estaba en el despacho y aunque al principio no quiso que siguiera a Red, el me tomo de la mano y la miro desafiándola.

El despacho de este hombre era más grande que mi habitación, tenía libros por todas partes y aunque al parecer lo habíamos despertado lucia como un hombre de negocios de los que salen en las revistas.

-Pensaba que no querías volver a verme, no me digas que necesitas dinero.

Fue como un tornado, Red aventó unos papeles al escritorio de su padre y luego se le fue encima golpeándolo en el rostro.

-Red!! –grite tratando de que se alejara de su padre.-

Al parecer no éramos los únicos despiertos pues un señor con pijama azul llego a detener la pelea, tome a Red de la mano, alejándolo de su padre.

-No vuelvas a interferir en mi vida me escuchaste! Tu no formas parte de ella desde hace mucho así que solo déjame en paz.

-Creí que si al fin tenías tu precioso disco podrías olvidarlo y concentrarte en lo que de verdad importa. –Al parecer Red le había golpeado fuerte pues su ojo ya empezaba a hincharse.-

-Tú crees que esto es solo un capricho por el que me fui de tu casa!? No, esta es mi vida y no te quiero en ella. –Red me jalo fuera de la casa, su mano apretaba la mía con demasiada fuerza y sentía que me dolía hasta el hombro, pero aun así no dije nada hasta estar fuera. -

-Red me lastimas, suéltame. –Y lo hizo, ahora estaba parado frente a mí, pero no estaba bien. - ¿te encuentras bien? –Solo giro para abrazarme.-

-Lo siento, lo siento. Perdón por traerte aquí pero no creí que podría hacer esto solo. –Estaba temblando.-

-Solo vamos a casa.

Cuando regresamos Silene ya estaba en casa, su ropa y zapatos estaban tirados por el pasillo. Red no había hablado en todo el camino, incluso daba un poco de miedo el que estuviera más serio de lo normal.

Mi habitación estaba oscura, no creí necesario el prender la luz, no tenía nada con lo que pudiéramos tropezar.

-Tanto silencio me hará pensar que estoy muerta.

-Se mi novia

Entonces de verdad quise estar muerta.

-Dime que es una broma de mal gusto, que estás cansado y no sabes lo que estás diciendo.

-Paige, es en serio. Se mi novia.

-Red, en serio tienes que estar jugando porque nos llevamos mal la mayoría del tiempo, siempre estamos peleando y apenas nos conocemos. Ni siquiera sabía que tenías un hermano. 

-Pero aun así me has besado. -Uh golpe bajo.-

-Un beso no es una relación, no estoy lista para eso y la verdad no sé si este sea el momento para que tú me lo estés pidiendo. Acabas de golpear a tu padre.

-Paige solo di que sí, di que quieres que estemos juntos.

-No, yo no, escúchame Red, siento algo por ti, pero no sé si estoy lista, tengo miedo.

-Entonces dime que puedo besarte hasta cansarme, que puedo tomarte la mano incluso mientras caminamos, y que puedo oler tu perfume en las noches.

Estaba frente a mí, susurrando en mi boca y a pesar de la oscuridad podía ver sus ojos brillando. Quería decirle que no, una parte de mi tonto cerebro quería decirle que no, ¿Por qué? Quien sabe, tal vez solo era la parte miedosa.

-Si –fue la respuesta que salió de mis labios, incluso sin poder analizar toda la situación y el miedo que sentía solo quería que me rodeara en sus brazos. -

-Cuando estoy a tu lado, todo es más fácil, no tengo miedo. Aquella vez que te subiste al escenario pensé que estabas drogada, que necesitabas ser salvada, después supe todo lo que te paso y creí que necesitabas alguien que te protegiera, pero esta noche, ayer, incluso el día que te conocí tú me has estado salvando a mí.

-No sé si eso sea amor o dependencia.

-Lo mas probable es que sea dependencia, como una droga. Me estoy haciendo adicto a ti y tus besos, tus voz....

-Red....en serio crees que esto funcione?

-Si no lo intentamos no lo sabremos. Solo hay que disfrutar del momento.




Mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora