Para cuando llegue al restaurante ya lo estaban cerrando, a pesar de que éramos dos haciendo el trabajo de uno el tráfico no me permitió llegar a tiempo. Todos estaban en la barra repartiendo las propinas, dinero que no tendría porque no había trabajado nada.
-Lo siento, sé que es muy tarde. –Las persianas estaban cerradas, las luces seguían prendidas y la puerta a pesar de tener el letrero de "cerrado" estaba abierto.-
-Vamos ven, te calentare tu comida. Acércate para que te den el dinero de hoy. –Sophie se dirigía a la cocina, aún tenía su uniforme pero su cabello estaba fuera de la red.-
-No entiendo, llegue tarde. No trabaje el día de hoy.
-Bueno ¿ya comiste? –Pregunto viéndome a los ojos, algo que me incómodo, parecía mi madre. Todos nos veían.-
-No. –Era la verdad, después de la universidad venia al restaurante comía aquí, no tenía dinero para gastarlo en comidas caras.-
-Por eso te calentare la comida que hoy prepare para ti, después de cenar limpiaras todo el restaurante sola. Así te ganaras ese dinero y tu paga de hoy. –Mis compañeros no estaban muy felices, pero al final de cuentas Sophie era la dueña. Asentí con la cabeza y me acerque a la barra, creo que este trato lo tenía hecho desde que dije que llegaría tarde, todo el restaurante estaba sucio, el piso, los trastes, parte de la barra, sería una noche larga.-
-Cuando te vayas cierras todo, solo hay dos copias de las llaves una la tengo yo y la otra esta en mi casa, así que no olvides nada o no podrás recuperarlo hasta mañana. ¿Ok?
-Ok. –Mis tripas estaban gruñendo, el ruido no pasó desapercibido para nadie. Lo cual hizo que me sonrojara y que todos rieran, poco a poco fueron despidiéndose y saliendo al final estaba sola en la barra, comiendo el pollo con verduras más rico del mundo, o lo que quedaba de el.-
-¿Tan bueno esta? –Pregunto una voz tras de mí, salte, grite y me ahogue con mi comida, todo al mismo tiempo. Su palma golpeo mi espalda y pude tragar el pedazo de pollo.- ¿Estas bien?
-Eresun...eres, un, tonto. Casi muero. –Red estaba frente a mí con pantalones negros y playera verde militar.- ¿no deberías estar fuera del restaurante?
-Bueno me sentía un poco culpable al dejarte todo el trabajo. ¿Además como iras a casa?
-Dime Red ¿qué quieres?
-Que no lastimes a las personas mientras tratas de ser enfermera, pero no hablamos de eso.
Seguí comiendo mientras lo miraba molesta.
-Bueno ¿a cambio de que me ayudaras? ¿O lo harás por nada?
-Tal vez sea un pequeño favor. –Estaba sentado a mi lado en la barra.-
-Habla. –Dije comiendo mi último pedazo de pollo.-
-¿Puedes repartir esto en tu escuela?
Me dio una hoja color naranja, anunciando su próxima presentación.
-¿Quieres que reparta solo uno?
-No en realidad. Pero no creo que puedas cargarlos todos. Te llevare a tu escuela en la camioneta y te daré las cajas.
-¿Cajas? Red ¿Cómo podre repartir cajas con volantes?
-Solo son dos no seas exagerada.
-Si me suspenden por esto, serás mi conejillo de indias para cualquier cosa que tenga que ver con jeringas
-Trato, pero solo jeringas.
La noche paso tranquila, Red y yo terminamos rápido, hoy había hecho aseo en la biblioteca y en el restaurante con dos parejas distintas, pero Red era más rápido.
-¿Qué tiene de importante la siguiente presentación?
-¿Recuerdas lo que te dije sobre mí y el grupo?
-Sí, solo te querían a ti.
-Bueno si les enseño que las personas quieren y conocen a todo el grupo tal vez nos dejen grabar un disco como banda. Es la última oportunidad que tengo para convencerlos.
- Te ayudare, pero dos cajas es mucho.
-En realidad eran más, solo que ya repartimos los demás folletos.
-¿Porque aceptaron que Sophie me diera el dinero? –Cambie de tema mientras terminaba de trapear.-
-Porque era el dinero de ella. –Red estaba sentado en una silla, cerca de la puerta.-
-¿No entiendo, es la dueña no?
-Sí. Pero lo que digo es que ese dinero era el que le tocaba a ella, decidió dártelo a ti pero a los demás no les gustó la idea. Aunque lo ha hecho alguna vez con todos. Estoy viendo tus intenciones, si vas a decirle algo me cuelga de los pulgares y si no aceptas el dinero te colgara de tus pulgares así que no digas nada y acéptalo.
-Está bien, vámonos. Quiero dormir.
-¿Eso es una invitación? Vaya no creí que fueras de esas chicas.
-Cállate Red.
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Mi reflejo
Roman pour AdolescentsEstoy ahí frente a él, se parece a mí lo sé, somos iguales lo sé. Pero tengo miedo. tengo miedo de mi reflejo. Cuando me mude al mismo departamento que mi prima Silene no imagine que descubriría un mundo diferente, pasaba mis días en mis clases d...