Mi reflejo

20.- Secretos a media noche.

Cuando llegamos al departamento aun no teníamos noticias sobre los chicos, estaciono la camioneta en la calle frente al edificio y subimos por suerte sabia donde escondía Silene la llave del departamento. Levante la maseta con la planta falsa, ahí estaba la llave. Abrí el departamento para ir directo a mi cuarto. Me puse unos pants verdes, tenis y me quite el maquillaje.

Cuando estaba lista fui al comedor, Red estaba en uno de los sillones acostado.

-Aun no recibimos noticas de los chicos, ¿crees que estén bien?

-Seguramente Andreas escapo, aunque me preocupa Francis y Dante.

-¿Por qué? –Pregunte a todos los comentarios que había hecho.-

-Bueno Andreas no se dejaría agarrar es muy listo, Francis tiene dieciséis y...

-Espera! ¿Francis tiene dieciséis? Si él..se ve..parece que...como paso?

-También creíamos que era mayor, hasta que encontré su licencia de conducir.

-Pero como pueden dejarlo que este en la banda! Es decir los ensayos, las tocadas en las noches, el chico tiene sexo! Y tocan en un bar, no pueden tenerlo en su grupo.

-Oye cálmate...está bien.

-¿Cómo puede estar bien?

-Le pusimos de condición que tenía que estudiar, no le causa problemas con la escuela porque lo hace en su casa, además él vive solo desde los quince y apuesto a que tú ya tenías sexo a los dieciséis.

-No. –Respondí rápido.-

-No ¿qué?

-No tenía sexo a esa edad.

-¿Diecisiete?

-No! Además no entiendo que tiene que ver esto con los chicos. No me has dicho porque te preocupa Dante.

-Porque ya lo han detenido dos veces.

-Mi prima sale con un criminal!

-Deja de hacerte tantas ideas, no es un criminal. Solo ha estado en varias peleas.

-Ustedes son un grupo de raros.

-Me vas a decir que nunca te han detenido.

No podía contestar a eso, por suerte mi teléfono sonó para salvarme de decir algo.

-Oh Paige! Te amo.

-¿Te detuvieron?

-Sii, pero no nos dejaran salir hoy. Quieren que nos quedemos aquí, voy a dormir en la cárcel. –Escuche como lloraba mi prima a través del teléfono.-

-Tranquila, que paso con los chicos. ¿Y Darío? –Recordé a mi amigo en la pelea.-

-Él no está aquí, lo que es algo injusto porque el empezó la pelea.

-No él no empezó nada, tu novio lo hizo.

-Detalles! Es su culpa y ahora todos estamos encerrados, Red no contesta su teléfono y necesito que tú nos saques mañana.

-Red está conmigo. –Me miro al escuchar su nombre.-

-Solo tengo unos minutos pásame al tarado.

Le extendí el teléfono al chico que estaba medio dormido en mi sillón.

-Si, si, ok yo voy por ustedes. ¿Andreas escapo? Muy bien. Nos vemos.

-¿Paso algo? –Pregunte cuando colgó.-

-Silene quiere que pase por ellos mañana.

-Cuando quise mudarme con mi prima no sabía que pasaría por estos problemas. Creí que todo sería más fácil, nada complicado.

-Bueno tenía que haber emoción en tu vida. –Me senté a su lado.-

-Darío y tú...-Sabia hacia donde iba la pregunta.-

-Él y yo somos amigos, nos conocimos cuando empezaba la secundaria, fueron mis primeros amigos...

-¿Fueron?

-Oh bueno, Darío no era mi único amigo, pero si era mi mejor amigo. Nunca he tenido muchos amigos, cuando vine al país estaba aterrada aunque al final ellos fueron mis amigos. Tenía mucho miedo cuando los mandaron a la guerra.

Sin darme cuenta las lágrimas habían salido de mis ojos, recordar el día en el que lo supe me partió el corazón.

-Tranquila Paige Darío está bien. –Me jalo a su pecho mientras me abrazaba, tratando de tranquilizarme, no funcionaba del todo pero era agradable.-

-Sí, él está bien. Red tienes que contarme un secreto.

-Mmm..un secreto, no sé leer partituras.

-Eso no cuenta como secreto. –A pesar que solté una risa mis lágrimas no dejaban de salir.-

-Soy uno de esos...

Al principio no entendí, pero después recordé lo que le había dicho al subir a su coche. "Uno de esos chicos con dinero."