28.- Joven sirviente.

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Darío se cambió y se colgó su mochila en un hombro. Cuando lo conocí era un chico alto pero delgaducho ahora era un hombre, tenía músculos y sus facciones habían cambiado. Ya no tenía cara de niño. Lo abrace una última vez y el me cargo, enrede mis manos en su cuello, me colgué como un mono.

-No quiero que te vayas, sabes que te voy a extrañar y lo haces apropósito.

-Es hora, además sabes que tengo que irme. –Su mano estaba en mi cabeza, peinando mis cabellos. Me dejo en el suelo y asentí, muchos podrían creer que era una despedida de una pareja pero era más, como si un hermano se fuera. No tenía hermanos pero él lo era para mí, me dolía verlo partir pero sabía que por ahora él estaba a salvo.-

Todos los chicos y Silene se despidieron de él, también se ofrecieron a llevarlo pero él no lo acepto. Cuando se fue la casa quedo en silencio un rato hasta que Francis dijo que tenía una cita. Aun no creía que este chico era en realidad ¡muy chico! Para hacer lo que hacía. Le grite que debería estar en la escuela, pero solo se rio de mí.

Después Kurt dijo que llevaría a Andreas a su casa, él se encargaría de cuidarlo acepte que se lo llevara, ya se sentía mejor de todos modos. Aunque aún no creía que fuera buena idea que tocara con el grupo.

Al final quedamos Redmond, Silene, Dante y yo. No me sentía con ánimos de estar con ellos. No los odiaba pero aun no comprendía su relación. Alce mi mano y los salude, era algo tonto pero no se me ocurría nada, corrí a mi habitación. Las cobijas seguían en el suelo así que comencé a tender mi cama.

-¿Estas tratando de huir de tus problemas?

-En realidad los estoy limpiando. Aunque creo que sería mejor cambiar las cobijas, tal vez debería comprar otro juego de sabanas.

-Ayer nos preocupamos por ti. –Red tenia los brazos cruzados en su pecho.-

-Bueno, siento que me conocieras en el peor momento de mi vida. Cuando no me pongo toda loca, soy buena persona, bueno eso me han dicho.

-Eso ya lo sé. Tal vez eres tú la que no se conoce.

-Un beso no dice nada sobre una persona.

-¿Uno? Entonces creo que llevo mal mis cálculos. Sé que te esfuerzas por hacer lo que te gusta, aprecias a tus amigos, te interesa conocer a las personas no solo superficialmente. Te gusta el estar detrás de mi moto aunque al principio te daba miedo. Además que podrías ser la hija de Lorelai Gilmore con todo el café que tomas, también eres una carnívora por toda la carne que comes.

-Tal vez me conoces un poco.

-Paige, sabes aun no entiendo porque te pusieron Paige.

-Significa joven sirviente, es un significado feo pero a mi mama le gustaba. Ella no era mexicana, conoció a mi papa en uno de sus viajes. Cuando ella se embarazo de mí y supo que era niña, decidió el nombre sin consultarlo con mi papa, al parecer lo había escuchado en algún lado y desde entonces le gustaba.

-A mí también me gusta. Aunque ¿si sabes que su origen es francés y es un nombre para hombre?

Me quede sorprendida, no lo sabía.

-¿Tu como lo sabes?

-Alemania y Francia están cerca. En unas vacaciones conocí a un chico en Francia se llamaba Paige.

-Entonces ¿mi nombre te recuerda a tu amigo?

-En un inicio sí. –Dijo con una sonrisa.-

-Pues tu nombre me recuerda ah..a...a un color.

-Redmond es un nombre poco común, además...

-Claro que es poco común, además tengo entendido que todos te dice Red igual que al color.

Red se acercó a mí, la cama seguía hecha un desorden y tenía que limpiar mi cuarto.

-Dime ¿cuál es tu color favorito?

Estaba cerca de mí, su mirada iba de arriba abajo, mirando mis ojos para después ver mis labios. Me sentía observada, un calor bajaba por mi vientre y me sentía ansiosa, emocionada.

-Verde

-Tal vez, después pueda ser rojo.

Se acercó a mí pero no me beso, quede como una tonta al cerrar los ojos y esperar a que esto sucediera. Cuando me di cuenta que esto no pasaría abrí los ojos y lo vi terminando de arreglar mi cama.

-¿Yo te gusto?

-Creí que eso ya te lo había dicho. –Si había dicho que le gustaba como persona, pero solo eso ¿no?.-

-¿Crees que puedas enamorarte de mí?

-Tal vez. Sé que tu no buscas una relación, en realidad yo tampoco pero me gustas, me gusta pasar tiempo contigo y hablar.

-¿Alguna vez has tenido una amiga?

-Sí. –Contesto rápido.-

-Me refiero a una con la que no hallas dormido. –Aclare.-

-Mmm...si, no espera creo que no.

-Ahh...ok uff –Medio grite y solté aire al mismo tiempo.- No vamos a dormir juntos, pero podemos ser amigos, no de esos amigos que se besan pero si de los que van a ver una película o cuida al otro para que en una borrachera no cometa un error con la persona menos indicada.

-¿Ser amigos como tú y Darío?

-Si!

- Mmm...no lo sé, parece que el es la clase de chico que te cuidaría de alguien que no cree que sea buena influenza, en cambio yo sería la mala influenza que te invitaría a hacer cosas que nunca pensaste.

-Sé que no llevamos mucho conociéndonos pero no eres tan malo como te ves. Además podemos divertirnos juntos.

-Ok lo intentare. –Me dio una sonrisa pero este fue solo un engaño porque me beso de nuevo.-


Si les gusto voten que no muerdo ;)

Mi reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora