Epílogo

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Un año después

Esa noche de Junio se encontraba iluminada por una Luna llena enorme que brillaba como ninguna en años, Rose al verla pensó que era algo único que eso pasara exactamente el día del baile de graduación, sentía que le agregaba emoción pero ni eso la convenció de querer ir ya que ella prefería quedarse en el techo de su casa observando el cielo y perdiéndose por horas en ello pero Cassie la había obligado a ir.

—Rose ya he soportado el hecho de que en todo el año que ha pasado no hayas ido ni participado en ningún evento social pero a este si iras, debes ir porque me lo debes, recuerda, así que iremos con Mary que dijo que nos podía prestar algún vestido— Le había dicho la chica con autoridad cruzando los brazos.

Rose recordó que favor le debía, cuando James se había ido y se encontró con su amiga ella le pidió que le contará todo pero la pelirroja sabía que eso era peligroso así que prefirió decirle que haría lo que ella quisiera a cambio de que no le contara, la chica acepto.

—Estuviste guardando el favor para esto, ¿verdad?

—Si, sabía que no ibas a querer ir así que de las tantas veces que la iba a usar para que salieras a algún lugar tuve que aguantármelas, pero ahora llegó el momento, el baile y no puedes decir que no.

—No tengo pareja.

Antes de que se hiciera el silencio incomodo Cassandra abrió la boca.

—Yo tampoco, iremos juntas.

—Oficialmente no tienes pareja, pero tú y Marcus se la llevan muy pegados últimamente lo que hace que sospeche un poco.

—Yo tengo mis secretos al igual que tú.

Cassie tenía razón, Rose no podía exigirle que le dijera algo porque ella tampoco lo hacía así que la pelirroja no tocó el tema de nuevo, pero entonces volvió a lo del baile, ese día no tenía ganas de salir de casa, por lo cual no quería ir a buscar un vestido y justo en ese momento recordó que tenía uno.

—Tendrás que ir tu sola, yo ya tengo uno que Mary me dio hace tiempo y estoy casi segura de que aún me queda perfectamente— Comentó la chica con alegría.

—Aun así debes acompañarme.

—Para tu mala suerte le prometí a mamá que le limpiara la casa ya que ella y papá irán a cenar hoy, lo dije pensando que no iría al baile pero ahora debo hacerlo deprisa para poder asistir.

—Está bien, pasare por ti a las ocho, chica. Espero que estés lista.

—Entendido, capi.

La chica se fue, entonces Rose se puso a limpiar.

Desde que James se había ido Rose se había vuelto una persona más solitaria, no por el hecho de alguna depresión causado por ello, no, era todo lo contrario, una vez el chico le había dicho que era muy dependiente de los demás con respecto a siempre estar rodeada y no quedarse sola por lo cual no le vendría mal alejarse a veces de la gente para pensar.

—¿Estas deprimida?— Le preguntó Cassie la primera vez que la chica había preferido ir al techo que a la cafetería durante el receso.

—No, solo quiero estar un rato a solas, no me siento triste por James, bueno si, pero no es la razón por la cual quiero estar sola un rato— Había respondido la chica.

Desde ese día la gente comenzó a comentar sobre Rose y su depresión por el hecho de la desaparición de su novio, pero a ella no le importaba lo gente opinaba, porque mientras ella y la gente que le importaba supiera la verdad estaría a gusto. La pelirroja dejo de salir tanto, a veces sentía que debía de que la gente era una molestia y debía alejarse de ellas pero después recordaba que eso estaba mal, que debía mantener un punto medio, la chica se sentía más libre que nunca, ya no llevaba una sonrisa enorme para intentar alegrar a todos, ahora tenía una sonrisa sincera.

Un darks encantador //editando//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora