Capítulo 3

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Valeria despertó por la luz que entraba a través de los ventanales de su habitación. Giró sobre sí misma y se quedó mirando el techo blanco.


"¿Será cierto? ¿Podré abandonar algún día este lugar?"


 Esas preguntas inundaban su mente desde que el doctor le dio la noticia hace unos días. Si había aprendido algo en estos años, es que para estar cuerda o al  menos tratar de mantener la locura a raya lo más importante es tener un objetivo en mente, que no sea nada perjudicial para otras personas ni para ti por supuesto, pero siempre tener algo que mantenga tu mente activa. A ella por ejemplo le encanta leer un buen libro o hacer sudokus para mantener su mente ocupada.

Miró su muñeca derecha, en ella estaba el brazalete que siempre debía llevar consigo: "Valeria Grey- Paciente: 3678- Habitación : 121- E.P"

Escuchar a los médicos que padecía E.P. (Esquizofrenia Paranoide) es algo a lo que ya se había acostumbrado en el período que llevaba allí.


-Al principio recuerdo haber sufrido mucho a causa de eso, no saber qué te sucede es algo realmente perturbador, no comprendía bien por qué vivía situaciones tan aterradoras hasta que me diagnosticaron mi problema- pensó ella.


Llamaron a la puerta de la habitación. Se incorporó rápidamente en la cama. Entró un enfermero con su característico uniforme celeste.


-Buenos días, señorita Grey, vengo a traerle su medicación- informó cortésmente.

-Vale- respondió con una pequeña sonrisa en sus labios.


Le entregó dos píldoras azules y un vaso de papel lleno de agua. Las tomó y fue a levantarse no sin antes de que él comprobara que las había tomado. Ya estaba acostumbrada a que le abrieran la boca y la inspeccionasen.

Él se salió de la habitación pero permaneció en la puerta mientras ella tomaba la muda limpia. Volvió a colocarse su ropa habitual como paciente, una camiseta blanca y unos pantalones color cerúleo algo holgados en los bajos.

Peinó con los dedos su cabellera oscura color chocolate para estar un poco más presentable.

El chico de antes la esperaba afuera. No pudo evitar fijarse en él ya que era bastante guapo y joven. Tenía el cabello color rubio oscuro y ojos café, era alto y con cuerpo tonificado. Pudo percatarse de que parecía algo nervioso.


-¿Es nuevo?- le preguntó con educación.

-Sí, ¿tanto se me nota?- sonrió.

-La verdad es que un poco sí, se le ve bastante nervioso con el jaleo que ocasionan los pacientes.

-¿Qué puedo decir? Este es mi primer día.

-Se acostumbrará ya lo verá.

-Eso espero... Tú eres la paciente que veo que está más cuerda de aquí- dijo sin pensar a lo que ella rió.

-Gracias, supongo.


Valeria aún recordaba el día que llegó a esa institución, no era de extrañar que estuviera así el pobre, muchas noches le era difícil dormir a causa de las risas y los gritos de muchos de los pacientes. Su vida era como una película de terror. Atravesar esa hilera de pasillos en las que se podían ver a los distintos internos tampoco ayuda mucho.


- Hay casos que hasta a mí me impresionan y eso que yo soy la loca- pensó Valeria.


Llegaron a otro pasillo antes de llegar a la sala común, allí es donde los pacientes podían realizar distintas actividades.

No pudo evitar mirar algunas de las habitaciones, ya conocía alguno de los casos de los pacientes y sabía a cuáles de ellos debía evitar a toda costa.

Los más inofensivos son una chica a la que ha apodado "Péndulo" por su constante balanceo, y un hombre al que llama "Moneda" debido a que padece un trastorno de personalidad bastante peculiar. Éstas se manifiestan depende de a que lado de su cara le estés hablando. Es como si fuese las dos caras de una moneda en un mismo cuerpo.

El caso más peligroso es el de un hombre al que apodado como "Lecter". Como el de la película, siempre lleva un bozal para evitar que recurra al canibalismo.


- Soy Scott, por cierto- le dijo su acompañante sacándola de su ensimismamiento.

-Valeria- respondió cuando regresó de sus pensamientos.


Llegaron a la sala común, se sentó en su sitio favorito, en la mesa que estaba cerca de la ventana. A ella le gustaba ver cómo es la vida fuera de esos muros, ver cómo los árboles cambian de color con el paso del tiempo y de cómo distintos animales comienzan a habitarlos.


-Aquí tienes- miró hacia un lado y vio que Scott le había traído una bandeja con una especie de puré, un vaso de plástico lleno de agua y los cubiertos del mismo material.


Le sonrió en agradecimiento y comió lo que le había traído.

Valeria dejó de comer al ver algo que era realmente inusual para ella. El Dr. Lorentz, su psiquiatra, había entrado en la sala. Nunca antes  había entrado allí, siempre se encontraba en su despacho.

Caminó hasta quedar frente a ella. Valeria lo observó curiosa.


-¿Sucede algo malo, Dr.?

-No, tranquila. Quería decirte que mañana por la mañana vendrá el especialista que te hará la prueba para ver cómo vas avanzando y si tienes la oportunidad de abandonar esta institución- le dijo con una sonrisa.

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Hola, quería regalaros otro capítulo para agradecerles una vez más que hayais decidido darme una oportunidad.

Bien se acercan capítulos que marcarán completamente a la protagonista, si queréis saber que sucede, debéis comentarme y votarme. Así sabréis que sucede en los próximos capítulos con más rapidez

Para los que me habéis preguntado si la obra está completa, voy a decepcionarlos o a alegrarlos no sé. Todavía no está terminada,pero sí la llevo bastante avanzada.

Y por último, quería que supieseis que le he dedicado el capítulo a esta persona porque se lo prometí y porque la verdad me ha apoyado mucho y espero que ella también haya contado con el mío. De verdad muchas gracias por todo y por animarme a que hiciera mi propia historia.

Fear Of The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora