Capítulo 37

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Los ánimos en la casa del Dr. Lorentz no mejoraban, habían pasado horas desde el exorcismo de Roy. Marcus no había conseguido pegar ojo debido a la información descubierta y estaba dispuesto a seguir investigando para descubrir qué lugar de Indiana iba a ser el afectado.

Jade se levantó temprano esa mañana, llegó a la cocina encontrándose a su padre entre una montaña de papeles. Frunció el ceño preocupada y avanzó hasta su padre que se encontraba en un estado de duermevela.

- ¿No me digas que has pasado aquí toda la noche?- se cruzó de brazos mirándolo desaprobatoriamente-.

Su padre soltó un pequeño bostezo antes de quitarse las gafas para frotarse los ojos en un vano intento de eliminar el cansancio.

-¿Podrías acercarme otra taza de café?- su hija lo fulminó con la mirada- Por favor...

Jade se acercó hasta la encimera después de coger la taza azul de su padre para rellenarla con café.

-¿Has averiguado algo?- preguntó mientras rellenaba la pieza de cerámica y la posicionaba frente a su padre haciendo lo mismo con una para ella-.

-No mucho, no he visto nada inusual en cuanto a anomalías climatológicas, ni problemas con el ganado ni nada por el estilo...

-¿Crees que pudo mentir?-se posicionó en la silla que estaba a su lado con taza en mano-.

-No, Roy ha verificado la información. No mentía.

-Esto es raro...- su hija tomó unos papeles para ayudar a su padre-.

-Dime, en lo que llevamos de año ¿qué no ha sido extraño?- su padre tomó un largo sorbo del café que le había preparado su hija, hizo una leve mueca de desagrado al comprobar que no llevaba azúcar ni leche-.

Se levantó para añadirle el edulcorante.

-Por cierto, ¿cómo sigues?- preguntó su padre regresando a la mesa, al ver el desconcierto en la azulada mirada de Jade se explicó mejor- De tu sed.

Jade abrió sus rosados labios para volver a cerrarlos, desvió la mirada de su padre para tomar un sorbo de su café antes de hablar.

-Mejor, papá. ¿A qué viene eso?

-Bueno, recuerdo que hace unos meses no aguantabas el dolor que la sed te ocasionaba y temí que las pastillas hubiesen dejado de hacer efecto.

Jade abrió los ojos sorprendida, Marcus se colocó las gafas de nuevo que habían descendido hasta la punta de su nariz.

-Me alegra ver que no es el caso- sonrió complacido-, sino hubiese sido complicado detenerla-.

-¿Detenerla?- sus palabras salieron con un toque de temor-.

-Sí, tu sed digo. Mientras no injieras sangre estás a salvo, Jade. Ya lo sabes.

La piel de Jade comenzó a palidecer por momentos, cerró los puños en un intento de calmarse ya que sus manos habían comenzado a temblar ligeramente. Pensamientos negativos abordaron su mente: ¿y si se descontrolaba? ¿Y si alguien más descubría su secreto? ¿Podría llegar a matar a alguien? Su padre interrumpió el remolino de amargas ideas.

-¿Estás bien, Jade?- su padre se acercó para ver si tenía fiebre pero Jade le apartó la mano con suavidad-.

-Sí, es sólo que me han preocupado tus palabras.

-Mientras no bebas sangre humana no hay problemas, tranquila- su padre le dio un beso en la coronilla para tranquilizarla-.

Jade sonrió levemente, Marcus volvió a romper el silencio.

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⏰ Última actualización: Feb 19, 2019 ⏰

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