Capítulo 16

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Maratón 1/3

Hacía unas noches desde aquella despedida, Valeria se había comenzado a sentir mal, no sabía la razón, había ido al médico y le había comunicado que estaba completamente sana.

Eso no la había tranquilizado del todo ya que seguía dándoles vueltas a todos esos sueños extraños que tenía y esas especies de visiones que la atormentaban.
Comodoro nunca abandonaba su lado cuando tenía esos dolores de cabeza tan horribles o cuando tenía esas pesadillas, hecho que ella agradecía, sentía que entre ese mal contaba con el apoyo de alguien, o más bien de algo.

Esta noche no era diferente, Valeria se retorcía en la cama debido a la angustia que sentía a causa de las pesadillas, una capa de sudor frío cubría su frente, mientras negaba repetidas veces hablando en sueños.
Su tía Kate entró en el cuarto y se acercó a ella con sigilo después de ver que su mascota trataba de despertarla con su patita.  Kate miró al  gato con reproche,  el animal captó enseguida la orden y la dejó en paz. Ella se sentó en la cama a su lado, cerró los ojos tratando de concentrarse, posó una mano en la frente de Valeria para tratar de averiguar lo que ella soñaba, al abrir sus ojos éstos eran completamente blancos.

Una vez más Valeria soñaba con una casa en llamas, ella estaba atrapada, podía escuchar truenos a lo lejos, se cubría los oídos debido al aterrador sonido. Encontró una puerta por la que podría salir, pero al acercarse una viga cayó bloqueándole el paso. Retrocedió asustada, continuaba buscando otra salida, escuchó el llanto de un bebé, buscó la procedencia del llanto para intentar ayudarlo. Llegó hasta el salón, el bebé estaba en el centro llorando desconsolado. Por una extraña razón estaba rodeado de llamas, mas éstas no osaban tocarlo, Valeria intentó aproximarse, pero una fuerza invisible se lo impedía.

En el exterior, su tía continuaba intentando bloquearla, recitando unas palabras en una lengua muerta, en ese instante un resplandor comenzó a iluminar el cuerpo de la chica, su tía la miraba asombrada, por un momento retiró la mano debido a la sorpresa, al intentar acercarla de nuevo para continuar con su cometido una especie de descarga la apartó de ella tirándola al suelo con un grito ahogado.

Sus ojos regresaron a su color natural, el cuerpo de Valeria dejó de irradiar luz. Abrió los ojos y se incorporó sobresaltada, con la respiración agitada. Su tía se incorporó y la abrazó, meciéndola en sus brazos con cariño como si fuese un bebé, mientras ella sollozaba asustada por lo que le sucedía.

-Ya está, mi niña- le dio un beso en el pelo, mientras seguía acunándola- todo saldrá bien, ya lo verás.

-¿Por qué me sucede esto?- preguntó sollozando.

-No lo sé, cariño- susurró tocando su pelo.

-Puede que esté perdiendo la cordura- respondió con un poco de miedo al final.

-No digas eso, sólo estás pasando un momento difícil, pasará pronto.

-Eso espero...

Valeria había vuelto a quedarse dormida gracias a la infusión que le había preparado su tía. Kate comenzó a comprobar que las bolsitas de cuero permaneciesen en su sitio, y que la seguridad de la casa estuviese echada. Después de comprobar que Valeria dormía plácidamente regresó a su habitación, allí se sentó en la cama y miró su mano derecha soltando un quejido debido al escozor de la quemadura que tenía.

Comodoro llegó a su lado y comenzó a lamer su herida, Kate acarició su pelaje haciendo que el animal ronroneara. El animal se acurrucó con ella posándose en su regazo.

-Creo que ya no puedo hacer nada- suspiró tendiéndose en la cama, temiéndose lo peor.

El gato se incorporó y viajó hasta su pecho lamiendo su mejilla y después un poco su labio. Kate sonrió un poco apenada.

-Lo siento, hoy no.- dijo para besar después la cabeza del animal.

Lo apartó suavemente para ir al baño a tratarse la quemadura, dejó el agua correr en el lavabo, observó que el agua caía con una lentitud impropia, como si se observara a cámara lenta, ella mordió su labio y cerró los ojos con rabia.

-¡No va irse con vosotros!- gritó alterada- ¡Prefiero morir a que vaya con vosotros, monos alados!

Empezó a sonar un chirrido muy molesto, una especie de ultrasonido que hizo que el cristal del espejo se destrozara, Kate se tapó los oídos ante el chirriante sonido y se tiró al suelo para evitar que los cristales la golpearan.

-¡No está lista!- intentó hablar por encima del sonido hasta que al fin paró.

Al levantarse el espejo estaba intacto, el agua corría con normalidad, al observar su mano la quemadura había desaparecido, ni siquiera le dolía, sólo sentía un pequeño cosquilleo en esa zona.

-Os odio, pero a veces podéis ser útiles- reconoció.

Salió del cuarto para avanzar al pasillo, allí giró en la esquina para comprobar que Valeria estuviese bien, una figura estaba junto a ella, lo que alarmó a Kate.

-Ha pasado mucho tiempo, Kate- saludó con voz monótona la persona que estaba de espaldas a ella.

-Castiel- dijo al reconocerlo- ¿Qué haces aquí?

-Ya sabes a qué he venido- se giró para mirarla de frente.

-No voy a dejar que te la lleves, no está lista, ni siquiera sabe nada de todo esto.

-Debe hacerlo, debe aprender a controlar sus habilidades.

-No, ella es una niña, debe vivir una vida normal y...- no pudo seguir ya que Castiel la interrumpió.

-No ha funcionado muy bien hasta ahora, por si no lo sabes ya ha tenido contacto con cazadores, lo sobrenatural acaba llegando tarde o temprano, no puedes hacer que lo evite para siempre.

-Mírame- lo retó segura. Giró y avanzó por el pasillo.

-Kate- la llamó con voz severa- tú sabes lo que es.

-Sí, una chica que merece una vida feliz junto a sus familiares- volteó para encararlo.

-En el momento en el que se descontrole, sabes lo que pasará. Ya hay seres detrás de su persona, y te aseguro que si pierde el control o se descarrila no serán los únicos en ir tras ella.

-¿Me estás amenazando?- se señaló a ella misma con furia.

-No, sólo te aclaro lo que sucederá...- Kate lo interrumpió.

-Si es que sucede, pero  si ni siquiera deberíais intervenir.

-Lo sé, pero debía avisarte, tiempos oscuros se avecinan...- Kate lo miraba con horror- esta criatura es muy poderosa, debo decirte que es más poderosa que yo y que muchos de mis hermanos. -Kate giró la cabeza para ver a Valeria durmiendo- Ya es hora de irme, ni siquiera debería estar aquí, todavía al menos.

Kate se quedó sola en el pasillo, recapacitando las palabras que Castiel le había dicho. Bajó al sótano y cogió el contenido de unos frascos y los fue metiendo en un cuenco de cobre mientras consultaba en un libro con apariencia de tener bastantes siglos de antigüedad.

-Es hora de ponernos en marcha...

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¡¡¡¡Hola a todos!!!! ¿Me echabais de menos? Aquí el primer capítulo del maratón, es mi forma de compensaros la espera que habréis tenido que aguantar. Lo lamento, como le comenté a una compañera de aquí de Wattpad estuve de vacaciones y tuve un imprevisto, pero bueno, como siempre espero que os guste y que sigáis con las mismas ganas de leerla.

Fear Of The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora