Capítulo 35

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Al salir del lavabo se encontró con Ian al final del pasillo.

-Ya tienes mejor color de piel- comentó el chico-.

-Sí, sólo necesitaba despejarme un poco- sonrió de forma forzada-.

-Volvamos a la habitación, ahí te contaré lo que he averiguado- comentó de forma un poco seca.

La chica asintió algo confundida por su cambio de voz pero lo dejó pasar.

...

Los tres chicos se encontraban en la habitación, Sam estaba apoyado en la mesa, mientras que los otros dos estaban sentados en las camas individuales.

-He encontrado rastro de azufre en las demás casas de las víctimas y al parecer bastante reciente.- comentó el de pelo largo- Parece ser que lo que está buscando es de vital importancia, sino no se daría tanta prisa.

-Debemos apresurarnos y encontrar lo que están buscando- comentó Ian esta vez-.

-Ian, no podemos ir a ciegas. Este pueblo es grande, no podemos ir casa por casa para registrarlas...- respondió Sam algo frustrado- Además, ¿qué ibas a decirles?

-¿Aguinaldo?- se encogió de hombros-.

-En abril...- lo miró entrecerrando los ojos y cruzado de brazos-.

-Pues felices Pascuas...-exclamó exasperado para después cambiar a un tono más sosegado- Mira Sam, he estado hablando con Roy y estas víctimas no son aleatorias ¿de acuerdo?

-Sí, eso lo habíamos supuesto- lo miró atento-.

-Parece ser que todos son familiares de cazadores, algunos conocen "el negocio familiar" y otros no, pero independientemente de ello están implicados.

-¿Qué quieren de los cazadores? Nunca se han interesado por nosotros. Bueno, excepto cuando nosotros los buscamos a ellos.

-Sea lo que sea lo tiene una familia o al menos debe estar guardado en su residencia.

-Vale, bien, tenemos el patrón. Pero aún nos falta averiguar quién tiene ese objeto que están buscando.

-No hay tiempo, como has dicho está acelerando el ritmo. Creo que lo mejor es vigilar a esos familiares y adelantarnos al demonio.

-De acuerdo. Llamaré a Marcus.

Sam se levantó y salió a la calle para efectuar la llamada y así dejar que resolviesen un poco la situación entre los dos.
Ian suspiró y se giró hacia la chica, quien estaba revisando los papeles del caso.

-¿Cómo te encuentras?- soltó de forma casual-.

-Mejor, gracias. ¿Ya no estás enfadado?- colocó el bolígrafo entre sus labios mientras seguía revisando la información-.

-Aún sigo algo molesto, pero antes no estaba enfadado.

-Pues quién lo diría...

-Estaba preocupado- aclaró-.

La chica levantó la vista al escuchar el sonido de los muelles de la cama contigua, encontrándose con la mirada de Ian que la observaba a escasos centímetros de su rostro. El chico retiró unos mechones castaños del rostro de Valeria y los colocó tras su oreja.La chica mantuvo la misma posición, sin perder la calma. Se acercó lentamente hasta ella, intercambiando la mirada entre sus ojos y sus labios. Sus respiraciones ya se entremezclaban y sus labios casi podían rozarse. La castaña colocó una mano en la nuca del chico y sonrió con suficiencia.

-Si vas a besarme... Hazlo de una vez- le incitó casi de una forma burlona-.

La puerta de la habitación rechinó y el chico se separó rápidamente de ella con semblante serio al contrario que el de la chica.

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