Capítulo 32

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Se sentía fatal, desde hacía unas horas no había parado de devolver todo lo que había en su estómago. Se abrazó a la taza del inodoro, mientras trataba de levantarse, se apoyó en el lavabo para después dejar correr el agua y así quitarse el amargo sabor de su boca. Humedeció su nuca, y tomó una respiración profunda. Contempló su imagen en el espejo, su piel estaba más pálida de lo habitual y su maquillaje se había corrido. Podía apostar que tendría unas ojeras espantosas ya que apenas había conseguido pegar ojo. Se limpió un poco los rastros de rímel y se dirigió a la puerta apoyándose en cada rincón que alcanzaba. No sabía si iba a poder volver a la cama, sólo quería dormir donde fuese. Al fin consiguió llegar al ansiado colchón donde continuar su sueño, se tumbó e inspiró tratando de relajarse para así lograr eliminar el martilleo constante que estaba experimentando su cabeza. La puerta se abrió de golpe, alzó la cabeza algo asustada.

-Tú, rayo de sol. Coge tus cosas, nos vamos- respondió una voz algo somnolienta y severa. Valeria dejó caer la cabeza contra la almohada y la enterró para después soltar un gruñido.

...

Se encontraba encima del capó del oscuro coche de Ian, Sam se acercó y le ofreció un café y una aspirina.

-¿Cómo lo llevas?- habló en voz baja.

-Fatal...No me permitas beber de nuevo- gruñó, Sam le tocó el hombro ligeramente.

-Voy a ver si consigo averiguar algo más, enseguida vuelvo- ella asintió, Sam le dio un beso en la mejilla, Valeria se puso colorada.

-¿A qué ha venido eso?- pensó mientras se tocaba la mejilla besada mientras veía cómo se alejaba.

Ian se sentó a su lado. Su pómulo derecho estaba ligeramente hinchado debido al altercado de la noche anterior, pero no le mencionó nada. Tomó una respiración profunda antes de hablar.

-¿Quién iba decir que unas copas de más iban a convertirte en Janis Joplin?

-Cállate...- respondió con voz ronca frotándose las sienes- ¿Qué hacemos aquí a las seis de la mañana?

-Si la señorita no se hubiese pillado la cogorza del siglo, se hubiese enterado de que ayer mientras Sam te llevaba al motel, hubo otro altercado parecido al caso de Roy. Sólo que esta vez ha sido su mujer la que ha asesinado a su marido.

-Vale, vale, pero repito: ¿por qué estamos aquí a estas horas?

-Ah, ya veo...- sonrió de forma socarrona- Tienes resaca, pues yo conozco un buen método para quitarla.

Ella lo miró atenta.

-Un buen plato con huevos revueltos y beicon bien grasiento.

Ella soltó una arcada a lo que él rió.

-¿Cómo puedes ser tan insufrible?

- Porque puedo...-sonrió de forma burlona, para después cambiar su semblante a uno completamente serio-Te lo tienes bien merecido.- su tono se volvió duro- Estábamos en mitad de una investigación y tú vas y te comportas como una maldita borracha.

Valeria se mordió el carrillo tratando de aguantar sus palabras.

-La resaca te servirá como escarmiento, porque te juro que ayer tuve que recurrir a todas mis fuerzas para no irrumpir en tu habitación y dejarte las cosas claras- a pesar de que no estuviese alzando la voz, sus palabras le estaban doliendo como aquella vez que discutieron- Da gracias a que Sam estaba contigo...Porque si no llega a encontrarme en el pasillo estoy seguro de que esta conversación que estamos teniendo sería mucho peor, te lo aseguro- hizo una pausa antes de continuar-No veo razón suficiente lo de tu padre como para actuar de esa manera, Valeria... Me has decepcionado.

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