Qué alivio sentí al beber agua. De repente noté dos manos tapándome los ojos. Parecían de hombre porque eran grandes y olía a colonia de chico. Me resultaba familiar ese olor.
-¿Quien soy?
-Ya decía yo que tu colonia me resultaba familiar y ahora con esa voz tan inconfundible...
-Anda, contesta a la pregunta y déjate de charlas.
-Eres Louis William Tomlinson Lewis. ¿Te vale ya señorito?
-Sí. ¡Lo has adivinado!
-Era fácil.
-¿Tan inconfundible tengo la voz?
-Demasiado jajaja. Pero me encanta.
-Ohh... que linda.- Dijo imitando el acento argentino que me hizo mucha gracia porque lo dijo con un español inventado.
-Jajaja ¿Qué haces para ser tan gracioso?
-No se, me sale solo.
-Yo creo que tienes un don o algo.
-Pero que maja eres.-Me dijo cogiéndome de la cabeza revolviéndome el pelo.
-Que manía tenéis los chicos con despeinar a las chicas.
-Lo sé por eso lo hago, para molestar.
-¿Te gusta molestarme? Muy bien ehh...-Le dije haciéndome la molesta.
-No te pongas así, era broma.
-¡Y te lo crees! ¡Serás ingénuo! Jajaja
-Mala persona, pensé que te había ofendido o algo. Ya tienes campamento para correr.
Salí corriendo mientras que de vez en cuando miraba por detrás por si venía Louis. Cada vez estaba más cerca. Me fui acercando a la zona de cabañas con suerte la mía estaría abierta y me podía esconder ahí. Llegué allí y como preví estaba abierta. Entré y cerré la puerta tras de mi. A los cinco segundos cuando aún me estaba recuperando de la carrera oí llegar a Louis. Llamó a la puerta:
-Vamos Elena, sal.
-No.
-Discutamos esto como gente normal.
-Louis, no eres el más adecuado para decirme que sea normal. Tú no eres normal.
-Vaya... Gracias... Acabas de dañar mi corazoncito.
-Ya...-Dije sarcásticamente.
-Bueno, como no me aprecias y no quieres hablar como gente madura me voy.
-Vale.- Dije con una sonrisa.
Oí sus pasos alejarse. Estuve unos minutos esperando por si no se había ido. Al final decidí salir de mi refugio. Abrí la puerta pero cuando me iba a alejar de la cabaña unos brazos me agarraron del cuerpo y me elevaron unos centímetros del suelo. Cuando le vi la cara se me formó una leve sonrisa en la cara.
-¡Louis bájame ya!
-Ni en sueños.- Él estaba agarrándome con sus brazos y no me podía soltar. Iba riendo y corriendo en dirección al lago. Le vi las intenciones.
De repente vi que estábamos en ña orilla del lago subidos a una leve colina. Louis me tiró al agua y luego se tiró de bomba. Estábamos los dos en el agua haciéndonos aguadillas. El agua estaba congelada.
-¿Tienes frío?
-Sí, mucho.
-Tienes los labios morados, anda sal y nos cambiamos de ropa para entrar en calor.
-Vale. Aunque más que ropa seca me apetece un abrazo de mi preferido de 1D.- Le dije aprovechando la situación.
-Ohhh, ¿soy tu preferido?
-Ahora sí, antes Niall. Pero es que me caes genial. Eres encantador.
-Oiinss Te mereces todos los abrazos del mundo.
Me abrazó muy fuerte. Estaba muy nerviosa, de repente dejé de tiritar. Llegué a pasar calor de los nervios en ese momento. Le devolví el abrazo y le dediqué una sonrisa, la cual me devolvió e hizo que me pusiera más nerviosa.
Por desgracia tuvimos que parar ya que los dos casi simultáneamente empezamos a tiritar.
-Vamos a cambiarnos que nos vamos a resfriar.- Dije dirigiéndome a mi cabaña.
-Ahora nos vemos Sirenita.- Me dijo con una sonrisa.
-Adiós Sebastián.- Le guiñé un ojo.
Me fui a mi cabaña. Me quité mi ropa empapada y la colgué en una cuerda que habíamos improvisado como tendero. Me puse una camiseta roja con letras blancas que ponía: "Free hugs" (abrazos gratis) y unos vaqueros cortos. Me estaba peinando cuando escuché una voz que venía de fuera:
-¡Bajo el mar! ¡Bajo el mar!- Era la voz de Louis sin duda. No me podía contener la risa y heché una carcajada a la vez que abría la puerta.
-Siempre que te veo me río.
-Eso es bueno supongo.-Me dijo dándome un abrazo.
-Me gusta que me des abrazos, pero no hace falta que me des uno cada vez que me veas.
-Es lo que pone en tu camiseta.
-Ah, entonces dame los que quieras jajaja.
-¡Bien!- Dijo con voz de niño pequeño.
Estuvimos hablando todo el tiempo libre restante y haciendo tonterías, sobre todo Louis, yo me limitaba a reírme de él.
