Lo cogí.
-¿Diga?
-Anna, no tengo mucho tiempo, necesito que me escuches.- Me dijeron por la otra línea.
-¿Quién eres?
-Soy Katherine.
-¿Qué? ¿Katherine? ¿Como has encontrado mi numero? ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?- Me senté en el escalón de la puerta de mi casa.
-Anna, necesito que le des a Harry la dirección de la casa de mi tía y que mañana a las 5:10 venga a verme que voy a salir.
-Vale, vale. Dímela.
-*Me la dijo*
-Ahora mismo le llamo, por favor, cuídate, todos estamos muy preocupados por tí. Harry está desesperado por empezar el juicio lo antes posible.
-Yo también estoy desesperada en empezarlo. Me noto más delgada que antes y hace tiempo que no hablo con nadie.- Lágrimas empezaron a salir por mis ojos.- Anna, prométeme que se lo dirás y que estéis tranquilos. Todo saldrá bien.
-Sí, ahora mismo le llamo. Cuídate, ¿vale?
-Lo haré, no llores, anda. Me tengo que ir, adiós, te quiero.
-Y yo.- Colgó, yo me quedé más de dos minutos sentada en el escalón pensando, hasta que marqué el número de Harry y mientras comunicaba fui entrando a casa.
-¿Si?- Dijo Harry.
-¡Harry!- Dije con la voz quebrada.
-Anna, ¿qué pasa?
-Me acaba de llamar Katherine.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué tal está? ¿Qué te ha dicho?
-Dice que vayas a verla a las 5:10 a su casa, que tiene ganas de verte.
-¿Y qué tal está?
-Dice que no come y que está más delgada que antes. Llévala una bolsa de chuches o algo.
-Lo haré. Necesito verla ya.
-Y yo que la veas, estoy muy preocupada por ella.
-Yo también, bueno, mañana te cuento. Adiós guapa.
-Adiós. Llámame antes, mientras y después de que estés con ella, eh.
-Lo intentaré, pero dalo por hecho.
-Gracias, hasta mañana.
-Adiós.
Colgué y me fui a darme una ducha refrescante, muchas emociones en un día. Cuando terminé de ducharme me puse el pijama y estuve escuchando música hasta que vinieron mis padres, un rato más tarde me fui a dormir que estaba cansada.
*Narra Katherine al día siguiente*
Me levanté de la cama gracias a mi tía que me estaba gritando desde el salón que le preparara el desayuno.
Me di una ducha rápida y bajé al salón donde estaba ella tirada en el sofá.
-También podrías hacer tu algo.- La dije entrando al salón acercándome a ella.
-¿Qué has dicho?- Me dijo levantándose del sofá.
-Que podrías hacer tu algo.- De repente noté una mano en mi cara. Me llevé la mía rápidamente donde había recibido el golpe, me dolía demasiado. Fui a la cocina a prepararle el desayuno.
-Vuelve a contestarme y me pienso eso de que te deje tiempo hoy por la calle.
Necesitaba salir esta tarde y ver a Harry, era lo único que necesitaba.
-No volverá a pasar, lo prometo.
*Narra Harry*
Después de la llamada de Anna se lo conté todo a los chicos, cada uno me dijeron cosas para que la diga y que les llame. Así que decidieron que Anna y Lauren vayan a casa, llamarían a Elena y pondrían la llamada en altavoz así hablaríamos todos.
Estaba muy emocionado. Ya eran las 4:00 de la tarde, me di una ducha, me vestí ocultando un poco mi rostro para que no se me reconociera. Fui al coche y emprendí camino hacia Manchester, la dirección que me había dado Anna. Aparqué el coche en frente de una casa, todavía eran las 5:00 así que decidí comprarle algo de comer a Kath. La compré dos bolsas de gominolas.
*Narra Katherine*
-Te dejo dos horas fuera, no llegues tarde.- Me dijo mi tía.
-Vale, gracias.- Dije amargamente.
Quedaban 15 minutos para que llegase la hora a la que había quedado con Harry. Me dí una ducha rápida y me vestí con unos vaqueros cortos y una camiseta que me quedaba un poco grande.
ya eran las 5:05, fui saliendo de casa en dirección donde había quedado con Harry, era un parque muy tarnquilo. Tardaba cinco minutos en llegar. Llegué y era la hora, así que me senté en un banco a esperar. Noté como alguien se sentaba al lado mío. Giré la cabeza hacia ese ser y me lancé a sus brazos, evidentemente era Harry. Estuvimos bastante tiempo abrazados, echaba de menos sus brazos. Lágrimas empezaron a caer por mis ojos, no podía aguantar más tiempo si él. Nos separamos del abrazo.
*Narra Harry*
Por fin la tenía entre mis brazos a salvo, la había echado tanto de menos... Nos separamos del abrazo y me quedé mirándola, estaba llorando. Le quité las lágrimas de los ojos y la di un largo beso, también había extrañado sus labios.
-Kath, estás muy delgada. ¿Cuánto comes al día?- Fue lo primero que la dije.
-Pues, ya que mi tía solo me manda comprar para ella, me como las sobras para comer y para cenar un sandwich.
-No puedes comer tan poco. ¿No te has visto?
-Harry, ¿qué quieres que haga?
-Toma, te he comprado dos bolsas de chuches. Cometelas de vez en cuando.- La dije dándole la bolsa.
-Gracias.- Dijo cogiendo una de las bolsas y abriéndola. Se metió una en la boca.
-¿Cuánto tiempo tienes?
-Dos horas, me dejará salir de vez en cuando, así que si me das tu número te llamaré cuando me deje salir.
-De acuerdo. Ya he hablado con un abogado, estuvimos hablando del tema, ahora está investigando sobre el caso, mañana me llamará para ver cuando es el juicio.
-¿En serio estás haciendo todo esto por mí?
-Mírate, no quiero que sufras mas. Dentro de poco estarás conmigo en casa.
-Eso espero.- Oí como le rugían las tripas de hambre.
-¿Quieres comer algo?
-No estaría mal, la verdad.
-Vamos, ¿conoces algún restaurante?
-Sí, hay uno por aquí cerca.
Fuimos al restaurante, yo no tenía hambre, pero la pagaría la comida. Era lo mínimo que podía hacer.