Eran los chicos con Anna, Lauren y Kath.
-¡Chicos!- Grité corriendo hacia ellos.
-¡Elena!- Gritaron ellos también.
Les abracé uno a uno, cuando solo quedaba Louis por abrazar, me lo pensé varias veces, pero le di un pequeño abrazo.
-Katherine, ¿te han dejado salir?- La pregunté. Me parecía raro que esté aquí.
-Sí, me han dejado hasta el día 30.
-Me alegro mucho.- La di un abrazo muy grande.
-Vamos, que aquí hay mucha gente y nadie sabe que estamos aquí.- Dijo Harry cogiendo a Kath de la mano.
Mientras que íbamos hablando me fui con Niall.
-¿Qué tal está tu amiga?- Me preguntó.
-Muy bien, ya la han quitado la escayola de la pierna.
-Que bien, me alegro.
Estuvimos un tiempo hablando hasta llegar al coche. Por suerte solo les habían visto un grupo de chicas, pero todas prometieron no decir nada de que estaban ahí.
Llegamos a la furgoneta que era de nueve plazas justas, tres delante, tres en medio y tres detrás. Yo me senté detrás con Liam en medio y Lauren al lado de él. Delante nuestra estaban Louis, Kath y Niall, respectivamente, Louis delante mio. Alante del todo Zayn conduciendo, al lado Anna y al lado Harry.
El viaje duró menos de media hora. Íban a dejarnos a cada una en nuestra casa. Yo me quedaría con Anna en su casa y Kath en la de Lauren.
-Kath, tu y yo vamos de ocupas.- Le dije.
-Sí, pero nos quieren.- Dijo mirando a Lauren. Ella rió.
-Mucho.- Dijo Lauren.
Llegamos a la casa de Lauren, Kath y ella se bajaron. Nos dijeron a Anna y a mí que nos llamarían para quedar mañana.
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Ya habíamos comido en la casa de Anna, habíamos pedido una pizza porque sus padres no estaban.
Ahora estábamos en su habitación escuchando música y hablando.
-¿Qué tal con Louis?
-Le he abrazado, la verdad es que le echaba de menos.
-Y él a tí.
-No se, no lo parecía.
-Hazme caso, cuando hablábamos de ti se ponía triste y a veces se enfadaba.
-¿Louis triste? Eso es raro.
-Sí.- Dijo riendo-. Me contó Zayn que cuando fueron a ver a Kath le preguntó a Louis que le habías dicho cuando te llamó y dijo que si tu no querías hablar con él sería cosa tuya. Algo así.
-¿En serio?
-Sí.
-Creo que voy a hablar con él.
-Sí, es lo mejor.
-¿Me das su número?
-¿Lo borraste?
-No, solo que no me lo dio.
Me dio su número y me quedé yo sola en su habitación para llamarle. Marqué el número con las manos temblorosas y al tercer tono contestó.
-¿Si?
-Hola Louis.
-¿Elena?
-Sí soy yo.