2 SEMANAS DESPUÉS.
Estos días han sido los mejores de mi vida.
He pasado todos los descansos tocando el piano y la guitarra con Liam, es encantador y muy simpático. Tenemos muchas cosas en común. He conocido cosas de él que no se cuentan en las revistas ni redes sociales. Él también conoce cosas de mí que no sabe todo el mundo. A parte de ser uno de mis ídolos tambié en un gran amigo en el que se puede confiar plenamente.
Cada vez que me he cruzado con Louis esta semana ha sido para reírnos el uno del otro. No sé como lo hace para estar todo el rato sonriendo pero me encanta.
Con Niall también me llevo genial, aunque a veces me pide que vaya al quiosco para que le compre algo porque hay veces que se queda con hambre en la comida y le regañan por comer tanta chuchería.
A Zayn siempre le pillo mirando a Anna. Creo que están enamorados el uno del otro.
Harry y Katherine pasan mucho tiempo juntos, parece que él se preocupa mucho por ella, cada vez está más alegre gracias a él.
Ultimamente el tiempo está cada vez peor. Hoy está más nublado que de costumbre y no se ve ni un rayo de sol, parece todo muy triste y apagado.
En estos días habíamos avanzado mucho con la obra de teatro de Louis sobre zanahorias. Era muy divertida.
Después de estar con Louis me tocaba con Liam. Me senté en el mismo sitio que antes. Estuvimos aprendiendo a tocar diferentes instrumentos y canciones para tocarlas.
De repente me sonó el móbil en mitad de clase, miré a Liam con suplica y él con una sonrisa aprobó a que saliera afuera de clase a descolgar la llamada. Realmente no me la esperaba, era Irene, una amiga de España. Me resultó extraño que me llamara, y sobre todo a las 11.30. Descolgué lo más rápido que pude.
-¡Irene! ¿Qué tal? ¿Cómo es que me llamas?
-Elena, hay un problema.- Dijo con la voz ronca y llorosa.
-¿Qué pasa Irene? No me asustes.
- A Lucía la han atropellado esta mañana a las 10.00h cuando iba por la calle, iba hablando por teléfono conmigo. Ahora estoy en el hospital a ver qué dicen los médicos.
-Pero, ¿está bien?- La dije temblando y con lágrimas en los ojos.
-No lo sé. Te tengo que dejar, viene el médico. Cuando sepa algo te llamo.
-Adiós, sí por favor.- Colgué y me caí al suelo llorando.
Debió enterarse Liam del golpe que di al caer porque salió corriendo del aula.
-Elena, ¿qué te pasa? ¿por qué lloras? ¿quién era?
-Liam...- Solo pude decir eso, estaba demasiado nerviosa como para hablar.
-¿Qué ha pasado Elena?
-Mi amiga... Lucía... La han atropellado...- Me derrumbé en sus brazos, él reaccionó abrazándome cada vez más fuerte acariciándome la cabeza suávemente y dándome pequeños besos en la cabeza.
-Tranquila, todo va a salir bien. Ya verás.- Se separó de mi cuerpo y se levantó para ayudarme a levantarme.
-No te separes, abrázame, por favor. Eres el único que me conoce tanto como para consolarme. Por favor quédate.- Le supliqué.
-Eso está hecho pequeña.- Nos quedamos como antes 10 minutos hasta que paré de llorar porque ya no tenía más lágrimas que soltar.
Más tarde él se levantó y me ayudó a levantarme. Tengo una gran suerte de tenerle como amigo. Sin él no hubiese podido parar de llorar.
-Quiero irme Liam.- Le dije sollozando.
-¿A dónde?
-A España, tengo que estar con ella.
-Lo siento, pero no puede ser.
-¿Por qué? La tengo que ayudar, ella haría lo mismo por mi.
-Lo sé, pero te tienes que quedar. Ha dicho tu amiga que te mantendrá informada, ¿verdad?
-Si, pero quiero estar con ella.
-Pero si te vas, ¿qué haré yo solo con estos locos?
-Es verdad, me tengo que quedar.- Siempre consigue sacarme una sonrisa, como Louis, pero Liam es diferente.
-¡Bien! he hecho que sonrias, un punto a mi favor.
-Muchas gracias Liam, eres el mejor.- Le di un beso en la mejilla, justo en ese momento sonó la dichosa música del final de clase. Por mi culpa Liam había perdido una clase.
-Vaya... Llegó la hora del descanso... Adiós Elenita, no te preocupes, todo saldrá bien.- Me dio un caluroso abrazo de los suyos y se despidió con la mano entrando a su clase. Yo me fui a mi cabaña, necesitaba estar un rato a solas. A mitad de camino me volvió a sonar el móbil, era Irene otra vez. Recé porque fueran buenas noticias.
-Hola Irene, ¿qué tal va?
-Siento darte esta noticia, pero dice el médico que se dio un golpe muy fuerte en la cabeza y que a lo mejor no despierta.- Me dijo ella entre sollozo y sollozo. Tenía la voz más ronca que antes y la temblaba mucho.
No pude aguantar y lloré otra vez a lo que ella me siguió. La tuve que colgar, no aguantaba más.
Me senté en el suelo apoyada en el tronco de un árbol, puse la cara entre mis rodillas y la bajé aún más con mis manos entrelazadas en mi cuello. De repente empezó a llover fuertemente produciendo una cortina de agua a mi alrededor que no dejaba ver más de un metro de distancia.
Divisé a poca distancia una silueta que se aproximaba velozmente hacia mi. Tras unos segundos pude verle claramente, era...
