Pasó ya el mes que quedaba para ir al campamento. Era la noche anterior de marcharme. Cada vez estaba más nerviosa. Decidí acostarme pronto para la mañana siguiente estar descansada, aunque no me sirvió de mucho, ya que no dormí nada en toda la noche. Se me hizo eterna.
A la mañana mi padre vino a mi habitación para avisarme de que me fuese preparando porque ya era la hora. Me duché, me vestí con unos vaqueros cortos, una camiseta de tirantes blanca y unas converse azules. No me maquillé ni nada, solo me puse un poco de colonia. Cogí mi equipaje y llamé a Lucía para que fuese saliendo, ella me despidiría en el areopuerto al igual que mi padre. Mi madre y mi hermana mayor se quedarían en casa, asi que me despedí de ellas. Salí de casa y fuimos a buscar a Lucía la cual estaba ya fuera de su casa esperándonos. Se sentó en el asiento de detrás del copiloto (en este caso yo). Llegamos al areopuerto en media hora. Casi ni hablamos, yo tenía una mezcla entre nerviosismo, felicidad, tristeza y sueño en mi cuerpo, lo que producía que no pudiese ejecutar palabra. A Lucía se la veía demasiado triste, tenía los ojos llorosos y parecía que no estaba.
-Solo van a ser dos meses, Lucía.
-Ya, pero te voy a echar un monton de menos.
-Yo también a ti.- La sonreí para animarla.
En ese momento llegamos al areopuerto, íbamos justos de tiempo. Eran las 8.30 y el avión salía a las 9.00. Facturamos el equipaje, lo que suponía que me tenía que despedir ya de mi padre y de mi mejor amiga. Lucía ya estaba llorando y mi padre estaba serio intentando consolarla igual que yo.
La abracé y la dije:
-Hablaremos todos los días.
-Vale, pero no te veré en dos meses.
Estuvimos 10 minutos despidiéndonos. Les di un abrazo a cada uno y me fui al control de seguridad. Lo pasé sin ningún problema y mientras que estaba en una tienda del aeropuerto comprando una revista para el viaje oí que anunciaban mi vuelo. Pagué y me marché hacia la puerta de embarque. Me subí al avión y en vez de dejar el bolso que llevava de equipaje de mano en el compartimento superior a los asientos lo dejé debajo de mi asiento que se situaba en la ventanilla que daba al ala derecha. A mi derecha se sentó un chico más o menos de mi edad. Era moreno con una cresta corta, los ojos marrones verdosos. Por lo que vi iba solo. Enseguida al sentarse se puso sus cascos azules y cogió su I pad que tenía una funda del Real Madrid.
De repente mientras que escuchaba I would de One direction noté unos golpecitos en mi hombro derecho, me giré y vi que el chico que estaba a mi lado me sonreía. Me quité los cascos.
-Lo siento por no haberme presentado antes, me llamo Diego.
-Encantada, me llamo Elena.- Le sonreí y le di dos besos.
-¿Qué estabas escuchando?- Me preguntó curioso.
-One direction ¿y tu?
-Puag, mi hermana no para con esos. Maroon 5.
-No está mal, prefiero One direction.
Estuvimos todo el viaje hablando de todo, pero sobre todo de música. Tras dos horas de viaje llegamos a Londres.
Nos despedimos los dos, cogí mi bolso y salí del avión. Recogí mi maleta de la cinta. Cuando llegué a la sala donde me tenían que recibir me llevé una gran sorpresa. No me lo podía creer. Tenía un papel con mi nombre en una preciosa caligrafía, me dedicó una sonrisa, su sonrisa de la que aunque él no me conociera todavía ya me había enamorado.
-Esto es una broma, ¿Dónde está la cámara oculta?- Dije temblando.
