Me encontré con los otros cuato chicos sonriendo. Me quedé clavada en el sitio sin poder moverme con la boca abierta. Ellos seguían sonriéndome. El primero que se levantó a saludarme fue Louis tras el momento en el que Liam se dio cuenta de que me había quedado absorta. Louis me abrazó y me dio dos besos en las mejillas.
-Hola Elena, encantado yo soy Louis, que por tu cara parece que ya sabes quien soy.
-Ho...la. Sí... te conozco, o por lo menos eso dicen mis pósters.- No se por que dije eso, qué vergüenza. Se rieron todos hasta yo. Luego me saludó Harry de la misma manera que Louis. Seguidamente Zayn y por último Niall.
-No habrás traído comida ¿no?- Me dijo dándome un cálido abrazo.
-No, la verdad es que no. No esperaba que os fuese a conocer. Así que no he podido traer nada.
-Vaya... Que pena... Estoy muerto de hambre.- Dijo con la cabeza baja tocándose la tripa. Tras rellenar unos cuantos papeles como que había llegado, Liam me acompañó a mi cabaña. La número ''7''. No había nadie pero se notaba que allí habían tres personas más. Había dos pares de literas, una a cada lado y un pequeño baño con dos duchas, dos lavabos y dos retretes a la izquierda de la entrada. Al fondo de la estancia había cuatro taquillas. A mí me habían asignado la número 3. Dentro tenía cuatro perchas y tres baldas metálicas. Liam me ayudó a colocar todo, la verdad es que era muy caballeroso. Terminamos de colocar todo en 15 minutos. Estábamos sentados en mi cama aburridos hasta que a Liam se lo ocurrió una idea. Salió de la habitación corriendo y no me dio tiempo a pedirle ninguna explicación. Regresó rápido y antes de preguntarle nada vi que venía con una guitarra colgada del hombro por una cinta.
-Saca tu guitarra y toquemos.
-Vale. Así aprendo de ti.
-O yo de ti.
Decidimos tocar Moments la cual me sabía de memoria. Al terminar acabé llorando de la emoción.
-Eeh, ¿por qué lloras?
-Me he emocionado, no me creo todavía esto.
-Pues ve creyéndotelo, porque vas a estar aquí 3 meses.
-Ya, me iré acostumbrando, pero seguís siendo mis ídolos.
Seguimos tocando durante un buen rato, no solo canciones de çone direction, si no de otros artistas. Le enseñé a tocar "Te he hechado de menos" de Pablo Alborán.
De repente nos interrumpieron unos gritos y unas risas que provenían del exterior. Vi como abrian la puerta y aparecían tres chicas que aparentaban mi edad. Una de ellas se quedó blanca al ver a Liam. Las demás saludaron alegres.