Era el último día de clase del curso. Por fin terminaría el bachillerato y podría irme a la universidad.
Última hora, nos daban las notas, sabía que no suspendería ninguna, pero me hacía la misma ilusión recibirlas.
Cuando nos las repartieron nos fuimos todos a casa. De camino fui escuchando música de mi grupo favorito: One Direction. Cuando llegué dejé mi mochila y subí a mi habitación. Estuve un rato escuchando música y cantando. Después de media hora mi madre llegó y me gritó desde abajo, fui a ver que pasaba.
-¿Qué pasa?
-Lee esto.-Me ntregó una carta con un sello. Vi que era del campamento al que tanto quería ir en Londres, dentro de esa carta solo podía decir si estaba admitida o no.
-Mamá, es del campamento.
-Sí, leelo, a ver si te han admitido. Me dijo con ilusión.
-"Querida Elena (mis apellidos) ha sido admitida para ir al campamento de escuela de talentos en Londres. Tendrá que ir el día 1 de julio hasta el 10 de septiembre". Enseguida me puse a dar saltos de alegría, al verme así de feliz mi madre me felicitó y me dio un gran abrazo. Seguídamente cogí el teléfono y llamé a mi mejor amiga, la cual parecía hasta más emocionada que yo, lo cual parecía difícil porque yo estaba muy feliz y emocionada.
Quedamos por la tarde para ir al centro comercial más próximo a nuestras casas para comprar las cosas que me servirían para el campamento. Fuimos allí a las cinco y media de la tarde, estuvimos comprando ropa, material... Hablamos sobre todo del campamento, pero también de One direction.
-En los meses que vas a estar en Inglaterra los chicos van a estar allí así que alomejor los conoces.
-Lucía, voy a estar en un campamento, no en Londres.
Nos fuimos del centro comercial sobre las siete y media tras haber comprado un montón de ropa. Decidimos que como hacía buen tiempo y yo tengo un jardín bastante grande, de acampar allí y ver las estrellas. Cenamos pizza, la cual hicimos nosotras, no quedó del todo mal. También asamos nubecitas en una pequeña barbacoa que tenía. Después de eso nos tumbamos en el césped en nuestros respectivos sacos de dormir y hablamos mirando a las estrellas.
Nos quedamos dormidas en seguida. El día había tenido muchas emociones.
Al día siguiente nos despertamos muy pronto por la luz del sol que golpeaba directamente en nuestras caras. Nos desperezamos lentamente y tuve una idea. Me acerqué lentamente a Lucía que estaba todavía adormilada y como estaba cerca de la piscina la empujé produciendo que se cayera y se empapara. Cuando iba a salir de la piscina me puse a correr por el patio porque ya sabía sus intenciones. No me sirvió de mucho porque enseguida me alcanzó, me cogió por la cintura y fui directa dentro de la piscina. Cuando pude abrir los ojos tras la zambullida la vi junto a mí. Nos habíamos caído las dos al agua.
De repente vi a mi madre salir al jardín con cara de pocos amigos. Salimos corriendo del agua y la miramos con cara de perritos abandonados para que no nos regañase. No nos libramos de eso pero luego mi madre se unió a las risas que había formado lo ocurrido. Esto fue lo más interesante antes de marcharme a Inglaterra.