"Por ti, jamás"

CAPÍTULO 7

Dedicado a: jakime-6293

Inpresiones...

De un salto me puse de pie y retrocedí. No puede ser él, no ese James. Si sabía que era castigo divino pero nunca hice algo tan malo para merecer esto.

No podía creerlo y podía asegurar que me había puesto tan pálida que combinaba muy bien con el vestido que traía.

James se acercaba hacia mi. No sabía que era lo que tramaba. Lo que si sabía era que si se trataba de James, algo malo ocurriría.

Ya estando frente a mí, James tomó mi mano y la beso. ¿Quién se creía? ¿Venir como si nada? Y ¿Le habrá dicho a sus padres lo que ocurrió?

-Me llamo James Albrith y es un gusto al fin conocer a mi prometida.
-¡El gusto es mío James!

Después de haber dicho esto con cierto sarcasmo, le pisé el pie con todas las fuerzas que tuve en esos momentos.

Pude escuchar como el tacón se rompía por la fuerza con la cual pise a James.

Ya había pagado lo que merecia, aun que a mi criterio merecia cosas peores pero ¿Quién era yo para juzgar?.

James emitió un grito ahogado, pues no sería varonil llorar por un pisotón.

No me quedaría a escuchar las reprimendas de mi madre así que salí de la habitación a paso apresurado.

A lo lejos escuche a James prometerle a mi madre que me llevaría de vuelta.

¡Quiero ver que lo intente! Creerse capaz de decirme que hacer, vaya hombre valiente que resultó ser. No sabe con quien se mete.

Antes de adentrarme al pequeño bosque que llevaba al límite de las tierras lo pensé.

¿Estaría lista para pasar por donde mi padre había sido herido? Si no lo hacía corría el riesgo de que James me encontrara.

Así que lo hice, entré en aquel pequeño bosque que solo me traía amargos recuerdos.

Me adentré lo suficiente para que no me encontrara. Pero para mejorar las cosas, decidí subirme a un árbol para que le fuese más difícil encontrarme.

Agradezco tener condición para subir a un árbol pues eso me ayudaría con mi cometido. No dejaría que James viniera a mi casa a decirme que hacer.

Y pensar que en unos meses seria su esposa. Tendría que ser sumisa a lo que el diga, quisiera o no.

El estómago se me revolvió al pensar en ello. No es que me emocionara la idea de casarme con el si no todo lo contrario.

Salí de mis pensamientos al escuchar el sonido de las ojas crujir bajo los pies de James. No se como logró encontrarme pero la idea de subirme a un árbol fue la mejor.

Contube la respiración al ver a James justo debajo de mi. Era tentador el saltarle ensima pero quedaría como una ridícula si lo hacia.

Cuando perdí a James de vista, decidí bajarme del árbol donde me encontraba.

"La idea de subirme a un árbol fue la mejor" Si claro lizzy. La altura del árbol era considerable.

Al menos que no quisiera que James se quedara viudo, tendría que cuidar como bajaria y con mi estatura escasa todo se complicaba.

Justo cuando estaba a punto de bajar por iniciativa propia, resbale. Y cómo no hiba a resbalarme si deje mi tacón clavado en el pie de James.

Cuando abrí los ojos, supongo que cerré mis ojos por que al caer creí que sería mi fin pero aún estaba viva, vi a James.

Esa sonrisa cínica que ponía al verme enojada por causa de el, adornaba su perfecto rostro que ahora solo quería golpear.

Por más que me movía, no lograba liberarme de el y más fuerte me sostenía.

Me bajó y me aprisionó contra un árbol, tomando mis manos para impedir que me soltara.

-Lizzy ¿Acaso intenta evadirme?
-¿Qué le hizo creer eso? Usted no me a dado motivos ¿O si?
-No, claro que no. Pero sería muy tonto que usted intentara uir de mi.-Dijo en un tono seductor.
-¿Por qué?-Pregunté con voz apenas audible pues su aliento golpeaba mi rostro por la cercanía de ambos, lo que me hacía difícil pensar.
-Por que no importa cuanto lo intente, no podrá escapar de mi lizzy y no esta en mis planes dejarla ir.

¿Que estaba haciendo? ¿Me está besando? ¡¿Me está besando?! ¡Si me está besando!

Sus labios eran tan cálidos, no se porque pero una muy pequeña parte de mi lo quería y la otra muy grande lo detestaba.

¡No! ¡Mi primer beso fue con un idiota! ¡¿Cómo pudo atreverse?!. Me besó sin siquiera saber si yo quería besarlo.

"Lizzy, no te hiba a preguntar si tu querías besarlo" pensé.

Cuando se separó de mi, me miró con extrañeza.

-Lizzy ¿Qué ocurre? No me diga que es su primer... o no.

Me cubrí el rostro con ambas manos. No quería que me mirara a la cara.

Parecía una tontería llorar por un beso robado pero cada beso mío para mí valía algo y más si se trataba de mi primer beso.

Me fui de ahí tan rápido como pude, no le daría el gusto a James de verme llorar por algo que a él le parecía simple y sin sentido.

James me gritaba a lo lejos pero no quise escucharlo. Subí a mi habitación y me encerré.

No iría al almuerzo, ni a la cena ni a ningún lugar donde James estuviese.

Jane insistía en entrar a hablar conmigo pero me negué. No se tenía la culpa lo sé, pero no quería preocuparla por algo tan tonto.

Además conociendo a Jane, en vez de apoyar mi justificable enojo, probablemente se pondría de parte de James por considerar el beso algo romántico.

No le diré a Jane. Pero la realidad es que, pronto me casaría con James y si el quería podía besarme.

Afín y al cabo seré su esposa y podía hacer lo que le plazca. No quiero imaginar lo que me espera.

Después James apareció frente a mí puerta diciendo que me explicaría todo y que lo sentía pero igual lo ignoré.

¿Qué hiba a explicar? ¿Qué no podía controlar sus impulsos? O ¿Qué ninguna mujer se le había negado a besarlo?

Me cambié para dormir. No me sentía muy bien que digamos. Sentía que si comía o bebía algo, no tardaría en devolverlo.

No dejaba de pensar en aquél primer beso. Fue un beso perfecto con un hombre imperfecto.

Me recosté en mi cama para intentar dormir. Estaba apunto de cerrar los ojos cuando escuche algo o más bien a alguien saltar a mi balcón.

Tomé un libro de unas mil ojas, que a mi criterio dejaría inconciente a cualquiera, y salí al balcón.

Cuando hiba a poner en marcha mi plan para golpearlo...

-¡¿Qué haces aquí?!