Right Friggin' Now (Justamente Ahora)

Capítulo 23: OH DIOS

Volví a casa no tenía planeado nada así que iba directa mi cama, y así fue, mi cama, yo, dormida unas tres horas hasta que el hambre me llamo.

Baje las escaleras cuando olí comida, rece que no fuera Jordán, pero era él.

¿Quién más se infiltraría en mi casa?

Mire a la sala y la posibilidad de escapar sin que se dé cuenta estuvo, pero yo estoy hecha un asco y tengo hambre.

Los pasos que doy hacia la cocina lo hago rápido si vamos a la orca que sea rápido.

— ¿Sam? — Miro a Jordán, me sonríe – Que bueno que despertaste, comes – me tendió un plato con pasta, él sonrió más y se volteo hacia el refrigerador.

Mire el plato, de todos los ángulos posibles, y acerque mi cara, olía bien.

—Adelante, come – me senté y trague un bocado, mire hacia todos los lados, tomo otro y saboree un poco.

—Esto... — murmure.

— ¿Te gusta?

—Esta delicioso – y no estaba mintiendo — ¿Tu lo preparaste? — pregunto llevándome otro bocado a la boca.

Vaya, esto si era un sorpresa, aún no he vomitado y sigo respirando.

—Sí, tuve algo de ayuda.

—Así ¿Quién? — A quien tengo que agradecerle.

—Pues...

—Yo – mire detrás de Jordan, Johanna está detrás de él y me sonrió.

Abro la boca y los miro.

—A bueno, eso no lo esperada.

Me miraron y sonrieron más.

—Vale esto es incómodo y da miedo.

—No tiene por qué serlo, solo queremos hablar – hablo Johanna.

La mire, me pare rápidamente y corrí a las escaleras.

—Atrápala.

Casi llegaba a la mitad de las escaleras cuando mis pies ya no estás en el suelo y mi cabeza estuvo a punto de chocar contra el piso.

—Wo wo wo, más cuidado – Jordán me levanto y me llevo al sofá.

—No hay que hablar, Jordán y yo hablamos y el mundo está en perfecto orden cósmico.

—Si bueno, queríamos hacerte algunas preguntas.

Niego con la cabeza.

—No.

—No era una pregunta, es una afirmación.

—No pueden obligarme a hablar – se miraron entre ellos.

—Bueno supongo que no quieres escuchar en qué punto estábamos cuando nos desabristeis en el departamento de Jordán, veras hay algo que llaman orga—

—! OH POR DIOS NO !— lleve mis manos a mi cara me hundi en el sofá, lo que menos necesito ahora es la vida sexual de Jordán y Johanna.

— ¿Responderás nuestras preguntas? — le mire con odio y asentí.

— ¿Te molesta que salgamos?

—Bueno, en verdad no sabía que salían, aunque siempre fue una posibilidad muy latente, no, no me molesta.

—Sobre lo que viste – los mire incomoda — ¿Qué piensas respecto a eso? — pregunto Johanna con algo de incomodidad.

—Sobre el... sexo.