Narrador omnisciente
Stiles corrió después de que sus amigos consiguiesen romper la puerta. Apenas había ido una vez a ver a Lydia, pero no había olvidado el camino hacia su habitación. O lo que se suponía que era.
Llegó en poco tiempo, y visualizó de nuevo las cuatro paredes que retenían a Lydia. Bañadas por azulejos sucios, que tiempo atrás eran blancos, y en el fondo junto a una de las paredes, la cama casi desnuda sobre cuatro patas de hierro que sostenían a la joven. Lydia se encontraba casi inconsciente, con la almohada llena de sangre por los experimentos de aquellos salvajes. Stiles maldijo al ver su estado, y corrió para acercarse a la chica.
Lydia le miró cuando Stiles entró en la habitación, y sus ojos se abrieron. Estaba asustada, pero a la vez preocupada por él. Ella era consciente del peligro que suponía para cualquiera de las personas que estuviesen a su alrededor. En cualquier momento, la chica gritaría y tras las artimañas que colocaron en su cabeza, el grito de Lydia podría tratarse de un arma casi nuclear capaz de destruir cuanto tuviese por delante.
―Stiles... No puedes estar aquí...―susurró asustada.
Lydia estaba aterrorizada, más cuando vio a Stiles entrar en la habitación. Tenía miedo por lo que ella podía hacer, e impotente por no poder detenerlo.
Pero Stiles ignoró la petición de Lydia, y terminó de acercarse a la chica. Se arrodilló y acarició el cabello mojado de sangre de la joven. Ambos temblaban a tan poca distancia.
Stiles se habría perdido en la mirada de la chica, si no fuese porque un gran agujero se encontraba en la cabeza de Lydia. Rodeado de sangre y en muy mal aspecto, hizo que Stiles retrocediese algunos pasos y pudiese darse cuenta de que Lydia estaba atada. Stiles tembló.
Pero Lydia no podía permitir que Stiles estuviese ahí, ella no podía dejar que él muriese por intentar salvarla.
―Vas a morir si te quedas...―le confesó la chica.
Sin embargo, lo que ella desconocía es que Stiles sí sabía los riesgos, y que, por encima de ellos, seguía decidido a salvarla. Y aun conociendo lo que sucedía, Stiles se encontraba realmente impresionado, y, aterrorizado, por la realidad. Las fotos no siempre reflejan la realidad.
Lydia volvió a intentarlo, y le pidió que se marchase. Stiles se aferró a la mano de la chica y tragó saliva. Le costaba mucho verla así, más con todo lo que ella significaba para él. Y el joven pensaba que, si hablaba, lloraría explotando con todo. ¿Quién podría haber hecho esto a una simple adolescente?
Su corazón se removía cada vez que veía las lágrimas de Lydia salir de la cuenca de sus ojos. El olor a la sangre fresca no ayudaba, y el chico quería gritar. Pero bien sabía que, si lo hacía, acabarían descubiertos.
―Stiles...―Lydia quiso seguir intentándolo. Ella sabía que estaba muerta, no era tan ignorante para conocer su futuro. Pero no podía permitir que Stiles, o el resto de sus amigos lo hiciesen por ella.
―Lydia. ―la interrumpió el chico. Stiles miró a Lydia a los ojos y tuvo que volver a tragar saliva. Sin embargo, su boca se encontraba demasiado seca. ―No me iré sin ti.
Lydia sintió su corazón reavivarse por momentos. Ella desconocía por qué los latidos estaban tan acelerados. Y, aunque sentía el deber de proteger a sus amigos, no quería que Stiles se separase de ella.
Sin embargo, su moral estaba por encima de su corazón, y debía intentarlo una vez más.
―Stiles...―su voz acongojada le llamó una vez más. Stiles había desabrochado una de las manos atadas a la camilla funeste de Eichen House.
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Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)
FanfictionEl cambio llega para todos, y ahora lo hizo con April. Es el turno de Liam. Es su turno para ayudarla a tomar el control. ...