Capítulo 26 - El ancla de April.

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A pesar de que el lunes había llegado rápido, el nudo en el estómago seguía persistiendo. El dolor y la incertidumbre de no saber cuál es la realidad y cómo afrontarla.

Todo estaba mal antes de conocer la versión de Liam, pero tras saber qué había ocurrido exactamente por su cabeza, las cosas no mejoraron. Si no todo lo contrario, fueron a peor.

Le amé, y después le odié. Y tras conocer su versión de los hechos, me odié a mí misma por no poder odiarle a él.

Pero eso no solucionaba nada, claro que no. No confiaba en él, de la misma manera que tampoco confiaba en mis decisiones.

Durante mucho tiempo, había tomado decisiones horribles, pero sin duda, todo se remontaba a una. El día que empecé a investigar sobre la desaparición de mi primo.

Jamás me arrepentiría de haberlo hecho, pero eso no puede restar que fuese la peor decisión de mi vida. El comienzo de cómo mi vida se transformó en un auténtico espectáculo de cine.

Si alguien, hace unos años, me hubiese dicho qué sería de mi vida, nunca le habría creído.

Pero aquí estoy, con el corazón roto y sin una manada a la que pertenecer con tan poco tiempo como mujer loba.

No intento dar lástima, pero realmente esto apesta.

¿Nunca has sentido cómo todas las estructuras y pilares de tu vida se vienen patas arriba?

Y a pesar de ello, no extraño a mi manada, pues nunca pertenecí a ella. Pero no puedes pedirle a un lobo que esté sin manada, de la misma manera que un niño no debe estar sin sus padres.

―April, vamos a entrar. ―me dice June despertándome por completo de mis pensamientos. La observo por un segundo, y recojo mi mochila tirada en el suelo para levantarme de la silla de espera de la sala de ginecología.

June está nerviosa, y no me extraña. Tantos cambios en su vida, y tan poco tiempo para asimilarlo.

Además, el tener a alguien como mi primo de padre, no debe ser relajante para ninguna mujer coherente y sensata.

Cuando entramos en la sala de consulta, mi primo comienza a marearse con tan solo ver las máquinas. Llevo ya media hora escuchando latir su corazón sin cesar, pero en este momento, está a punto de estallarme los tímpanos si no se relaja.

Le echo una mirada desafiante, pero él tampoco me dedica mucha atención. Tampoco lo hace con June, quien se ha tumbado en la camilla. Isaac simplemente busca un banquito donde sentarse, y mete la cabeza entre las piernas apretando su cabeza con las manos.

― ¿Te encuentras bien? ―le pregunto al acercarme. Isaac levanta la cabeza y me mira de reojo, luego solo se encoge de hombros y vuelve a esconderse.

El ginecólogo llega y observa la escena con suma atención para luego soltar una risilla.

―No te preocupes chico, es normal que te pongas nervioso. Aunque eso suele pasar llegado el momento del parto.

―Es el tema de los tubos, las máquinas... el gel que echas. No soporto a los médicos, sin ofender. ―dice Isaac mientras intenta cerrar los ojos.

―Isaac, puedo quedarme con June. Puedes salir si quieres.

―No, no te preocupes. ―responde reponiéndose inmediatamente Isaac. ―Es mi hijo, y voy a estar.

Sonrío divertida. Solo un zoquete como Isaac puede intentar parecer tan machote, aunque se esté muriendo por dentro.

Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora