Capítulo 25 - Lo inolvidable.

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Suena algo a lo lejos, gimo y me remuevo entre las sábanas ignorándolo. Mi cuerpo vuelve a relajarse y encuentro el sueño nuevamente. Una vez más suena, y abro los ojos. Con la mano derecha y manteniendo los ojos cerrados, cojo el teléfono de la mesita junto a la cama y lo pego a mi oreja como puedo.

― ¿Quién? ―pregunto con voz ronca. Escucho una risilla al otro lado.

―Son las once de la mañana, ¿es que no piensas levantarte nunca?

Abro los ojos un poco cansada, y bostezo. Miro el reloj de la mesita de noche para confirmar que lo que dice June es cierto. Pero tampoco me alarmo.

Es fin de semana, y he pasado una noche pésima pensando en cómo pude besar a Thomas mientras sigo pensando en Liam.

Yo no soy de esas chicas que besan a todo el que se le pone por delante. Ni tampoco de las que van con otro chico el día que cortan con su novio. De hecho, recuerdo que me costó mucho tiempo poder confesarle a Liam mis sentimientos. Y antes de él, solo había tenido un novio que resultó que quería matarme.

No he sido una gran afortunada.

Pero fuera de ello, la chica de ayer no era yo. Yo no beso a chicos después de romper. Nunca lo he hecho, y no lo volvería a hacer.

― ¡June llamando a April! ¡June llamando a April! ¿Te absorbieron los extraterrestres? ―pregunta riéndose a la vez que la escucho masticar algo.

―June, por favor, traga antes de hablar. Y me acabas de despertar, no esperes que te recite Shakespeare ahora mismo.

June ríe a grandes carcajadas. Mientras tanto, aprovecho para levantarme de la cama y abrir la ventana. El cielo está nublado, aunque es raro. A fin de cuentas, está llegando ya el verano.

―Ya, bueno, sí. Pero es tu primo que no deja de meterme cosas en la boca y...

― ¡Oh por dios! ¡Voy a colgar! ―grito alarmada. June ríe aún más fuerte. Tanto que hace una especie de ruidito extraño con su boca y nariz.

―Me refería a helado, bestia. El muy idiota ha comprado decenas de tarrinas y chucherías, piensa que estoy débil y delgada. Sí, ¿qué pasa? Le hablo de ti. No, calla tú. Es tu prima, y debe saber que eres un tremendo orangután que me está haciendo explotar. ¿Ahora soy una quejica?

―June, June. Vuelve.

―Eh, sí, April. Solo estaba conversando con el imbécil de tu primo. ―dijo esto último mucho más alto, probablemente para que Isaac pudiese oírlo.

Río por la evidente situación. June y Isaac son más que unos simples futuros padres. Pero lo gracioso de esto, es que ninguno de los dos se ha dado cuenta aún.

― ¿Querías algo en particular, June? ¿O solo despertarme?

―Ah, sí. Quería preguntarte si podrías acompañarnos en la cita para el ginecólogo el lunes. Isaac se pone muy nervioso, y la última vez que vio todas esas máquinas y esos sonidos, se mareó un poquito. ―dice y hace un silencio. ― ¿Qué pasa? ¡Es tu prima! ¿Es que a ella también te da vergüenza decírselo? En serio, April, ven. Bastante tengo con un bebé en mi interior, para tener que cargar con otro más.

No puedo evitar reír, y le respondo que iré con ella.

Cuando la conversación termina, me dispongo a recoger mi habitación antes de que mi madre entre hecha un basilisco, como es habitual.

Hago la cama y recojo la ropa que anoche me quité. Lo dejo sobre la cama para llevarlo al cestón de la ropa sucia, pero guardo la chaqueta en el armario. Al cerrarlo, me dirijo hacia el escritorio y tiro algunos papeles sucios y usados a la papelera. Recojo las libretas de matemáticas y física, y las guardo con las otras.

Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora