Capítulo 20.- El momento de las chicas.

2.9K 214 30
                                    


12 horas antes

Agarro mi bolso y la carpeta de latín. Enderezo el cuerpo, y compruebo que Liam ha salido del coche. Echo el seguro a mi vehículo. Dirijo mi mirada hacia mi novio con una sonrisa en mis labios, estoy a punto de decirle que hoy necesito pasar más tiempo con él, pero me doy cuenta de que ya se ha ido.

Suspiro. Genial.

Mis hombros caen y comienzo a andar hacia la puerta del instituto. Desde aquella noche, él ha estado evitándome como si fuese un bicho o algo peor. Que no le pueda parecer atractiva y se haya cansado de mí.

No importa. No importa. Me digo una y otra vez, que no pasa nada. No hay nada por lo que deba preocuparme. No, no lo hay. ¿Qué iba a haber?

Camino, sintiéndome un poco insegura. Podría ser que haya engordado un kilo, quizás dos. Ya no me maquillo para venir al instituto, solo me echo el corrector de las ojeras y granitos. Pero demonios, solo son tres detalles tontos. Sigo siendo yo, April.

Siento la mirada de algunas chicas del curso de Liam sobre mí. Sé quiénes son, pues aún sigo teniendo que aguantarlas en cualquier partido de lacrosse. Fijo mi mirada en la flacucha rubia con los pechos grandes. Ella sonríe de lado mientras enrolla un mechón de su cabello en sus dedos. Cuchichea algo a una de sus amigas, la alta sin curvas, y ambas se ríen mientras me miran.

Y, por desgracia, escucho su "ahí va la novia solitaria". Malditos oídos de mujer loba.

Agarro con fuerza la carpeta de latín. Si no fuese porque el trabajo que llevo dentro me costó más de cuatro horas, se lo tiraría en la cabeza a esa bicha.

Pero no, no importa. Soy April, y ella ni siquiera sé su nombre. ¿Por qué va a importarme lo que una patética niña de pacotilla tenga que decirle a su estúpida...?

Mis pensamientos se interrumpen en el mismo momento en que mis botines de tacón se quedan enganchados en un bache del escalón y tropiezo. Mi rodilla cae en picada al suelo, y todos los de mi alrededor se paran a observar.

Genial.

Me levanto rápido y miro hacia atrás, las chicas han comenzado a reír. Cómo no, han visto como aterricé.

―Menudo día...―murmuro.

― ¡Eh! ¿Te encuentras bien?

June me ayuda con la carpeta. Mis ojos se han cristalizado por el ridículo que acabo de cometer, pero no lloro. Solo quiero gritar, y quizás matar a alguna zorra. Y puede que darle una paliza también a Dunbar. Pero no lloro.

Tomo una enorme bocanada de aire y, todo lo digna que una puede, camina junto a su mejor amiga.

La suerte comienza a sonreírme al darme cuenta que la próxima clase es con June. Al menos tendré alguien con quien hablar y desahogarme.

Ambas nos dirigimos hacia el aula de latín mientras ella me cuenta todo lo que hablaron Isaac y ella aquella noche.

―Así que seré madre soltera. Eh, no me mires así. Lo prefiero mil veces. Me he dado cuenta de lo inestable que soy cuando Isaac está cerca, no quiero ser así cuando mi hijo nazca.

Pasamos junto a las taquillas y me detengo un momento a tomar algunos cuadernos que olvidé ayer. También a dejar los apuntes de química que me pasó Thomas para mi examen.

Cuando dejo todo en la taquilla, miro a la pelirroja.

―Bueno, cuando quieras me vas contando la verdad. ―le respondo, ella frunce el ceño. ― ¿Qué? ¿Crees que no sé cuándo mientes?

Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora