Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)

Capítulo 3 - Mr. Celos

Tras la agradable comida con la madre y hermana de Thomas, él y yo decidimos regresar al campus en Chicago. Para cuando lo hacemos, Isaac está completamente desesperado por algo que prefiero no conocer. Su mal humor puede olerse desde lejos y no necesito ser una mujer loba para detectarlo.

Pero como he dicho, prefiero no preguntarle. Así que, cuando paso por su lado, sigo de largo sin ni siquiera saludarlo.

Junto con Thomas, ambos entramos en su habitación y allí me arrimo lo antes posible a la manta de su cama. Desde que llegué, he adorado esa jodida cosa con pelos tan suave.

Me quito los zapatos sin ni siquiera usar las manos, y me meto en la cama para taparme hasta arriba. El viaje ha sido tan agotador que no veía la hora de que sucediese esto.

Thomas se acerca y coge su pijama de la mesita de noche que hay justo al lado de la cama. Lo dejó ahí esta mañana antes de que yo despertase. Cuando llega justo a mi lado, revuelve mi pelo con la mano y me guiña un ojo. Luego, coge su pijama y se marcha hacia la puerta.

―Buenas noches. ―dice justo en la puerta.

― ¡Buenas noches! ―exclamo feliz. La sonrisa de Thomas se acentúa y luego se dispone a marcharse. Pero entonces, le detengo. ― ¡Thomas! No tienes que marcharte, es tu habitación...

Thomas sonríe, no sé cómo lo hace, pero siempre sonríe. Luego, niega con la cabeza y se apoya en el marco de la puerta. ―No te preocupes, no se duerme tan mal con Keith. De hecho, le viene bien un poco de compañía, después de la... muerte de Jade, no ha sido el mismo.

Esbozo una simple sonrisa y dejo que Thomas se vaya, cuando lo hace, saco el teléfono de mi bolsillo y decido llamar a Liam. Por suerte, acepta la llamada al primer tono.

― ¡April! Te echo tanto de menos.

Su voz me hace sonreír. Giro mi cuerpo y me quedo mirando a la pared, con una mano sostengo el teléfono mientras que, con la otra, juego con un mechón de cabello.

―Y yo, no sabes cuánto. ―confieso.

Le escucho sonreír y eso profundiza mi sonrisa.

― ¿Crees que podrás volver pronto? Se me está haciendo esto eterno sin ti...

―A mí también, y espero que sí...

Hablar de este tema me pone triste, pero Chad tiene razón cuando dice que no puedo volver sin aprender lo mínimo. Ahora mismo soy un peligro para todos y más si nos encontramos en una situación difícil. ¿A quién podría ayudar si ni siquiera sé cuidarme de mí misma?

―Esperemos eso.

De repente, un extraño silencio inunda la conversación y sé por qué. Este tema no sólo me entristece a mí, también lo hace con Liam y por desgracia, no sé qué hacer para animarle.

―Pero bueno, cuéntame qué has hecho hoy. ―me anima Liam.

―Estuve en casa de Thomas, conocí a su madre y hermana. ―confieso.

Otro silencio vuelve, y esta vez un poco más incómodo.

―Espero que lo hayas pasado bien. ―dice de pronto, y no sé si con la mayor sinceridad del mundo.

―Sí, pero lo hubiese pasado mucho mejor si estuviese contigo.

De nuevo, escucho a Liam sonreír y me calmo.

―Y yo. Te quiero, April.

Mi corazón se acelera. Liam ya me ha dicho varias veces que me quiere, pero me sigue sonando tan raro y tan... bonito, que es imposible que no tenga efecto en mí. A fin de cuentas... ¡Liam me quiere! El chico del que estoy tan loca me quiere. ¿Qué puede salir mal?