Capítulo 2 - El hogar de Thomas.

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Chad me pide que lo vuelva a intentar, y lo hago. Corro mientras esquivo las ramas que sobresalen de los árboles, y aquellas que se encuentran en el suelo. Brinco por encima de las piedras, evito resbalar con las hojas que están bajo mis pies, y finalmente, salto el enorme hueco que hay en el suelo hasta llegar hacia el otro lado.

Volteo sobre mis talones y le dedico una gran sonrisa a Chad, pero este niega de nuevo con la cabeza. De manera inmediata, observo dónde he caído y mis ojos se blanquean al comprobar que recorrí muchos más metros de mi objetivo.

Chad corre hacia a mí, y luego salta a la vez que cae justo en el círculo dibujado. Él lo ha hecho perfecto, otra vez.

—Una de las cosas que debes tener en cuenta es que la sobredosis de energía de un primerizo no es bueno. Debes ir a por tu objetivo, no puedes pasarte. Porque en este caso, sólo era correr y saltar, pero en otros puede suponer tu vida o la de tu grupo. Por ello..

—Debes aprender a controlarlo. —Finalizo su frase mientras mis ojos ruedan. No sé las veces que me lo ha dicho estos días, pero no son pocas. Chad, como respuesta, me lanza una fría mirada pero yo sonrío. —Ya lo sé. Y tienes razón, pero necesito tiempo.

El joven me observa con detenimiento pero finalmente asiente. —El problema, April, es que no tenemos mucho tiempo si quieres volver pronto a casa. Recuerda que tus amigos siguen enfrentándose a los doctores y...

—Lo sé. —Vuelvo a interrumpirle, aunque esta vez más seria. —No voy a defraudar a nadie.

La mano de Chad busca el consuelo en mi hombro y la acepto. Pensar en que mis amigos están pasándolo mal mientras yo estoy aquí me entristece.

— ¡Eh April! —Grita alguien a mis espaldas. No hace falta que me gire para saber de quién se trata.

Cuando Thomas llega a mi altura, aprecio su sonrisa y su mano se posa en mi brazo. Dirijo la mirada hacia nuestro contacto, y él lo nota. Inmediatamente separa la mano y con las mejillas ruborizadas, comienza a hablar:

—Llevo buscándote toda la mañana. Primero pregunté a Isaac, pero él no está de muy buen humor hoy. Luego a Tiff y a Keith, aunque ninguno de los dos sabían nada. Así que me metí en la cabeza de Chad y le pregunté y... ¡Aquí estoy! —Dice todo de una manera tan rápida que incluso él mismo se cansa y tiene que tomar una gran bocanada de aire para recomponerse.

No sé si sonreír o reír por lo tierno que me sigue pareciendo Thomas, pero prefiero hacer lo primero para no herir sus sentimientos.

—Pues aquí estoy. —Digo de forma evidente.

Thomas sonríe para continuar mi sonrisa y asiente: —Aquí estás.

— ¡Y yo también! —Interviene Chad.

La especie de burbuja que se había creado entre Thomas y yo se rompe, y en cierto modo, lo agradezco. No quiero complicar más las cosas ni crear situaciones que puedan llevar al mal entendimiento por parte de alguien. Thomas es mi amigo, y yo soy su amiga. Y así debe ser.

Thomas, que parece un poco más intimidado desde que Chad ha decidido intervenir, se coloca bien la camiseta y luego mira sus zapatos como si encontrase la respuesta a algo en el suelo.

En un intento por relajar la situación, le toco el brazo y él me mira sorprendido, pero sonríe.

— ¿Me buscabas para algo en especial? —Pregunto y él asiente.

—Me preguntaba si...—Comienza pero calla.

Le echa un simple vistazo a Chad y este que comprende la mirada del rubio, se encoge de hombros y dice:

Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora