Ahora, tú controlas. #3 || Liam Dunbar (Teen Wolf)

Epílogo. Parte 1.

¡Hola! El epílogo estaba pensado para una sola parte, como todos los epílogos normales y corrientes de todo el mundo, pero se me está haciendo un pelín largo. Y como no quiero borrar nada, habrá dos partes. ¡La primera es esta! Espero que os guste <3

APRIL POV'S

Un mes después

Despierto sudada y con un inmenso dolor bajo mi cabeza. Otra vez, una nueva noche sin dormir.

Miro el reloj, apenas son las dos y media de la mañana. Agarro el móvil, pero no me atrevo a hacerlo. No sé pedir ayuda.

Dejo el móvil de nuevo en su sitio y me doy la vuelta en un intento por conciliar de nuevo el sueño. Un intento fallido. Pues cada vez que cierro los ojos, le veo. Veo a Thomas entrando en ese vehículo para terminar con su vida. Le veo, está con Keith. Keith conduce rápido y Thomas le distrae. Están nerviosos y necesitan llegar pronto a Beacon Hills. Saben que les necesitamos, y no quieren tardar. Thomas le dice algo que Keith no entiende, entonces gira su cuello para preguntarle y no puede ver como un camión atraviesa la nocturna carretera provocando un choque frontal entre los dos vehículos. El coche donde están Keith y Thomas vuelca varias veces. Keith se clava numerosos cristales en el rostro y el torso, pero medianamente superficiales. A Thomas le atraviesa un enorme hierro de la puerta por el estómago. Sin poderes sobrenaturales, aquello es cuestión de horas.

Un suspiro pesado sale de mis labios y algunas lágrimas de mis ojos. Por mi culpa.

Por mi culpa.

Matarás a tus amigos.

Pero Tiff nunca adivinó de qué amigo se trataría.

Siento que me falta de nuevo el aire y tengo que recomponerme sobre el colchón para conseguir respirar. Duele tanto que siento que está atrapado dentro de mis entrañas. Es como si nunca lo fuese a superar, como si el dolor fuese a convivir conmigo para siempre.

Supongo que se trata de eso, sobrevivir. Sobrevivir sin él.

La tormenta aprieta e ilumina toda la habitación. Está de mi parte. Me asomo por la ventana y la abro. Dejo mi mano salir y empaparse al segundo. Saco la cabeza, luego una pierna, luego otra. Me siento sobre la ventana y las gotas de lluvia empiezan a colarse por el interior de mi ropa y mi cabello.

―Te odio por dejarme. ―digo entre lágrimas. Dejo caer mi cabeza sobre la pared y cierro mis ojos. Mi rostro ya está totalmente empapado. ―Te odio porque me pidieses eso. Te odio tanto que te quiero. Te odio por haberme abandonado. ¿Cómo pudiste pedirme eso? ¿Cómo puedes ser tan estúpido de pedirme que te olvide? ¿Qué no sufra? ¿Cómo dejaste que esas fueran tus últimas palabras hacia mí? ¡Eres un maldito idiota, Thomas! ¡Eres el mayor idiota del mundo! ¡¡Por qué lo hiciste!! ¿¡¡¡Por qué tuviste que coges ese coche!!!? ¡Joder!

Grito cuanto puedo mientras un mar de lágrimas recorre mi rostro.

―Te odio más que te quiero ahora mismo. Pero se supone que tengo que superarlo, ¿no? Se supone que debo dejar de verte cómo te imagino. Supongo que debo recortarte cómo eres, y no cómo se supone que fueron tus últimas horas. Pero no puedo. Lo intento, ¿vale? Lo estoy intentando. Pero te sigo odiando. Te odio con todas mis fuerzas. Eres la persona más idiota que he conocido. Nunca voy a perdonártelo. Nunca. ¿Cómo se supone que se vive sabiendo que tu mejor amigo ha perdido su vida por tratar de salvar la tuya? Te quiero, con toda mi alma. Pero te odio. Y te echo de menos. Maldita sea. Te echo tanto de menos que no sé cómo hacer para dejar de llorar. No sé cómo hacer para dormir. No sé qué hacer para seguir viviendo. Yo... No puedo. No te lo voy a perdonar. Nunca. ¿Me oyes tommy? Nunca.