Capítulo 3

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-Narra Christopher-

Me levanto de la mesa al oír a Tomás acercarse, llegan a donde yo estoy y cuando la veo siento como mi corazón empieza a latir cada vez más deprisa, no puede ser, es ella, es la chica que conocí haces dos noches en aquella fiesta en Cuernavaca. La veo y pienso que tal vez el destino quiso juntarnos y que ella fuera parte de mi vida.

Tomas: ¡Christopher! ¡Dulce! ¿Qué pasa? ¿Se conocen?

Dulce: Bueno no, digo sí. En realidad, no nos conocemos, solamente nos vimos en una fiesta hace un par de noches y tuvimos un pequeño... ¿encuentro? Pero nada más ¿verdad?

Chris: ¡Exacto! Nos chocamos por eso nos reconocimos pero nada más.

Tomas: Os presento entonces. Dulce, él es Christopher, Chris, ella es Dulce.

Nos saludamos con un beso en la mejilla. Me pone muy nervioso sentirla tan cerca. Es tan hermosa, se ve tan bonita...

Tomas: Bueno, ahora ya se conocen ¿nos sentamos?

Chris: Sí, claro.

Veo como Tomás se sienta enfrente y deja a Dulce a mi lado. Siento como ella me mira de reojo, no sé porque pero ella me inquieta demasiado. No sé porque la bese, lo único que en este momento tengo claro es que ahora más que nunca voy a aceptar ser su mánager.

-Narra Dulce-

Es él, es el descarado que me besó. Después de negarle a Tomás que nos conociéramos, nos sentamos. Tomás enfrente mío y él... él se sienta a mi lado, lo miro de reojo intentando que no se dé cuenta pero no puedo evitarlo me pone nerviosa estar tan cerca de él.

Dulce: Bueno, ¿y entonces? Sigue en pie que tú seas mi nuevo mánager o te arrepentiste.

Chris: ¿Arrepentirme? Claro que no, yo si quiero ser tu mánager, no tengo ningún problema.

Chris: Entonces, Tomás, tú nos tienes que explicar todo.

Tomas: Sí, claro.

Pedimos algo para tomar y Tomás comienza a explicarle a Christopher todo lo relacionado con los contratos pendientes. Siento como me mira a escondidas y yo no puedo evitar mirarle mientras él habla. Es tan guapo, me inquieta tanto que no sé qué pensar de él.

-Narra Annie-

Desde ayer hay algo que no me deja dormir, siento como si algo en mi vida fuera a cambiar. Voy caminando por un parque, me encanta sentir la naturaleza, me paro frente a una gran fuente y me siento en uno de los bancos que hay alrededor, cierro los ojos y me dejo envolver por el sonido del agua cayendo de esa fuente. De repente, siento como alguien se sienta a mi lado, no abro los ojos pero siento su perfume, se me hace conocido.

*******: Hola, ¿cómo estás?

De repente, abro los ojos al oír su voz, es él... Alfonso ¿pero cómo? ¿Me habrá seguido o será una simple casualidad?

Annie: Hola, ¿tú qué haces aquí?

Alfonso: Me gusta sentir el sonido de la naturaleza, aunque últimamente con el trabajo no he venido muy a menudo. Aunque hoy acerté...

Annie: ¿Cómo que acertaste? No entiendo.

Alfonso: Pues sí, vine y cuando te vi, pensé que podríamos tomarnos ese café que quedó pendiente y seguir hablando del contrato, si quieres claro.

Annie: Sí claro, vamos. Hay un café muy bonito aquí cerca.

Alfonso: Vamos entonces.

Será casualidad o destino, no puede ser que tengamos tantas cosas en común, no sé qué es, pero me gusta su forma de ser. No es como los demás, él es diferente. Vamos caminando hacia el café y hablamos de todo, conociéndonos un poco más.

-Narra Maite-

Tengo una reunión importante para hablar del contrato, mi primer contrato como modelo profesional. Estoy muy emocionada, me visto con unos vaqueros y una blusa algo más formal, me maquillo un poco y bajo hacia el salón para despedirme de mi mamá e ir a la reunión.

Maite: Mami, ¿cómo me veo? Crees que es demasiado informal.

Alex: Mi amor, estás preciosa, no puede ser que ya seas toda una mujer, apenas hace unos años estabas en la prepa.

Maite: Mamita, tú siempre tan nostálgica. Bueno mami, ya me voy que si no llego tarde, te quiero.

Alex: Yo también te quiero, princesa. Mucha suerte.

Me despido con un beso y un fuerte abrazo de ella. Me dirijo al garaje y cojo mi coche para ir directa a la reunión. Llego a la oficina y me dirijo a la recepción.

Maite: Disculpe señorita, me podría indicar dónde es la oficina del señor Espinosa.

Xxx: Sí, claro. Es en la cuarta planta, gracias señorita.

Me dirijo a la cuarta planta y vuelvo a pedir información.

Maite: Disculpe, tengo una cita con el señor Alfonso Espinosa. Soy Maite Von Uckermann, es para un trabajo como modelo.

Xxx: Sí, claro. El señor Alfonso no se encuentra pero me dejó encargado que la pasara con su hermano, deme un minuto.

Veo como coge uno de los teléfonos y marca un número. Alcanzo a escuchar que me anuncia con un tal señor Espinosa y él le pide que me haga pasar.

Xxx: Señorita, pase por esa puerta.

Maite: Muy bien, gracias.

Me dirijo hacia la puerta que me acaban de indicar y toco varias veces, oigo una voz que me invita a pasar. Entro y veo a un hombre rubio, de espaldas, revisando unos papeles que se encuentran encima de una mesa. De repente, se gira y...

-Narra Dulce-

Ya llevamos un par de horas en el restaurante, Tomás nos cuenta cómo va a ser todo a partir de ahora, aunque yo no presto mucha atención a sus palabras, no puedo evitar mirarlo, hay algo en él que me inquieta demasiado. De repente, oigo un celular, el de Tomás.

Tomas: ¿Bueno?... Sí, claro, estoy en una reunión pero me despido y voy enseguida... Sí, no te preocupes, voy para allá.

Cuelga y siento como un escalofrío recorre mi cuerpo, ese "voy para allá" no me gusta nada y presiento que se va a tener que ir y no quiero quedarme sola con él.

Tomas: Perdón pero me tengo que ir, surgió un problema con un contrato y tengo que ir a solucionarlo. No les molesta, ¿verdad?

Chris: No, claro que no, wey. Ve, soluciona lo que tengas que solucionar, Dulce y yo nos quedamos para conocernos mejor, ¿verdad?

No puedo responder solo asiento con la cabeza. Nos despedimos de Tomás y lo veo salir por la puerta. Nos quedamos un rato más hablando y de repente siento como él se acerca a mí, siento su respiración en mi cuello y me susurra algo al oído.

Chris: ¿No crees que tu y yo tenemos algo de lo que hablar?

A mis Vondys Locas, espero que os guste.

May.

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