Maratón 2/4 - Capitulo 48

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-Narra Dulce-

Despierto y me siento mareada, al abrir los ojos veo que estoy en una pequeña habitación iluminada solamente por los rayos del sol que entran por una pequeña ventana. Empiezo a gritar y minutos después oigo cómo alguien abre la puerta que se encuentra enfrente de mí. Al abrirse veo la figura de un hombre desconocido que se acerca a mí con una bandeja.

Xxx: Toma, tienes que comer. Y no te desgastes gritando porque aquí nadie te va a escuchar.

Dulce: Déjeme ir por favor, no se da cuenta de que estoy embarazada.

Xxx: Lo siento señorita, yo recibo órdenes.

Deja la bandeja frente a mí y me desata las manos y rápidamente sale de la habitación. De la rabia le pego una patada a la bandeja y me abrazo mi vientre mientras comienzo a llorar. Y minutos después entra él.

******: ¡Mírate! te volviste tan débil por culpa de ese hombre...

Dulce: ¡Suéltame imbécil!

******: Sabes que sí te voy a soltar pero para que te despidas de tu noviecito.

Dulce: ¿Cómo?

******: sí, él también está aquí y ahora duérmete un ratito princesa.

Dulce: ¡no! ¡Javier suéltame!

Se acerca a mí y aunque me resisto él tiene más fuerza y pone un pañuelo sobre mi boca y poco a poco todo se vuelve negro.

-Narra Christopher-

Salimos del estacionamiento y me pide que me vende los ojos para no ver y obedezco, todo sea para que ese maldito no le haga daño a Dulce.

Tardamos un par de horas en llegar, me pide que me quite la venda y veo una gran casa abandonada, entramos y enseguida unos hombres me agarran por la espalda y me amarran a una silla a pesar de mis intentos de zafarme de ellos.

Chris: Da la cara maldito, sé un hombre. Déjala ir.

Grito y de repente veo cómo él se acerca a mí y me da un golpe en toda la cara con tanta fuerza que me parte el labio.

Javier: Ya estoy aquí, ahora no eres tan valiente ¿verdad?

Chris: ¿Dónde la tienes?

Javier: Tranquilo, no tan rápido, ya la vas a ver. De verdad que no sabes lo hermosa que se puso. La muy estúpida creyó que eras tú el que la estaba citando.

Se ríe y eso ne enfurece, intento soltarme pero me es imposible.

Chris: ¡Cállate!

Javier: Ya me hartaste mejor vamos a divertirnos un rato.

Sale de la habitación y empiezo a gritar y a intentar desatarme y de nuevo entran dos hombres pero esta vez vienen con alguien amarrado.

Chris: ¡Dulce! Mi amor, qué le hiciste maldito.

La dejan junto a mí en el suelo y me desatan y de nuevo salen de la habitación. Una gran habitación iluminada por grandes ventanales en el techo y a uno de los lados desde donde se puede ver los exteriores de la casa. Me siento en el suelo y la cojo entre mis brazos y la intento despertar.

Chris: Mi amor, Dulce, despierta por favor.

Abre los ojos muy despacio y el alma me vuelve al cuerpo.

Chris: ¡Mi amor!

Empiezo a darle besos y veo como una débil sonrisa se dibuja en su rostro.

Dulce: Bebé me vas a asfixiar, estoy bien.

La Verdad Del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora