Dulce es una de las modelos más reconocidas e importantes de México. Una decepción amorosa hizo que dejara de creer en el amor
Christopher es manager musical ya que su padre no le dejo, que él, fuera la estrella. Al igual que Dulce, una decepción am...
Después de más de trece horas de avión y alguna que otra escala llegamos al Aeropuerto Charles De Gaulle en París, después de recoger nuestras maletas, nos dirigimos en taxi hacia el Banke Hotel donde nos hospedaremos durante los días que estaremos en esta hermosa ciudad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Annie: mira mi amor, París es hermoso, mira que lugares parece de ensueño.
Alfonso: Y todavía no has visto nada.
Annie: ¿Conoces París?
Alfonso: Sí, por los negocios de mi papá y el trabajo he venido varias veces así que Señora Espinosa va a tener durante estos quince días a su guía turístico particular.
Después de más de cuarenta minutos ya nos encontrábamos en el hotel y diez minutos después estábamos frente a la puerta de nuestra suite.
Alfonso: Bueno ahora sí.
Dijo y sin darme cuenta me cargó en brazos y juntos entramos a la habitación donde una gran cama presidía la estancia junto a dos grandes sillones donde ya se encontraban nuestras maletas. Poco a poco me recostó sobre la cama comenzando a besar mi cuello bajando hasta el límite de mi blusa que de un solo movimiento me quitó. Besó mi cuello bajando por mis pechos hasta mi vientre mientras poco a poco me quitaba la falda y yo desabrochaba su camisa.
Alfonso: No sabes cuánto te amo.
Annie: Yo también te amo Gatito.
Entre caricias y besos terminamos entrelazados en aquella cama disfrutando de nuestra primera vez juntos. Me besó y de una sola vez llenó mi interior provocando que de mi garganta sólo salieran gemidos de placer que eran ahogados con sus besos cuando una y otra vez llenaba mi interior hasta que ambos llegamos al cielo juntos. Mientras nuestras respiraciones volvían a la normalidad quedamos abrazados mientras yo recostaba mi cabeza en su pecho y él me estrechaba entre sus brazos.
Alfonso: Mi amor, ¿estás bien?
Annie: Estoy perfectamente, ha sido maravilloso. Gatito, te amo.
Alfonso: Yo también te amo princesa.
Después de varias horas intentando conciliar el sueño al fin lo conseguimos y de repente el sol parisino iluminó toda la habitación a través del ventanal. Con los ojos aún medio cerrados lo busqué en la cama y al no encontrarlo me desperté completamente cuando oí el sonido del agua cayendo. Sin que él se diera cuenta me adentré en la ducha junto a él abrazándolo por la espalda.
Alfonso: Mi amor, ¿cómo amaneciste? Creí que te ibas a quedar más tiempo durmiendo.
Annie: Pues sí pero no te encontré a mi lado y quería darte un beso de buenos días.
Alfonso: Bueno pues yo quiero mi beso de buenos días entonces.
Se giró capturando mis labios y poco a poco fue bajando sus besos por mi cuello mientras yo entrelazaba mis piernas a su cintura e hicimos el amor bajo la ducha. Después de dos horas ya estábamos listos para bajar a desayunar y conocer París.