Capítulo IV

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A pesar de que la fiesta ya había comenzado, Emma se encontraba aun en su habitación, maquillándose. Todo el día su casa había sido un desfiladero de gente acarreando cosas, luces, equipos de sonido, bebidas; lo que había hecho que sus nervios se incrementaran al cien por ciento.

Era la primera vez que estaría en una fiesta, y aunque su mayor deseo era recostarse en el sofá de la sala a disfrutar de los últimos capítulos de "Pretty Little Liars", no podría hacerlo ya que la sala había sido desmantelada por completo para poder meter a todos los adolescentes aque asistirán. Todavía podía quedarse allí arriba en su cuarto hasta que la fiesta acabase, y esa era una opción que había considerado seriamente, pero Lana no se lo permitiría.

- Emma, ¿Hay algún problema? La fiesta está increíble, ven - gritó su hermana, por detrás de la puerta.

- Enseguida bajo - ya no había posibilidades de resistirse.

Abrió la puerta y vio que Lana estaba esperándola.

- Ese vestido si que te sienta bien - la elogió - Vamos, ya están todos.

Una vez que llegaron abajo, la muchacha se mezcló entre en gentío, y dejó que su hermanastra se las arreglara sola, no pensaba vigilarla toda la noche. Fue directo a la puerta del jardín, donde había dejado a Nate hacía unos minutos, pero éste había desaparecido. Se volvió en dirección a la cocina, en busca de una bebida, cuando la puerta de calle se abrió y Liam Parker entró en la casa ganándose las miradas de todos.

Los susurros se hicieron audibles por sobre la música, y nadie se molestó en observarlo disimuladamente. De todos modos, al chico le daba igual. Era totalmente ajeno a los comentarios y rumores, ya lo había dejado claro en su encuentro con Lana.

- Parker - dijo la muchacha.

- ¿Estabas esprandome lindura? ¿No tienes que ir a besar por ahí a tu noviecito?

- ¿Por qué tan rudo? Y ya te dije que no es mi novio.

- Eso no parecia importarte anoche en el club.

- ¿Tú... tú nos viste? - titubeó. La manera en que Liam penetraba en su mirada, y lo pequeña que se veía a su lado, la intimidaba.

- Escuché cosas.

- Al parecer te fías de los rumores... ¿Qué pasó con eso de que son sólo rumores? ¿No dijiste eso ayer?

- No lo has negado.

- Tampoco lo afirmé - Liam sonrió. «Tiene personalidad» pensó, «Me gusta» - ¿Bailas? - el chico soltó una sonrisa irónica.

- Ni en un millón de años - respondió muy seguro. Su voz autoritaria le impidió a Lana insistir.

- Entonces... ¿Quieres beber algo?

- Si tú quieres...

- Acomapañame a la cocina, allí hay cervezas - Liam arqueó una ceja - ¿Qué? No esperaras que haga de sirvienta - el joven volvió a sonreír, y se encaminó detrás de la muchacha.

Nate, quien hablaba con sus amigos desde abajo de la escalera, había observado la escena con claridad, y aunque se negaba a admitirlo, moría de los celos.

A penas Liam puso un pie en la cocina, fue persuadido por Ashley, Liv y Lesley. Mientras Lana buscaba cervezas frías, el trío coqueteaba con del muchacho, que no se inmutaba.

- Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí? - dijo Lana - Es increíble que hayan tenido el valor de aparecer por aquí después de nuestra charla del lunes.

- ¿Estás hablando con nosotras? - dijo Lesly - Lo siento, en el único y remoto caso en que te escucharíamos seria si te discuplaras.

- Mira, pequeña zorra, tienes suerte de que no halla grabado el pequeño incidente. De haber sido así, puedo asegurarte que ya seria más popular que el gatito en el inodoro. Ahora, si me disculpan, él está conmigo - tomó a Liam de su chaqueta de cuero negra, y lo alejó del grupo de zorras.

El Triángulo Amoroso de Lana Brooks. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora