Capitulo XIV

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Era viernes, y por primera vez en su vida, Lana no quería que la jornada de clases acabase. Todos los viernes su madre regresa a las 17:00 del trabajo, y Will le había dicho que aprovecharían ese momento en el que estarían solos, para hablar del incidente de anoche. Ya conocía la sarta de preguntas y advertencias que se avecinaba, las cuales estaba acostumbrada a recibir durante toda su adolescencia. Tal vez Will no sea tan insistente, o insoportable como su madre, pero de todos modos, debería soportarlo.

Cuando el último timbre sonó, toda la clase se puso de pie y prácticamente salió corriendo del aula, mientras que Lana guardó sus cosas con extremada lentitud, alargando la espera.

- Lana, creí que te habías ido - Liam entró en el salón dando grandes zancadas hacia la muchacha - Quiero hablar con tu padre, quiero disculparme. Todo fue mi culpa...

- Liam, yo acepté subir a la moto contigo. Tu me diste a elegir, y yo escogí ir contigo cuando podría haberme quedado sentada observando.

- Si no hubiese sido por el idiota de Aiden no lo habrías hecho. - Tenia razón. Pero no podía culpar al pobre chico, y mucho menos a Liam. Ella también había sido responsable. - Necesito hablarle, el tenia una visión distinta de mi, y lo arruiné por completo.

Por primera vez, desde que no conoció, Lana notó miedo e inseguridad en los ojos del chico.

- Deja de culparte. Will dijo que hablaría conmigo ahora, puedes hablar con el ésta noche, en la cena.

- Sobre eso quería hablarte... - agachó la cabeza y centró su mirada en el suelo, como si este tuviese las respuestas a los misterios del universo. - Estaba pensando... no se si seria correcto ir, después de anoche... no estoy seguro de que Will quiera verme sentado frente a el en su mesa, con su familia.

Lana le cubrió la mejilla con su mano, y le alzó el rostro delicadamente.

- Escucha, si no vas, Will se decepcionará contigo. Tiene muchas expectativas sobre ti, es cierto, y si no asistes harás que cambie su opinión respecto a lo que eres. Si el no querría que fueses, ya te lo habría dicho, no tiene pelos en la lengua. Ve, y dile lo que quieres decirle.

- ¿Estás segura? - Parker estaba dudando. Cualquiera que presenciara esa escena no lo creería.

- Completamente. Creeme, lo conozco muy bien. Haz lo que te digo y todo saldrá bien.

- De acuerdo, nos vemos ésta noche - le dio un beso en los labios, y salieron del salón, uno para cada extremo del pasillo.

La muchacha subió en silencio al auto, junto a Emma y Jace, y así permaneció hasta que llegaron a casa. Los jóvenes se instalaron en la habitación de Em, y ella y Will permanecieron en la sala.

Lana estaba de brazos cruzados, sentada en el sofá, mirando un punto fijo en la pared, meditando si debía romper el hielo, o no. Tenía bien en claro que debía que disculparse, pero su orgullo, (como siempre) había tomado el control, poniéndose a la defensiva.

- Lana, también tuve tu edad, y se que los adolescentes tienen fascinación por romper las reglas, pero poner en riesgo sus vidas, es cruzar la raya. - Will se sentó en el sillón frente a ella, y se mostró comprensivo aunque sin perder la autoridad.

- Lo siento, Will. Se cómo son esas cosas, tuve la oportunidad de elegir, y elegí correr el riesgo, fue una estupidez, lo se. Liam no tiene la culpa. Fui yo sola la que me metí en este lío.

- Liam tiene parte de la culpa, al igual que sus amigos. Debo decir que me decepcionó, tenía una visión diferente hacia su persona - Lana alzó la cabeza de inmediato, sorprendida.

El Triángulo Amoroso de Lana Brooks. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora