No había sido en absoluto como se lo imaginaba.
Había sido peor.
- ¡Voy a matarlo! ¡Juro que voy a matarlo! - Gritó Liam por decimoquinta vez, golpeando con frustración la mesa de su casa con los puños. Tenía el rostro cargado en ira, parecía que los ojos iban a salirse de su lugar, y Lana se sentía pequeña e indefensa frente a el.
- ¡Nate no tiene la culpa, Liam! ¡Fui yo! ¡Yo soy la única responsable de esto! - Exclamó dispuesta a asumir la culpa y la responsabilidad por la estúpida confusión de sus sentimientos.
Parker, que caminaba de un lado a otro de la cocina, se detuvo, apoyando los brazos y todo el peso de su cuerpo sobre el respaldo de una silla. Miró directo y fijo a los ojos a la muchacha, casi traspasándola. Lana estaba vulnerable, y sabia que el chico estaba descifrándola, sacando conclusiones, ya se imaginaba todo lo que pensaba de ella.
- Si me dejas que lo explique...
- ¿Por qué Lana? ¿Por qué? - Preguntó, interrumpiéndola.
Lana ya había confesado absolutamente todo desde el principio, comenzando por la parte en que había dicho "te quiero", hasta el día anterior y su fuga con Nate de clases, pasando incluso, por el asunto de Tyler. Se ahorró los detalles innecesarios que sólo serian más dolorosos para ambos, pero aun así, la situación era desastrosa.
- Estaba confundida, Liam, ya lo dije. No hay otra razón.
- ¿Y elegiste mentirme? ¿Mentirte a ti? - Sonó más como una afirmación que como pregunta. - Eres increíble Lana Brooks. Resultaste ser igual que todas - movió furtivamente los brazos en el aire, exagerando sus palabras.
- Lo siento Liam, ¿Si? - Soltó, furiosa consigo misma. - Me siento una idiota, una inútil, una estúpida por no haber podido diferenciar mis sentimientos.
Liam se volvió hacia ella, y mirándola fijamente, soltando todo el rencor sostenido a través de sus ojos, le dijo:
- Esto se acabó. ¡No quiero verte nunca más! ¡Desaparece de mi vida!
Escurriéndose las lágrimas, se largó de es casa y subió a su auto lo más rápido que pudo. Qué irónico... era ella quien iba a terminar con el, pero acabaron terminando con ella.
Condujo en par de minutos y se detuvo a mitad de camino. ¿A dónde se suponía que iba? No quería estar en su casa con su familia y tener que dar un millón de explicaciones, y todavía no había hablado con sus amigas.
En el asiento trasero del auto divisó sus auriculares. Estacionó allí, tomó los audífonos, y se dirigió al parque que estaba a dos calles de donde se encontraba. Se recostó en el césped, con los ojos cerrados y el sol dándole de lleno en el rostro. Se dejó llevar por la música, y lentamente sintió que se quedaba dormida. No le importó estar en medio del parque, lleno de personas. La única forma de no pensar y desconectarse, era dormir.
***
Sus vista no le daba tregua y no lograba acostumbrase a la luz. Se frotó los ojos con las manos, y la luz blanquecina que la enceguecía se fue opacando, hasta volverse completamente oscura.
Se reincorporó notando que aún se encontraba sobre el césped. Ya había anochecido y la luz que no le permitía ver con claridad, provenía de una de las farolas del parque. La música había cesado y cuando tomó su teléfono para comprobar qué hora era, éste se quedó en negro.
- Genial, la batería murió - se dijo para si misma.
- Puedes usar el mio - una voz masculina la sorprendió a sus espaldas. Se volteó y encontró un par de ojos azules y una sonrisa resplandeciente. Hacia tiempo que no lo veía sonreír así.
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El Triángulo Amoroso de Lana Brooks. (Completa)
Teen Fiction- Te quiero Lana, y esto es la prueba - dicho esto, la besó en los labios. - Yo también te quiero... (...) - Si Lana, me gustas. Me vuelves loco desde el día que te vi. Sólo podía verte a ti. Estoy loco por ti, Lana Brooks. Y si, también estoy cel...