Emma había sido liberada de su castigo el lunes, pero la tortura para Lana duró dos días más por pedido de Susan, ya que quería asegurarse de que aprobase el examen de álgebra. El jueves por la tarde, le había pedido a Liam que la recogiese del entrenamiento, para hablar. Parker accedió agradecido de que por fin le dirigiese la palabra, pero también temeroso de lo que tenía para decirle.
A las cuatro en punto estaba con su motocicleta en la puerta de la escuela. Lana se demoró unos minutos ya que se dio una ducha rápida y se cambió la ropa deportiva por un atuendo casual. Saludó al chico con beso en la comisura de los labios, y le dijo que quería ir al parque, así que ahí se dirigieron.
Por fin había dejado de llover, el sol había salido y el césped ya estaba seco, por lo que se sentaron bajo la sombra de un árbol. La temperatura había descendido notoriamente, y allí entre medio de cientos de árboles, el viento fresco se sentía con más intensidad.
- ¿Sabes todas las veces que quise hablarte y tú no me escuchabas, me ignorabas, te dabas la vuelta y te ibas? Entiendo si quieres...
- Liam - lo cortó - dejame hablar. Entiendo que tengas mucho para decir, pero antes escuchame. Will me pidió que terminara contigo, pero no voy a hacerlo, no puedo. Ya te dije una vez que no me importaba si a el le molestaba vernos juntos, tendría que acostumbrarse, y así será.
- Lana... Will me odia. Te castigó por más de una semana...
- Y eso me sirvió para darme cuenta de que todo este tiempo tenía miedo. Miedo de volver al pasado, de caer. Y estuve muy cerca de hacerlo, pero lo detuve a tiempo. Sabía desde el momento en que empezamos a salir que era arriesgado. Conocía tus gustos, tus intereses y tu reputación no ayudaba en absoluto, pero decidí correr el riesgo de todas formas.
- Tienes miedo de darme otra oportunidad - no fue una pregunta, fue una perfecta afirmación.
- Quiero estar contigo, pero necesito un cambio. No puedo seguir de fiesta en fiesta, de paseo por la comisaria y mucho menos jugar con mi vida. Te aseguro que la vieja Lana estaría encantada con eso, pero no soy esa persona, ya no más.
Liam le tomó las manos con fuerza.
- Haré lo que sea, lo que quieras, lo que necesites. Pero no me dejes - Lana nunca había visto un Liam tan vulnerable como aquel. Tenia los ojos brillosos, al borde del colapso.
- Demos un giro de ciento ochenta grados a nuestra vida, empecemos de nuevo. Eso es lo que quiero. Nos la pasamos de fiesta sea el día que sea, y solo eso.... no hay nada interesante.
- Te prometo que lo haremos. Quiero que estemos juntos, olvidar todo, empezar como si nada de esto hubiese pasado - ese fue probablemente lo más cursi que había dicho en toda su vida, pero Lana se lo merecía. Le tomó el rostro entre las manos, y la besó.
- El viernes es el primer partido del torneo, ¿Vendras, cierto? - Preguntó la muchacha, ansiosa porque ya llegara.
- No me lo perdería por nada - la sonrisa de Lana aumentó su tamaño.
- ¿Y te quedarás a celebrar si ganamos? - Liam fruncio el ceño - Se que los festejos con los de la escuela no son lo tuyo, pero por favor.... hazlo por mi - puso su rostro de cachorrito, irresistible para el chico.
- De acuerdo... - terminó aceptando a regañadientes. - Pero no vuelvas a poner esa expresión otra vez, lograrías que robe un banco - La joven soltó una carcajada.
Esperaba que en verdad pudieran cambiar. Lana quería mucho a Liam, pero también se quería a sí misma, y si su relación con el acababa destrozándola de nuevo, no podría permitirse seguir allí.
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El Triángulo Amoroso de Lana Brooks. (Completa)
Teen Fiction- Te quiero Lana, y esto es la prueba - dicho esto, la besó en los labios. - Yo también te quiero... (...) - Si Lana, me gustas. Me vuelves loco desde el día que te vi. Sólo podía verte a ti. Estoy loco por ti, Lana Brooks. Y si, también estoy cel...