Capitulo XXXIII

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La última semana antes del receso, fue aun más caótica que la anterior. ¿Por qué? Porque los profesores repartieron los resultados de los exámenes. Para nuestra querida Lana, la suerte estuvo de su lado, y aprobó todo. Lo único que casi desaprueba, es el ensayo de Literatura, pero la profesora le tuvo consideración, y sacó siete, la nota mínima para aprobar. No es necesario aclarar que la condición de tener todas las asignaturas aprobadas era crucial para formar parte del equipo, ni que Brooks era una jugadora excepcional.

Ya se encontraban en el campus, a punto de salir a recibir al equipo visitante. Los vítores de la gente podían escucharse desde una larga distancia, sus amigos estaban apoyándolas, junto con sus familias, y la entrenadora les daba las palabras de aliento.

- ¿Listas Tigresas? - Ese era el nombre del equipo - ¡Vamos! - Chocaron las manos en el aire, y salieron a la cancha.

Lana estaba en medio de Alison y Liv. Miraba, desafiante y muy segura de si misma y del equipo, a sus rivales. Sabían que el partido que se avecinaba seria difícil. Los Halcones de St. James eran un equipo fantástico, habían ganado los cuatro últimos años, tanto los ínter colegiales, como torneos importantes a nivel nacional.

Para las Tigresas, era la primera vez que participaban de un ínter colegial, y de un torneo. Sin embargo, demostraron que son muy buenas jugadoras, que conocen el concepto de equipo, y que defenderán con la vida su escuela.

El silbato sonó, y los gritos y aplausos de la multitud se incrementaron.

El partido fue duro. Iban cabeza a cabeza. Era un ida y vuelta constante. Ya llegando al final, iban empatadas, 27-27. Restaban dos minutos. Quien anotara el siguiente punto seria el gran ganador y pasaría, nada más ni nada menos, que a la semifinal. La pelota iba y venía, hasta que finalmente, Alison remató y el punto fue de las Tigresas.

Una avalancha de personas se abalanzó sobre ellas, y alzaron a Alison en el aire. Nate abrazó a Lana, haciéndola dar vueltas con los pies elevados, y le plantó un beso en los labios.

- ¡Felivitaciones amor, lo lograste! - Lana estaba por responderle con otro abrazo, pero tiraron de ella hacia atrás, y en segundo después, estaba sobre los hombros de alguno de los chicos, pero no pudo reconocer cual.

«Te veo en la fiesta» articuló con sus labios, mientras se alejaba junto con la multitud.

Entre vítores, la llevaron hasta la entrada de la escuela, donde estaban los padres de las jugadoras esperándolas. Después de recibir las felicitaciones, y de despedirse, se marcharon a casa de Tyler, donde se daría la fiesta.

Su casa era mucho más grande que la de Lana y que la de Nate; parecía una mansión. Las luces LED de colores eran visibles desde la esquina, y la música parecía que explotar las ventanas. Aquella inmensidad, no se parecía en absoluto a la casa que Lana había conocido. Aquella era grande, pero esta la doblaba en tamaño. Lo cual la hizo preguntarse si ésta seria la casa de Criverly.

- ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Que la fiesta no era en casa se Tyler? - Preguntó confundida.

- Mi padre le regaló está mansión por hacer feliz a su hijita - presumió Liv. Lana ya había olvidado que estaban en su auto. Puso los ojos en blanco y bajó sin responder. Odiaba que Murray presumiera sus riquezas de esa forma, ¿No podía quedarse callada y ya? Ella también estaba en muy buena posición y no andaba resfriegandolo en la cara a todo el mundo.

Nate y Zac esperaban a Lana y Alison en la puerta. El primero esperaba poder pasar un momento más a solas, felicitándola; y el segundo no había podido siquiera saludarla, así que se tardarían un buen rato.

- Felicitaciones campeona - dijo Nate, con un tono grueso, sexy y seductor, que a Lana la volvía loca. La rodeó por la cintura y la besó.

- Aun no lo somos, ojalá lleguemos a la final.

El Triángulo Amoroso de Lana Brooks. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora