CAPITULO 5

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Después de lo ocurrido con Alex no dejaba de pensar en él, nosotros no nos conocíamos lo en absoluto para que estuviera pasando esto, definitivamente tenía que sacar a ese hombre de mis pensamientos y de mi vida.

Un golpe en mi puerta hizo que reaccionara, me levante de mi cama y abrí la puerta, era mi padre tocando.

-hija quieres ir al trabajo conmigo? -dijo muy serio.

-eh... Papá, hoy no estoy de buen humor.

Perfecto lo que me faltaba quería sacar a Alex de mi vida y mi papá venía con esto.

-Camila es una orden, necesito que me ayudes con algunas cosas.

Cerré la puerta con fuerza, solo para que mi padre sienta mi desagrado y me dirigí a la ducha, después de unos minutos salí y fui a ver mi armario, me puse un vestido negro con espalda descubierta y unos tacones dorados, me agarré todo el cabello haciéndome una cola de caballo, estaba realmente bien, si yo iba a sacar a Alex de mi cabeza al menos me tenía que asegurar de que para el no fuera tan fácil él tenía que verme bien. Salí de mi habitación y me dirigí a la sala, mire a mi papá que estaba sentado, desayunando en el comedor.

-vas a comer algo? -dijo serio.

-no papa, comeré algo allá, ¿nos vamos? -dije seria.

Salimos de la casa y no fuimos al trabajo de mi papá, ya llegando a su oficina, vi entrar a la misma rubia de hace unas semanas a la oficina de Alex.

-te pasa algo? -mi padre preguntó algo extrañado.

-no tranquilo, solo tengo calor-dije muy tranquila.

Y si, realmente tenía calor, me ardían las mejillas, pero de la curiosidad de saber lo que pasaba allí adentro

-voy a ir a recoger unos papeles de la oficina de mi jefe.

-no papa, no te preocupes, yo los traeré.

-está bien, dile a mi jefe que son los papeles de los balances de la empresa.

Salí de la oficina de mi papá, cerré la puerta y cuando la termine de cerrar, acelere el paso para saber qué era lo que estaba pasando en la oficina de Alex.

Me dirigí rápidamente a su oficina, abrí la puerta lentamente sin hacer ningún ruido, mi corazón latía muy fuerte, cuando vi lo que estaba pasando ahí adentro, mi boca quedó abierta, aquella mujer estaba abalanzaba encima de Alex besándolo apasionadamente, y a Alex no parecía molestarle que esa rubia estuviera besándolo, parecía que ninguno de los dos notaba mi presencia en ese lugar, intente salir, pero me choque contra una lámpara, que estaba en la habitación y los ojos de Alex y de esa mujer se dirigieron a mí.

Salí rápidamente de la oficina de Alex y me fui corriendo al estacionamiento, a llamar a mi chófer y poder irme del trabajo de mi papá, le avisé a mi papá que me iba a la casa porque me sentía mal, él no reprocho nada, vi como un hombre corría a mí e intentaba alcanzarme, al momento descubrí que era Alex, pero en ese momento llego mi chófer me subí al auto rápidamente y le dije al chófer que acelerara, vi como Alex perdía las fuerzas y dejo de seguir el auto.

Llegué a mi casa y corrí rápidamente a mi habitación, me recosté en mi cama, no tenía ganas de hacer nada en ese momento, que me pasaba porque estaba tan molesta, él no era nada mío, no éramos nada.

Al ver aquella escena no me podía sacar de la cabeza a Alex besando a esa rubia, en esos instantes Alex se convirtió en la persona que más odiaba en el mundo.

Y volví a recordar una vez más la frase "todo pasa por algo" esa definitivamente fue una señal.

Mi celular comenzó a sonar, era Alex no quise contestar, el teléfono no dejaba de sonar, así que vi que tenía más de 20 llamadas perdidas, pero Alex no se daría por vencido, hasta que yo contestara, por lo que solo apague el celular.

Me acosté mirando al techo, no podía pensar en nada, estaba extrañada de la forma como había actuado, tras ver aquel acontecimiento,

un golpe se escuchó en mi habitación, era alguien golpeando demasiado fuerte mi habitación, me asuste demasiado, ya que no había nadie en mi casa, me levante de mi cama y abrí la puerta, no podía creer lo que estaba viendo era Alex, que hacía dentro de mi casa como había podido entrar, muchas preguntas se me pasaron por la cabeza al verlo hay.

-¿por qué no contestas?-dijo furioso.

-¿cómo diablos entraste a mi casa?-dije asustada.

-eso no es lo que importa ahora- estaba gritando.

-¿qué haces aquí?, vete.

-no me voy a ir Camila, hasta que me dejes explicarte.

-no somos nada, no tienes nada que explicarme.

Comencé a empujarlo hacia la salida, pero no lo podía moverlo ni un centímetro, mi fuerza no era suficiente para poder moverlo.

-¡escúchame Camila!- grito

-por favor vete, no somos nada, no me tienes que pedir perdón, ni darme explicaciones, así que por favor vete Alex y no quiero que me vuelvas a llamar, primero me invitas a salir, luego me pides que nos vayamos y después te veo con esa mujer no confundas mi cabeza, aléjate.

Una parte de mí odiaba escuchar esas palabras saliendo de mi boca.

-¿eso es lo que quieres?

No, no era lo que yo quería, pero él no tenía el derecho de confundirme.

-si - dije seria

él me miró fijamente y salió de la casa sin decir nada más el cerro, la puerta muy fuerte, me fui a mi cama, me recosté y cerré mis ojos.

¡El Jefe De Mi Papá!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora