CAPITULO 22

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Despierto y Alex no está a mi lado, la verdad no tengo ganas de pararme de la cama después de lo ocurrido ayer, estaba bastante lastimada y dolida por lo que había pasado.

Ayer no tenía ganas algunas de recibir sus explicaciones, pero hoy estaba más decidida que nunca a saber la razón de su engaño, pero también estaba bastante molesta con mi padre, ahora entiendo perfectamente las palabras que salieron de la boca de él al referirse a mi madre, una descarada.

Definitivamente, tenía que aclarar todas las dudas que estaban pasando en el momento por mi cabeza, ya era hora de que el engaño parara.

Me levanto de la cama, me pongo una camisa de Alex y me dirijo a bajar las escaleras, entre más bajaba más escucho, murmullos y susurros en la planta baja de la casa, estoy casi segura de que era Alex con alguien más.

-déjame hablar con ella ahora mismo Alex.

-señora, creo que no es el mejor momento Camila está muy molesta.

-pero tengo que disculparme.

Era Alex y mi madre hablando, creo que definitivamente volverla a ver despertaba nuevamente en mí una gran molestia, pero aun así tenía que dejar que ella me diera la cara y aclarar todo esto de una buena vez.

-Alex está bien, déjame hablar con ella.

Alex me miro conmocionado al oír mi respuesta, creo que estaba bastante sorprendido que quisiera hablar con ella, después de aquella reacción que tuve anoche, sin decir más Alex sale y se va al balcón.

Yo tomo asiento, me relajo y tengo que prepararme para escucharla.

-hija, perdóname en serio.

Mi madre se acerca con determinación a abrazarme, yo la esquivo rápido.

-me merezco respuestas, tengo mucho que preguntar.

-claro, hija lo que quieras.

-solo quiero una explicación.

-yo era joven y estúpida, quede embaraza de ti muy joven, y la presión de estar casada y con una hija me hizo tomar aquella decisión tan horrenda.

-¿y mi padre?

-tu padre solo quiso buscar la manera de que tú no me odiaras por haberme ido, así que decidió inventar lo de la muerte.

Mi padre me había mentido, pero aun así por amor a mí, me había ocultado la dolorosa realidad, mi mamá no me quería y por eso me abandono.

-¿te arrepientes de haberte ido?

-hija todos los días de mi vida, es algo que pesa en mi conciencia.

Veo como las lágrimas comienzan a caer de sus ojos, es mi madre y debo admitir que volver a tenerla así de cerca me provoca abrazarla y perdonarla por todo lo que hizo, pero aun algo en mí no puede corresponder al amor que ella me está ofreciendo.

-aún queda algo que no entiendo, dijiste que eras joven y estúpida, que te arrepientes, pero ahora estás más madura, y nunca se te cruzo por la cabeza volver, yo no era un objeto que podías devolver a la tienda, era tu hija, y me botaste, parece que no te pesa tanto en la conciencia como dijiste.

-Camila yo...

Las respuestas que me había dado me dolieron más, ya no puedo verla a la cara, y tanto yo como mi padre éramos víctimas del abandono de ella, él también se merecía una disculpa.

-ya no me interesan tus explicaciones, largo de aquí, largo de mi vida.

-Camila, no me puedes hacer esto a mí.

Alex sale rápido del balcón y me toma de la mano, yo me quedo detrás de él.

-por favor es mejor que se vaya.

Ella sin decir más se fue de la casa, y por primera vez volví a sentir el mismo dolor que tuve de niña al perderla.

-Camila, es mejor que nos vayamos hoy, no creo que quieras estar para la boda de tu madre.

Y si Alex tenía razón, claramente no podía ver a mi madre casándose, la mejor opción era irnos, pero no sin antes disfrutar.

-Entonces tenemos que aprovechar lo que nos queda de tiempo.

Alex me comienza a besar, nos dirigimos hacia el sofá, lo empujo dejándolo sentado, bajo y comienzo a desabrocharle el pantalón, me siento encima de él y comienza a desvestirme.

Estamos totalmente conectados uno con el otro.

.

.

.

Después de aquel agradable suceso con Alex, preparamos todo para volver a casa, esta vez necesitaba la explicación de mi padre.

Después de unas largas horas de camino vuelvo a casa, me despido de Alex y entro a mi casa.

Mi padre está sentado en el sofá, su mirada se dirige hacia mí, se levanta rápidamente y me abraza.

-perdóname, no debí hablarte así, tú puedes estar con quien desees y vivir tu vida como quieras.

-ya sé la verdad de mama.

Tras aquellas palabras que salen de mi boca, mi padre queda pálido.

-¿cómo lo supiste?

-eso no importa ahora.

-ven siéntate conmigo.

Mi papá me toma de la mano y me lleva hasta el sofá.

-éramos muy jóvenes y tener una hija era demasiada responsabilidad, tu madre no aguanto y decidió irse, y dejarme solo contigo, pero créeme que quedarme contigo fue la mejor decisión que pude haber tomado, te amo demasiado, y siento no haberte dicho la verdad desde un principio, quería que recordaras a tu mamá como algo bueno.

Mi padre al fin y al cado también se había quedado solo, yo me quedé sin mamá y él sin esposa, no pude evitar abrazarlo, yo también lo amo a él, solo que nunca lo he dicho en voz alta.

-papá, yo también te am...

El sonido de alguien tocando la puerta interrumpe mis palabras, mi papá se para a abrir la puerta.

Su cara cambia completamente del cielo a la tierra.

-hola Ricardo.

-¿qué haces aquí?

¿Mi madre, que estaba habiendo aquí?

-quiero que te largues de mi casa Mónica.

-quiero recuperar a mi hija

-ese derecho lo perdiste hace mucho.

Mi padre toma a mi mamá por el brazo y la saca a la calle, la pelea cada vez se hace más grande, mi mamá empuja a mi papá a la avenida, unas luces se están acercando, que está pasando, el sonido de unas llantas frenando me aturde.

-¡PAPA!

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¡El Jefe De Mi Papá!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora