Desde pequeña siempre tuve presentimientos, siempre podía adivinar si algo iba a salir mal, yo lo podría llamar un don, tenía una sensación horrenda la cual me decía que algo malo pasaría.
Lo más horrendo de esto era no saber cuándo y que pasaría.
Pero era algo que no me iba a detener para continuar mi día.
Mi celular comienza a sonar y era una llamaba de Alex.
-¿cómo estás? Necesito hablar contigo.
Esas palabras fueron como parálisis total para mi cuerpo, siempre que decían eso era para darme malas noticias.
-sí... Alex ¿qué pasa?
-no puedo hablarlo por aquí, necesito decirlo en persona.
-va... vale, ¿dónde nos vemos?
-de hecho estoy en tu puerta, baja.
Alex cada vez me estaba asustando más, Tal vez por esta razón fue mi mal presentimiento de hoy.
Bajé rápidamente, tenía que saber lo que Alex tenía para decirme, si era algo malo tenía que saberlo rápido, mientras más bajaba las escaleras más angustia me entraba, así que decidí relajarme antes de abrir la puerta, hasta que por fin cojo la perrilla y abro la puerta.
-¿Qué tienes para decirme?
-cálmate Camila.
Solo escucho como Alex pasaba saliva y veo como cada vez se va poniendo más y más nervioso.
-mi familia te quiere conocer, así que alista tus maletas no vamos de viaje.- sin decir más se fue.
¿¡Que!? Conocer a la familia de Alex esto definitivamente era un paso enorme, ni siquiera había aprendido a caminar para que ya me estuvieran obligando a correr.
Pero definitivamente tenía que pensar una excusa, no estaba lista aun, ni siquiera mi padre sabía que salgo con su jefe, como me iba a ir de viaje con él.
.
.
Después de pensarlo tanto, tenía que respirar e intentar no ahogarme con mi propia saliva, coger valor y conocer a su familia.
Ya había conocido a su madre y a su hermana unas cuantas personas más, no podían hacerme daño, solo tenía que ver como zafarme de mi padre.
Pero por el momento solo quería dormir.
.
.
-Camila despierta, te necesito hoy en la oficina.
-Papá déjame dormir.
-no, por favor levántate y acompáñame.
Es tan temprano, pero tengo que dejar de quejarme y pararme ya.
Después de un buen rato arreglándome, me subo al auto y cogemos rumbo a su trabajo.
Al llegar a su oficina, me pide que organice unos papeles y los lleve a la oficina de su jefe.
Realmente no quería ir, siempre que iba a la oficina de Alex, algo malo me encontraba, y después de lo de ayer menos quería verlo.
Después de horas ordenando los benditos papeles, cojo rumbo hacia la oficina de Alex.
Golpeé y como raro no abren, así que decido entrar, pero esta vez con los ojos cerrados.
-Camila, ¿por qué tienes los ojos cerrados?
No puedo evitar reírme al escuchar la carcajada de Alex.
-cada vez que entro me encuentro con una rubia en tu escritorio, esta vez quise prevenir.
Alex se levanta de su asiento y se acerca hacia mí, me carga y me sienta en su escritorio y comienza a besarme apasionadamente, rápidamente le retiro la camisa a Alex y él hace igual, estamos completamente sumergidos uno con el otro.
-¡CAMILA!
Siento como mi alma se sale de mi cuerpo cuando escucho es voz, este es el día de mi muerte, mierda por qué no golpea.
-¡Papa!
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QUE OPINAN DE LA SORPRESA QUE SE LLEVO CAMILA?
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¡El Jefe De Mi Papá!
RomanceQue les puedo decir, sus besos, sus caricias. Se ha abierto paso en mi corazón con solo su mirar, pero como evitarlo. Es que ¡Joder! El jefe de mi papá esta buenísimo.