CAPITULO 20

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-¿Pero qué mierda es esta Camila? - Cada vez su voz sonaba a un más y más enfurecida.

En cuestión de segundos se acerca a mí para darme una bofetada, Alex se para frente a mí, y de repente la cachetada se ha ido a la cara de Alex.

Rápidamente, volteo a Alex y reviso como está, no puedo creer lo que está pasando, mi papá golpeo a su jefe que es mi novio.

-¡Papá!, que te pasa, ¿estás loco?

-Camila, no seas cínica, como quieres que este si entro a la oficina de mi jefe y me encuentro con la sorpresa de que está encima de mi hija.

Vaya diciéndolo así, pues si tiene algo de razón, pero esa no era la manera. Mierda Alex porque no le pones seguro a tu puerta.

-Señor, no es culpa de ella, fue mi culpa.

-¿ah, sí?, ¿no fue culpa de ella dejar que usted la besara o le rompiera la camisa?.

Estoy evitando las ganas de reír, escuchar a mi papá decir eso y con tanto sarcasmo me hace bastante gracia.

-Papa ya basta por favor.

-Camila nos vamos ya para la casa, hablaremos de esto cuando lleguemos.

Me toma del brazo y me saca de la oficina de Alex, veo como Alex viene detrás de nosotros.

-Señor, espere por favor.

Me sube al auto y cierra las puertas y les pone seguro dejándome encerrada y conduce hasta una esquina.

-Papa déjame salir.

-Camila cállate.

Siento la mano pesada de mi papá, dándome una bofetada

-Basta, mi mamá nunca me habría hecho esto.

-¡tu mamá!, ella era una zorra descarada.

Siento como las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas, sin pensarlo dos veces le arranco las llaves de las manos a mi padre y me salgo del auto.

Escucho como a lo lejos grita mi nombre y dice lo siento, pero no me importa, el tema de mi madre era muy delicado para mí, yo amaba a mi madre más que a nada en este mundo y perderla de repente aún me afectaba demasiado.

-Amor ¿estás bien? No te encontraba.

Noto la presencia de Alex frente a mí, y él se percata de mis lágrimas, le cuento todo lo sucedido y él solo intenta consolarme.

Alex me sube a su auto y comienza a manejar.

-Alex, ¿a dónde me llevas?

-recuerdas que te dije, que conocerías a mi familia, pues vamos para allá.

-¿qué?, no, pero mi ropa, mis cosas.

-tranquila, relájate, te compraré cosas nuevas al llegar.

Sin pensarlo más, solo recuesto mi cabeza en la silla.

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-Camila despierta, llegamos.

Era una casa grande, situada en la playa.

-¿Cuánto nos quedaremos aquí?

-hasta que tú estés lista para volver.

Abrazo Alex y lo beso dulcemente, es realmente satisfactorio tener a alguien como él a mi lado.

-Amor alístate, hoy tendremos una cena con mi familia para celebrar la boda de mi hermano.

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Después de un rato termino de arreglarme y nos vamos al restaurante.

La angustia me come por dentro, aunque aún sigo un poco mal con lo ocurrido con mi padre.

Al entrar al restaurante, todas las mirabas están encima de Alex, él me toma fuerte de la mano y me guía hacia la mesa.

-Alex, ¿por qué todos te miran así?

-Camila no es a mí a quien miran, es a ti.

Dios que nervios, saludo a cada uno de ellos, realmente son demasiado amables, creo que me estaba preocupando de más.

-¡qué pasen los novios!.

Escucho como uno de los tíos de Alex grita, y todos dirigen su mirada hacia la pareja que está entrando al restaurante, mientras aplauden.

-Camila, ¿qué te pasa?

Siento como mi cuerpo se debilita al ver a la pareja entrar, la miraba de la mujer al verme la paraliza, se forma un silencio incómodo en la mesa.

-Mamá.

¡El Jefe De Mi Papá!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora