CAPITULO 8

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Después de lo sucedido anoche mi cuerpo tenía una sensación de alegría y placer, pero Andrés aún estaba presente.

Mi teléfono sonó, era una llamaba de Andrés

-Camila hola.

-hola Andrés.

-me preguntaba sí... ¿Querías salir esta noche?

No sabía si salir con él, después de lo sucedido con Alex.

En ese momento decidí tomar cartas en el asunto y comprobar con quien pesaban más mis sentimientos, así que decidí aceptar la invitación.

-si por supuesto.

-te recojo a las 9:00 pm.

No hubo emoción alguna en mí al saber que iba a salir con Andrés, pero aun así tenía que prepararme, abrí mi armario y me puse unos jeans y una camisa color rojo, unos tacones dorados, me pinte mis labios de rosa claro y ya estaba lista para salir a mi cita con Andrés, sonó el pito del carro de Andrés, salí rápido de mi casa.

-hola preciosa.

-hola Andrés ¿nos vamos? -dije con una sonrisa

-claro señorita-dijo sonriendo

el carro comenzó a andar, después de unos minutos llegamos a uno de los bares más lujosos de la ciudad, Andrés se bajó del carro y se fue a mi lado para abrirme la puerta, me sentí un poco rara, ya que no estaba con una vestimenta muy adecuada, entramos al bar y nos sentamos, Andrés llamo al camarero y pidió dos tragos.

-espero que no te moleste que haya pedido por ti.

-no para nada - dije sonriendo

comenzamos a charlar de nuestra infancia y como había sido nuestra vida, después de que perdimos el contacto, estaba muy feliz de estar esa noche con el por qué era un hombre muy especial y romántico, cada palabra que salía de su boca era para elogiarme y decirme lo mucho que me había extrañado, y lo bella que estaba, él era el tipo de hombre que mis padres amarían.

-te miro y me pregunto ¿qué haces para gustarme tanto?

Cuando esas palabras salieron de su boca, mis mejillas tomaron un color rojo inmediatamente, no sabía qué responder a tales palabras.

-en verdad me alagan tus palabras.

-enseguida vuelvo. -se levantó de la mesa y me planto un tierno beso en la mejilla.

En verdad estaba pasando una noche estupenda, él era un chico maravilloso que de verdad me interesaba mucho.

-volví, tengo una sorpresa para ti, pero quiero que cierres los ojos.

-¿a dónde me vas a llevar?

-confías en mí? -dijo riendo.

Tomé un gran respiro y cerré mis ojos.

-por supuesto-dije nerviosa

comenzamos a caminar, me subió a su carro y manejo por unos minutos, escuche cuando se bajó de su carro para abrirme la puerta, me saco con delicadeza del auto.

-quiero que te coloques esto- me dijo suavemente en el oído.

Me paso una caja muy grande.

-¿pero con los ojos tapados?

-ya puedes abrirlos- dijo riendo

estaba en un lugar desierto, no había ni un alma en aquel lugar, parecía como si me fuera a secuestrar o algo por el estilo.

-cuando te lo coloques avísame

-pero que es esto? -dije intrigada

-solo pruébate eso por mi sí? -

Me subí al auto y abrí la gran caja que Andrés, era un vestido rojo largo, con unos tacones negros, en verdad era precioso, me coloque el vestido, me veía bastante sensual, pero estaba bastante despeinada, así que decidí recogerme el pelo y dejarme dos mechones pequeños adelante de mi rostro, salí del carro y llame a Andrés.

-te vez preciosa, pero necesito que vuelvas a cerrar los ojos.

Otra vez estábamos dentro del auto, el camino fue un poco largo, hasta que por fin sentí que el auto se detenía, Andrés bajo y me abrió la puerta, abrí los ojos, era un restaurante hermoso, me quede sin palabras al ver el restaurante, él me tomo de la mano y me llevo hasta una mesa que estaba en el fondo del restaurante, era la mejor mesa de todo el lugar estaba ubicado en un balcón con una vista preciosa.

-espero que te guste.

-es realmente precioso.

Transcurrió la noche y nosotros ya habíamos terminado de comer, solo charlábamos un poco

-ojalá fuera fácil explicarte todas las razones por las que me gustas- dijo acercándose a mis labios

pero luego note algo que me perturbo bastante, Alex estaba aquí con unos hombres, quede pálida al verlo hay, me pare rápidamente antes de que Andrés me besara.

-ocurre algo.

-no, pero creo que deberíamos irnos ya.

Salimos rápidamente del restaurante y nos fuimos a su auto, en verdad me sentía muy mal, porque tal vez Andrés se sintió mal porque rechace su beso, no hablamos en todo el camino, no fue muy largo el camino, ya por fin estábamos en la entrada de mi casa.

-yo. - dije con la cabeza agachada.

-no te preocupes.

Lo miré fijamente y coloqué mi mano en su pecho

-tus labios tienen una cita con los míos. - dijo Andrés susurrando

se acercó a mí y tomo mi rostro, estuve a punto de besarle, pero retiré mi cara, no podía besarle si estaba pensando en alguien más.

-lo siento, pero quiero ir más despacio-dije nerviosa

-te esperaré lo que sea necesario-dijo sonriendo

salí del auto y me fui a mi habitación, pero aún pensaba en Alex.

Alex y Andrés eran dos personas completamente diferentes y cada una me hacía sentir algo de una forma diferente, Alex era aquella persona, que, con solo tomarte de la mano, hacía que te ardiera todo el cuerpo y podías llegar a sentir, que cometerías cualquier delito si solo estabas junto a él.

Pero Andrés era todo lo contrario alguien cariñoso, sencillo, y que al verlo sabías que él iba a hacer todo lo posible por hacerte feliz.

¡El Jefe De Mi Papá!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora