Todos ganan

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En un día normal Peter entraba y salía de casa sin cruzarse con Julian Lau. En un día normal nadie le decía que hacer además de Jordan o Jesper cuando no estaba sosteniendo correctamente la tacita de té.

Julian mirándole como si tuviera un tercer ojo o un fantasma colgado de su cuello le dejó en claro que ese no iba a ser un día normal.

El vampiro estaba vestido con pijama, como si hubiera pasado horas dormido y no leyendo un libro mientras velaba el sueño de Mick. Hasta parecería un ser humano sino pudiera oler la sangre corriendo en su cuerpo.

-¿Qué quieres? -Peter le dio un trago a su taza de café, negro y con dos de azúcar porque así lo acostumbró Lexie a beberlo. Ese niño era tan malo en la cocina que había tenido que instalar un extintor.

-Hay que hablar -Julian tomó asiento en una de las sillas de madera, más que un humano parecía parte de la decoración. -De Mick y Neil.

-¿Vas a darme lecciones sobre cómo tratar con mi hijo? -Peter sumergió una galleta con forma de gato que Kendall había dejado ahí la tarde anterior para que le dijeran que tan bueno era cocinando galletitas de animales, porque al parecer no era lo mismo cocinar galletas enormes a cocinar galletas de figuras.

-No -Julian soltó un suspiro -Solamente quiero ayudarte a que veas las cosas más claras.

-Claro -La sonrisa de Peter fue tan amarga como el té de limón que Jonah hacía a John Stilinski beberse todas las mañanas.

-Lo odias porque fue un cazador quien le hizo daño a tu familia -Julian hizo una pausa -Lo entiendo, pero tienes que entender que la madre de ese chico murió a causa de un hombre lobo y ni siquiera era luna llena -El vampiro tenía la mirada clavada en el Sheriff del pueblo -Aun así, ha esperado a Mick durante años. No puedes simplemente separarlos.

-¿Por qué la haces de casamentera? -Preguntó el lobo recargando sus manos en la mesa -¿No deberías estar feliz porque he corrido a la competencia?

-Neil no es mi competencia -El vampiro se tensó rápidamente -Mick no es un trofeo, es un chico común y corriente al que le ha tocado enamorarse. Así como te pasó a ti, me pasó a mí y le pasa a cualquiera.

-¿Cuántas veces has hecho esto? -Peter lo apuntó con una galleta de elefante que fácilmente estaba del tamaño de su mano, casi le dio lástima ahogarla en el café.

-Más de las que te imaginas -Julian apretó los labios -No te digo que lo aceptes a la primera, solamente que le des una oportunidad. Tal vez te sorprendas.

-Tal vez no -Peter no dijo nada cuando el vampiro simplemente se levantó y se fue.

No podía creer que de pronto él fuera el malo del cuento cuando lo único que quería era cuidar de sus hijos. Neil había querido a Mick, nadie le garantizaba que lo siguiera queriendo y no fuera una treta de un grupo de cazadores para incendiarles la casa mientras dormían, a Jesper no le gustaba sentir calor así que Peter no iba a dejar que eso pasara. Pero al mismo tiempo tenía la duda de que tal vez lo estaba juzgando precipitadamente, Neil se veía muy decidido cuando le dijo a Mick que iba a encontrar la forma, como si no le importara tener que sacrificarse para poder estar con su hijo. Era lo único que tenían en común.

Julian abandonó la cocina con la esperanza de subir de nuevo a la habitación de Michael y ducharse antes que él para llevarlos al trabajo. Mick siempre dormía en el camino mientras Jonah repasaba en su Tablet las mejoras que podrían hacerle a su proyecto. No contaba con encontrarse a Jonah sentado en el inicio de los escalones. Estaba usando una camiseta que decía 'I'm his and he's mine' en color verde chillante que los niños Stilinski Hale le habían regalado en Navidad para que la usara junto con su novio. Camden Lahey tomó tantas fotos como pudo mientras Kurt intentaba esconderse en el hombro de su novio alegando que era algo demasiado empalagoso para su gusto.

¿QSMN? Segunda generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora